Yamato miró su reloj de pulsera eran cerca de las tres de la tarde y el seguía ahí, parado en una esquina esperando a que Taichi se dignara a aparecer. Habían quedado en verse apenas terminar la escuela después de una rápida visita a sus viviendas para cambiarse de ropa y dejar sus mochilas.
¿Cuánto podría tomarle a Tai ir y volver de su casa? Se preguntó Matt mirando su reloj nuevamente y golpeando acompasadamente, con la planta del pie, el piso impaciente.
Aunque... eso le daba un tiempo para pensar en el reclamo que le hizo su hermano.
Tk había llegado dos días atrás a su departamento con el ceño fruncido y reclamando saber que sucedía entre él y Taichi.
Yamato obviamente no entendió a que se refería y así se lo hizo saber.
Tk resopló un tanto indignado antes de desplomarse en el sofá, con aire cansado y un tanto decepcionado.
—¿Enserio no lo captas? —cuestionó el menor sin retirar sus ojos azul cobalto de los celeste del mayor.
Yamato negó, y después escuchó atentamente el razonamiento de su hermano sin hallar absolutamente nada coherente en sus argumentos. Porque según las elucubraciones de su pequeño hermano, él estaba manteniendo una relación amorosa con el mayor de los Yagami y eso ni en sus sueños lo había considerado.
Matt dio un suspiro derrotado antes de recordar, cómo sin importar cuanto dijera Tk se aferró a la idea de que sucedía algo entre Tai y Matt. Pero regresando al presente, Matt miraba por enésima vez el reloj.
—Haber, para que termines enamorado de alguien antes que nada tiene que agradarte físicamente —enumero Yamato en voz alta, cavilando detenidamente la posibilidad, pues Takeru jamás le increparía nada de lo que no estuviera casi cien por ciento seguro. Por eso... —Bueno... Taichi no es que digamos un adonis pero...
Y justo antes de concluir la frase escuchó la voz de Taichi gritando su nombre y un instante después tenía delante de sus cristalinos ojos azules la imagen más tierna del mundo. Taichi jadeaba intentando recuperar el aliento mientras se apoyaba con las manos sobre sus rodillas. Parte del cabello se pegaba a su rostro debido al sudor.
"Seguramente corrió desde su casa" pensó Yamato acariciando la cabeza castaña con ternura.
—Al fin llegas. Pensé que ya te habías olvidado de nuestra cita.
Taichi elevo la mirada, sus ojos se agrandaron mientras su rostro se pintaba de un furioso color carmín y sus manos se agitaban delante de él en forma negativa.
Yamato rio con ganas, adoraba esas expresiones espontáneas. —Sólo jugaba. Ahora ¿a dónde crees que deberíamos ir? después de todo es tu recompensa por la ayuda con mis deberes.
Tai encogió los hombros luego pareció repensarlo cuando su expresión cambió a una de enorme alegría.
—Vamos al parque de Odaiba. Hoy seguro que no hay tanta gente y abrieron una nueva atracción interactiva —exclamaba Tai con las manos haciendo aspavientos y luego una pose de tiro. —Además si tú pagas las entradas yo pago la comida. ¡Ah! Y quizás podamos pasar a ver la parte cristalina de los estanques para delfines. ¡Oh! Se me olvidaba... tu prefieres los pingüinos...
Yamato rio suavecito antes de interrumpir toda la perorata de su amigo. —En primer lugar a mí me gustan los LOBOS, y en segunda, para que quieres TU ver delfines... hasta donde recuerdo después del documental sobre "Delfines seres siniestros", tuviste hasta pesadillas.
—Bueno, si... —admitió Tai inflando los mofletes. —Pero todo trauma se quita enfrentándolo, además, si tu estas ahí y te cojo de la mano pues seguro que hasta lo disfruto.

ESTÁS LEYENDO
Detalles
FanfictionEl amor es esa aventura de conocerte a ti mismo y a tu pareja cada día.