Cap. 16: Pasado de Layron

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Layron solo era un niño de 7 años a punto de cumplir 8, este vivía en una buena casa de 2 pisos de bastante espacio al borde de la ciudad, la cual conectaba con el bosque y el rio a los cuales le encantaba ir. Su vida era simple un padre que iba a la ciudad a comprar cuero, hilo y otros utensilios, por otro lado, una madre amorosa en todo sentido la cual hacia los mejores bolsos y mochilas de cuero del reino siendo también bastantes pedidas por el ejército. Al pequeño Layron le encantaba ir al bosque con su bolso favorito recolectando insectos, plantas y hongos. Después volvía a casa para almorzar, quedarse en su cuarto leyendo su libro de estudio de los seres vivos publicado por Aila, el cual fue un regalo de su madre la cual la conocía al hacerle a esta sus bolsos de campo, su vida era simple y tranquila, sin ninguna alteración, sin violencia, sin tristeza, sin miedo, pero nada es para siempre ni siquiera la felicidad más inocente de un niño.

Ese día debido a una venganza por la guerra de los 3 días, en la que su madre dio uno de las mejores formas de equipamiento para el ejército, por lo cual este sería el momento de tomar represalias contra ella y su familia. El ataque empezó temprano justo mientras que el padre salía de caza este fue asesinado por un esbirro usando solo una mano logro destrozarle todos los órganos debajo del tórax y casi partiéndolo a la mitad mientras este decía –Para ser de la misma raza que aquel hombre eres demasiado débil–, el esbirro entro a la casa y encontró a una madre que en los ojos expresaba una gran determinación por proteger a su hijo, pero el esbirro, sin alterarse ni un poco se acercó a ella rápidamente con un movimiento de sus alas y decapitándola con mano derecha manchando todos los muros suelo y techo por la sangre derramada por la madre, los otros 2 hombres que lo acompañaban entraron a la casa, ambos portaban hachas, –Busquen al niño, mátenlo y vuelvan con el jefe–, a pesar de las extensas búsquedas por la casa no lograron encontrar al niño, pero esto no se demoraría mucho pues este ya estaba por llegar a casa, lo primero que vio al llegar a la casa fue el cuerpo de su padre destrozado por la mitad, mientras que este se acercaba a él pasando por la puerta vio el cuerpo sin cabeza, con toda la sala ensangrentada, el pequeño no puedo hacer más que pegar un grito, el cual alerto a los 2 hombres el cual uno de estos bajo rápidamente las escaleras, persiguiendo al niño el cual había empezado a correr hacia la puerta con todo lo que su cuerpo le daba pero este aun así fue alcanzado agarrado del cuello y arrojado contra la pared cerca a la cabeza arrancada de su madre y en ese momento por el gigantesco trauma además del temor por su vida cerro sus ojos y uso su habilidad existencial, casi por instinto al arrojar los objetos que tenía en su bolso, soltando muchísimas agujas las cuales impactaron en el cuerpo de ambos hombres esta lluvia de agujas continuo por varios minutos.

Tiempo después llegaron Aila y Jago al lugar, Aila analizo el cuerpo del padre y se notaba que era obra de un esbirro, Jago simplemente miro de reojo por la ventana y vio al pobre niño que estaba con los ojos cerrados llorando mientras seguía lanzando agujas Jago entro de frente usando su habilidad existencial a una distancia prudente del niño, lo suficiente para poder acercarse y le dijo con una voz tranquila –Calma, lo hiciste bien, ya nadie te hará daño, ahora estas a salvo, ¿quieres venir conmigo?– mientras Jago extendía su mano fuera de su habilidad frotando la cabeza del niño mientras que con la otra lo alejaba del bolso y desactivaba su habilidad existencial, el niño abrió los ojos, solo para abrazar a aquel hombre el cual le devolvió el abrazo mientras seguía consolando al niño que aun sollozaba por el fin de su vida pacífica.

Voluntad Renaciente: El Capricho de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora