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-Bueno...no exactamente, siento que contigo puedo ser yo mismo, creo que siento como cuando huelo un libro nuevo o me dicen que es día de pago o cuando Armando me da un abrazo cuando estoy triste, no sé, siento que tu compañía me pone feliz...¿y tú? Te gusta pasar el tiempo conmigo.

Ante esa declaración Daniel quedó peor de confundido, no sabía si Mario estaba diciendo la verdad, pero sentía que él era el más mentiroso, simplemente empezó a hablar con Calderón por experimentar pero se había encariñado un poco con él y no quería desilusionarlo, solo esperaba que los rumores fueran ciertos, para que puedan mantener esa relación principalmente sexual y una pequeña amistad, nada más.

-Sisi, claro, eres mi amigo ¿no?

Daniel le dió una palmadita en la espalda yendo a recoger sus cosas dándole la espalda a Mario quien había hecho su máximo esfuerzo para expresar sus más sinceros sentimientos, no esperaba esa respuesta, una parte de él quería escuchar alguna frase más cariñosa o por lo menos no tan "Doctor Valencia" pero aún así le dedicó una sonrisa porque sabía que él no era como cualquier persona emocional o empática y para Mario, ese era su mayor encanto.

Ambos salieron del lugar y Mario dejó a Daniel en su apartamento, ese lunes llegó sonriente a la oficina de Armando.

-Bueenas, mi presidente, que día tan bello ¿no?

-Calderón, él día no está bello, usted solo está drogado.

Mario lo vió con falsa indignación sentándose en frente suyo cruzando sus piernas.

-Aay ¿Cómo se le ocurre? Si yo apenas me tomo un vinito.

-No estoy hablando de esa droga, estoy hablando de la que empieza por A.

-¿anfetamína?

-A-MOR, estúpido.

Armando se carcajeo viendo como Mario lo veía incrédulo pero aún así algo sonrojado.

-Bueno ya, no me mire así que es verdad, mire, ayer si no fuera por mí papá Daniel ni se acordaba de la empresa.

-¿Qué? ¿cómo así?

-Ayer como llegaron mis papás de Madrid pues estuvimos en su casa y su novio vampiro estuvo contento y calmado ¡en todo momento! Fue tan hermoso, ni un solo insulto o burla ¡es que ni siquiera tenía de esas miradas asesinas!

Mario abrió los ojos sorprendido, pensado en que para que Armando estuviera así de impresionado, realmente fue un milagro del universo.

-no duró, obvio, mi papá tuvo que mencionar la empresa y ahí volvió el Daniel de siempre, así que le voy avisando que hoy va a haber junta, Betty ya está haciendo el informe y alistese para ver al novio, porque lo que le haya hecho nos sirve para que quite sus narices de los asuntos de la empresa.

Después de recibir toda esa información Mario simplemente se quedó en silencio unos segundos hasta que cayó en cuenta de algo.

-Aun no me he puesto loción.

Ese susurro hizo que Armando lo viera enternecido, estaba feliz por su amigo que alfin se había fijado en alguien no solo para llevárselo a la cama por una noche.

-y-y no es mi novio.

Y con esa frase el castaño se levantó rápidamente en dirección a su oficina.

-Sisi, claaaro.

Unos minutos después Mario no dejaba de verse al espejo, se sentía como un tonto pero por lo menos quería ser un tonto apuesto para Daniel, después volvió a la oficina de Armando por el informe.
Apenas el Azabache vió a su amigo, perfumado y perfectamente peinado se rió disimuladamente.

-¡Uujum!

El castaño sabía lo que pasaba pero aún así quería escuchar la opinión del menor.

-¿Qué?

-Nada, solo que me alegra verlo feliz, por eso también quiero que se cuide ¿listo?

-Ay yo siempre me cuido, no es como si quiera alguna enfermedad.

-No es solo no idiota, también hablo de los sentimientos, si es que tiene.

Mario iba a preguntar del porque los sentimientos pero antes que pudiera lograrlo Betty salió de su oficina diciendo que ya venían a embargar a Ecomoda acto seguido ambos los tres corrieron en dirección a la recepción para evitar que los invitados se toparan con los abogados.
Al llegar Betty se adelantó y atendió a los abogados mientras ambos hombres saludaban a los ejecutivos.

-Hola Daniel, un gusto en tenerte aquí.

El más pálido tomó la mando del azabache con una sonrisa forzada, pero su mirada se dirigió al castaño que estaba a un lado saludando a Catalina, quedándose estático por unos segundos, Armando vió esto y tomó a su amigo del antebrazo para que el mismo tomara la mano de Daniel.

-H-hola doctor Calderón.

-Doctor Valencia, un gusto en verlo.

Ambos rieron por lo bajo mientras separaban sus manos viéndose en silencio por un par de segundos.

-Doctores ¿vamos?

Habló esta ves Armando detrás de la pareja tratando de ocultar su sonrisa mientras que le daba un leve empujón a Mario haciendo que chocara con el hombro de Daniel, provocando un leve sonrojo en ambos, esto no paso desapercibido por Catalina o Marcela quienes se miraron al instante con una mirada de intriga.

Después de la junta los presentes empezaron a comer y charlar de forma amena, pero mucho más Mario y Daniel quienes reían de vez en cuando totalmente sumidos en su propia burbuja, esto aumentó la curiosidad de Marcela, así que cuando se dirigían al showroom para ver la nueva colección esta lo llamó cuando estuvieron lo suficientemente alejados de los demás presentes.

-¿Si hermanita?

-Estas muy contento hoy ¿no?

-Pues....si osea, no me quejo.

Dijo este con una sonrisa sincera sin comprender muy bien a lo que quería llegar su hermana ya que en su mente solo quería volver con Mario he invitarlo a tener una noche como la anterior.

-¿Y eso tiene que ver con el hecho de que te la pasaste casi todo el tiempo hablando con Mario?

Daniel en medio de su sorpresa solo asintió.

-¿Y eso qué tiene?

-Es Mario Calderón, ósea, diría yo que él es la peor influencia de este mundo.

-¿Por qué lo dices? él es mejor amigo de tu novio.

Preguntó pensando en que por tener ese título a lo mejor su hermana lo respetaría más o le tendría un pequeño aprecio.

-y es por eso que lo digo, solo no quiero que termines siendo un mujeriego sinvergüenza como él y como lo solía ser Armando.

Por alguna razón a Daniel le molestó que su hermana hablara así del castaño así que antes de entrar al showroom solo la vió de reojo y habló con un tono sarcástico.

-¿"Solía"? Si claro.

Después de ver la nueva colección se dirgieron a las bodegas pero cuando Daniel menos lo esperó Mario lo tomo del saco y lo llevó hasta su oficina acorralandolo contra la pared mientras Daniel lo veía con una sonrisa ladina.

-¿No me vas a dejar ir?

-Solo hasta que me confirmes que hoy vamos a pasarla bien.

Mario mordió el glóbulo de la oreja del menor, este suspiro tomando al castaño de las caderas.

-mmmh no sé ¿será que si?

Gracias a la sonrisa de Daniel Mario lo miró incrédulo mientras una gran idea se le pasaba por la cabeza, rápidamente sentó a Daniel en su silla y sin previo aviso se arrodilló tomando las piernas de este colocando cada una en sus hombros.

-¡Calderón! ¿Qué haces?

-te voy a dar una invitación.

¿Me? ¡¿Fall in love?! [Daniel x mario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora