CAP13

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Cuando los guerreros del palacio irrumpieron en las casas de cada habitante del pueblo, es cuando todos  temieron lo peor, los ancianos recordaron con gran dolor y temor sus pérdidas pasadas, hijos y nueras decapitados injustamente, nietos que presenciaron y lloraron la muerte de sus padres. Todos los antepasados del actual rey habían escrito la historia de Sábala con sangre de inocentes.

Todo el pueblo temía que esta vez no sería la excepción, pues todos estaban siendo conducidos hacia la plaza.

Siete fueron las campanadas que causaron el terror de cada habitante, muchos hicieron el intento de huir siendo bloqueados por los guerreros y guardias del palacio, muchos fueron azotados en el proceso causando desgarradores gritos, otros fueron amenazados con perder la cabeza.  Niños en medio de su llanto se aferraban a los sucios vestidos de sus madres.

Todo aquello siendo observado por el supremo rey sentado sobre su litera, su semblante endurecido indicaba que no tenía la más mínima intención de palparse el pecho ante el dolor de su gente.

—¡Pueblo de Sábala! — uno de los ancianos del consejo gritó causando el silencio en todos, debido al miedo — ¡No teman, pues su majestad a decidido ser misericordioso con todo aquel que ha levantado una piedra en su contra! ¡Pero como sabrán, la misericordia no es algo que se puede dar todos los días, y menos a quien traiciona a la corona y a su rey, por eso hoy, les mostraremos lo que les pasará si deciden levantarse contra su señor! ¡Tráiganlo!

Todas las personas miraron el momento exacto en el que los guardias subieron a un prisionero sobre el patíbulo, su rostro no lo pudieron ver ya que un costal de tela lo cubría, pero sus finas prendas a pesar de la suciedad, les hizo cuestionarse sobre de quien se trataba.

—¡Este es el consorte real del supremo rey de Sábala! — prosiguió el anciano, señalando hacia el prisionero con desdén — ¡Este es su segundo rey, mismo quien escupió sobre la corona en gran traición! ¡Hoy pagará con su vida lo que su gran falta conlleva, nunca olviden este día!

El horror y temor se pintó en el rostro de cada espectador, desde el más pequeño hasta el más anciano, cumpliendo así el objetivo que el consejo real del rey buscaba, someter al pueblo.

El rey, desde su lugar presenció como la gruesa cuerda rodeaba el cuello de su prisionero, sus puños se apretaron con fuerza y reprimió sus ganas de correr lejos y detenerlo, pero el remordimiento y el odio en su corazón lo mantuvieron sentado en su lugar, observando el final de aquel desdicho.

La cuerda fue tirada, los pies descalzos dejaron el suelo, el cuerpo colgado sobre el aire ocupó sus últimas fuerzas en intentos de huir de su trágico final. Gritos te terror se escucharon alrededor cuando todo terminó, madres en llantos reprimían su anhelo de cubrir los ojos de sus hijos, pues eso estaba totalmente prohibido.

—Vámonos — ordenó el rey, los cuatro hombres que cargaban la litera se movilizaron cumpliendo la orden.

Dejaron a su paso el miedo y algo que el pueblo nunca terminaría de entender ¿Por qué el supremo rey condenó a su esposo a tan trágico final?

Pues al parecer ellos también habían sido instrumento de un macabro plan.
Un plan que el mismo supremo rey desconocía.

Aquella misma noche una tormenta azotó el reino, el rey en su alcoba iluminada por las velas, miraba hacia el bosque desde su ventana, los relámpagos rugían en el cielo como leones enjaulados, como si algo quisieran decirle, pero ignoró toda voz en su conciencia y bebió otro sorbo del vino que había ordenado.

Solo cuando su puerta fue tocada apartó la mirada de la ventana, pues los guardias que custodiaban su puerta tenían órdenes precisas de dejar pasar a la persona que se presentaría frente a ellos.

—Mi señor — el hombre recién llegado reverenció a su majestad.

—General Kim, ¿Ya hizo lo que le pedí?

—La tormenta nos causó cierto retraso, mi señor, pero ya todo está en orden.

El rey asintió y caminó hacia su buró, de allí cogió un sobre y se dirigió nuevamente hacia su general.

—Ve y entrégale esta carta al nuevo rey de Dakur — ordenó.

—Si mi señor — el general hizo ademán de retirarse.

—Y Namjoon —lo retuvo — no permitas que nadie te vea y regresa cuanto antes a las fronteras.

—Así lo haré mi señor.




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Último capítulo👀👀
falta el epílogo y terminamos con esta historia.

¿Teorías?

Nunca les pregunto por Teorías, pero sería genial leerl@s, a ver si tocan mi corazón🙃🙃🙃














"IMPURE" Reyes De Sábala (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora