Cuando Anahí vio a Ryan no fue en el hospital, sino en el granero de Alfonso. Era un fin de semana y Alfonso había conseguido convencerla de que no pasaría nada si iba de día.
—Creo recordar que era de día —comentó cortante la muchacha—. Me parece que eso da exactamente igual.
—Me comportaré bien, te lo prometo.
—También dijiste eso aquel día.
Alfonso tomó su mano y esbozó una sonrisa.
—Por favor, ven. No puedo hacer nada en el granero con la mano así y voy a aburrirme mucho con Scud como única compañía. Puedes ir en tu coche, si prefieras, y hablarme a través de la ventanilla si así te sientes más segura.
—Puede que lo haga —dijo, pero no fue necesario. Poco después de que llegara, apareció Ryan O'Connor y sus dos hijos pequeños. Anahí a su pesar se sintió molesta de no tener a Alfonso para ella sola.
—¿Interrumpimos? —quiso saber Ryan.
—No. Además es estupendo que hayas venido. Anahí no confía mucho en mí, así que tú servirás de carabina. Conoces a Anahí Puente, ¿no?
El hombre asintió, se acercó y dio la mano a Anahí.
—Encantado, Anahí. Estos son mis hijos: Evie y Gus. Niños, decid hola a la señorita Puente.
—Hola —dijeron los niños al unísono.
—Tío Alfonso, queremos llevarnos a Scud a dar un paseo, ¿podemos?
—Claro, si vuestro padre os deja.
Ryan asintió con un gesto de cabeza y su cabello brilló al sol... era el mismo pelo dorado que el de Evie.
—No vayáis muy lejos, Evie. Dad una vuelta y volved enseguida. No quiero que vayáis al bosque.
—¡Pero nos gusta el bosque, papá! —exclamó la niña con voz mimosa.
—He dicho que por aquí cerca, si no os quedaréis con nosotros —insistió el hombre.
La niña hizo un puchero, pero el padre no cambió de opinión, para sorpresa de Anahí.
—De acuerdo entonces. ¿Le ponemos la correa?
—Sí —dijo Alfonso, pasando el perro a la niña. Instantáneamente el animal se tranquilizó y caminó despacio, siguiendo el paso de la pequeña. Ryan sonrió.
—El pobre perro se cree que va a dar un gran paseo.
—Luego lo llevaré yo —prometió Alfonso—. Ven a ver el granero, está progresando.
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Atrévete a Quererme
Roman d'amourLa enfermera Anahí Puente no confiaba en los hombres. Así que no se sintió impresionada cuando Alfonso Herrera, el nuevo cirujano, llegó al hospital y comenzó a seducir a todas las mujeres, jóvenes o viejas. Aquella actitud la sacaba de quicio, pero...