v e i n t i t r é s

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Leer con cuidado, este capítulo contiene descripciones de violencia que pueden ser sensibles para algunos lectores.

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No hablé con Tay hasta una semana después.

En realidad, había querido atrasarlo incluso más tiempo, pero ese miércoles, mientras Kurt y yo almorzábamos solos porque Juliet dijo que debía estudiar en la biblioteca, el tema resurgió.

—Creo que sé qué era lo que hacía que tu padre adoptivo fuera mucho peor que el mío —dijo él de la nada.

Mi mandíbula se detuvo mientra masticaba mi hamburguesa y mis ojos subieron a los suyos. Habíamos estado comiendo en silencio durante unos minutos, por lo que me sorprendí.

Al ver mi cara, Kurt dejó su hamburguesa y abrió un sobre de ketchup antes de vaciarlo a un costado del plato. Sus mejillas con acné se veían más coloradas con la ligera brisa fresca de afuera.

—Hablé con Tay, unos días antes de que fuéramos a lo de Ryan. Apareció en mi casa de un día para otro y me dijo que necesitaba desahogarse con alguien. Sé que no querías que ni yo ni ella lo supiéramos y las cosas que dijo estuvieron mal, pero eso no cambia nada para mí, Aspen. Sigues siendo mi amiga. A todos nos han pasado cosas que preferimos olvidar.

Tragué, aunque no le sentí el gusto a la carne, y bebí agua.

—¿Te contó todo? —pregunté en voz baja.

Alzó las cejas.

—Esa chica tiene una memoria increíble, casi que recitó lo que ambas se dijeron, desde que preguntó sobre James hasta que te fuiste de su casa. Se largó a llorar mientras me lo contaba y me dijo que... ¿Quieres oír esto?

Negué con la cabeza lentamente.

—No estoy segura —admití.

Él mojó un papa en ketchup antes de meterla en su boca. Se tomó su tiempo en masticarla, tragarla y beber de su Pepsi.

—Creo que deberías.

—¿Por qué?

Se encogió de hombros y metió más papas en su boca. Masticó y tragó, y parecía estar tomándose su tiempo para responder. Aproveché para dar unos sorbos de agua, porque todavía no podía volver a comer.

Kurt llevó la botella hacia sus labios y bebió antes de hablar.

—Se veía devastada. Me dijo que ver tu expresión luego de decirte esas cosas le rompió un poco el corazón, porque se dio cuenta de que había querido lastimarte y, luego de hacerlo, se dio cuenta de que en realidad hacerte mal era lo que menos quería hacer. Estaba hecha un desastre, en algún punto dejé de entender lo que decía porque lloraba demasiado.

No entendía cómo mi expresión le había roto un poco el corazón. Recordaba verla a punto de llorar antes de salir de su habitación, pero asumí que era de impotencia, de enojo y de bronca, no porque al final le había dolido insinuar que me juntaba con Juliet porque a ambas nos habían violado y que, prácticamente, yo era una puta.

—Sigo enojada con ella —mascullé—. Quiero perdonarla, pero cuando pienso en lo que dijo, me vuelvo a molestar.

Kurt asintió y se limpió los dedos en un servilleta luego de comer más papas y darle un mordisco a su hamburguesa.

—Es comprensible. Y, prometo que no digo esto solo porque quiero que se amiguen, pero creo que sí es posible perdonar y seguir enojado. Además, creo que tú también quieres disculparte.

Pétalos caídos (P#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora