v e i n t i c u a t r o

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Se sentía como que todo había vuelto a la normalidad. O al menos lo más normal que me podía sentir luego de haber recibido un beso de mi amiga. Al menos ahora almorzábamos todos juntos otra vez, siempre afuera aunque estuviera fresco. Hoy me había vestido de negro, desde el pantalón hasta la camiseta de cuello tortuga, y me puse el suéter gris con flores bordadas que Michelle me regaló para Navidad, junto con los zapatos de parte de Kurt. En realidad, esos zapatos era lo que más quería estrenar. Se veían demasiado geniales.

—¿Dónde está Tay? —preguntó Kurt antes de darle un gran mordisco a su hamburguesa.

Juliet lo miró asombrada. Estaba sentada a mi derecha y aún no había comenzar a comer su sándwich. Me hizo reír en voz baja.

—Dijo que un profesor la llamó —respondí—. No tengo idea de por qué.

—Es uno de mejores promedios de la escuela —mencionó Juliet—. Unas chicas en una de mis clases estaban diciendo que seguramente ella o Ana den el discurso en nuestra graduación.

Otra cosa que antes no había sabido sobre Tay. Que era incluso mejor estudiante que yo. Bueno, ni que yo fuera muy buena, solo quería sacarme todas las materias de encima para graduarme y olvidarme de la escuela de una vez por todas. Pero lo del promedio alto... Era la primera vez que lo escuchaba. ¿Cómo no lo noté antes? Incluso hicimos algunos trabajos juntas. Era como si hubiera evitado notar cosas sobre Tay hasta el momento.

También, ahora que Tay había vuelto a almorzar con nosotros, notaba lo insegura y tímida que se sentía Juliet cuando estábamos los cuatro juntos. A veces sentía como si se sintiera completamente fuera de lugar o como si estuviera invadiendo un grupo de amigos. No sabía cómo hacer que dejara de sentirse así. Era extraño, porque usualmente pensaría que Tay se le habría acercado para hacer las cosas más fáciles, pero apenas si habían cruzado alguna palabra.

—Mi dinero está en Ana —dijo Kurt con la boca llena.

Lo miré con asco.

—¿Por qué? —preguntó Juliet.

Kurt, por suerte, tragó antes de volver a hablar.

—Porque el padre de Ana es la razón de que esta escuela sea buena. No me sorprendería que le dieran el honor de hacerlo.

Ladeé la cabeza, dudando. Kurt no conocía a Ana tan bien como parecía.

—Como si Ana fuera a aceptar dar el discurso si no tiene el mejor promedio. Supongo que lo descubriremos pronto, ¿verdad?

Él hizo un ademán como que le daba lo mismo. No me sorprendía, podían pasar mil años y Ana y Kurt nunca se llevarían bien. Me preguntaba si era posible que pudieran sostener una conversación como dos personas normales.

—Ah, ey —expresó Kurt con ocurrencia—. Mi mamá tuvo el bebé la semana pasada. Te lo iba a decir —dijo cuando lo miré sin poder creer que me lo dijera recién ahora—, pero tu mente estaba ocupada con otras cosas.

—Hmm —bufé—. ¿Está bien? ¿Fue una Frances como pensaron?

Asintió con la cabeza.

—Sí, y es muy bonita. Por ahora se parece más a mamá. Tiene suerte, mi hermano y yo heredamos el rostro de nuestro padre.

Bueno... Ella tenía la suerte de tener un padre diferente.

Juliet sonrió con timidez. Me dediqué a terminar mi almuerzo.

—¿Tienes una hermanita nueva? Qué lindo...

Él le sonrió devuelta.

—Sí. Las invitaré a conocerla antes de que termine el año escolar. ¿Te parece?

Pétalos caídos (P#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora