Detención

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(Kaitlyn)

El olor a pescado aún estaba impregnado en el lugar. ¡Era pescado descompuesto! Era más que obvio que quedaría ahí por un buen tiempo. Las personas andaban con una mascarilla cuándo pasaban por ese pasillo y casi nadie se acercaban a los perjudicados, es decir, a Brooke e Ian, ya que estaban aun pasados a olor a pesar de que Brooke había corrido al baño y luego a las duchas de los camerinos para lograr sacarse el olor completamente. Cosa que no resultó.

Más de una vez trataron de hacerme algo pero no pudieron. Y es que lo único que al parecer se les ocurría era hacerme una trancadilla en medio del pasillo pero siempre me daba cuenta un momento antes y lograba saltar por arriba del pie. Quizás si hubiera sido yo la que trataba de hacerlo, se me habría pasado por la cabeza levantar el pie al momento en que trataran de saltar. Pero ¡Vamos! Se trataba de ese par que con suerte lograban hacer un cerebro entre los dos.

Pero en el momento menos oportuno y que me tomó desprevenida fue mientras caminaba por el pasillo junto a Chloe y luego me encontraba en el suelo esquivando cuántos arañazos venían hacía mi cara. Y era que Brooke se había abalanzado sobre mi espalda y nos caímos directamente al suelo, por suerte coloqué mis manos para amortiguar la caída pero eso no impedía que Brooke tratara de pegarme. 

No sé cómo, cuándo y en qué momento ya no la tenía encima de mí. Pero a nuestro alrededor ya no había bullicio, todo era completo silencio y cómo no estarlo si justo ahí parado cómo todo un autoritario se encontraba el director.

Algo en mi interior en ese preciso momento me decía que me encontraba en problemas.

—¡Ella se abalanzó sobre mí! —grité apenas habíamos entrado al despacho del director.

—¡Me tiró un balde de pescado descompuesto! —gritó ella señalandose a sí misma.

El director la miro por unos minutos procesando lo que acaba de decir. Y a decir verdad es algo complicado pensar que alguien cómo yo pudiera hacer tal atrocidad. Tan tranquila, buena estudiante y tan centrada en mis estudios que era, cómo para poder hacerle tan cosa a la reina del lugar. Ok, quizás el director no se la pensó tanto y se acercó a Brooke pero al solo dar un paso hacía ella notó el olor y prefirió alejarse lo más posible.

—Me gustaría saber que la ha llevado a usted señorita Fabrey a hacerle tal cosa a la señorita Lewis.

—¡Lewis! ¡Dios! No puedo superar su apellido. —digo riéndome en su cara. El director me mira mal y paro de inmediato—. Perdón. —digo algo cohíbida.

—Prosiga con la explicación. —dice él bastante serio.

—Bueno querido director. Lo que pasa es que... 

—Sin mentiras. —me dice con los brazos cruzados. Hago un puchero que no resulta.

—Está bien. Para qué mentir.Lo hice por que me cae mal y me vengaba de lo que me hicieron.

—¿Qué es exactamente lo que le hicieron?

—¡Han abierto mi casillero y han colocado un sistema bastante raro que hizo que me tiraran pintura en toda la cara! ¡Eso merecía venganza! Nadie se mete conmigo. —digo cruzándome de brazos.

—¡Ella me ha puesto una araña en la mano! ¡Y también a llenado mi casillero de barro! —se defiende ella—. Debería suspenderla. O mejor aún, hacer que se vaya de éste lugar. ¡No ha pasado una semana y éste lugar está de locos! ¡Y todo es culpa de ella! —dice ésta vez apuntándome con el dedo.

—¡Dios! Aleja ese dedo de mi cara. Deberías bañarte, es cómo si no lo hicieras de hace un mes. —hago un gesto con la mano indicando que olía bastante mal. Aunque era verdad, el olor a pescado era bastante difícil de hacer que desaparezca.

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