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Después de que todos se duchasen y preparasen, salieron a dar un paseo por la pequeña isla, viendo mercadillos y comprando algunos recuerdos, para más tarde irse a cenar.

El restaurante tenía forma de faro, por dentro era bastante lujoso, las mesas eran de madera gruesa y los asientos estaban colgados en el techo, a modo de columpio.

La mesa que reservaron Draken y Mitsuya era la más grande del lugar, justo al lado de una pared de cristal por la que se podía ver el mar y algún acantilado.

Chifuyu se sentó entre medias de mikey y kazutora.

Baji estaba justo enfrente suya, takemichi enfrente de kazutora y draken enfrente de mikey.

Comenzaron a pedir la comida, de todo tipo de ella y a cantidades industriales, mikey se abalanzaba a los platos nada más los ponían en la mesa.

Draken tuvo que estar durante toda la cena poniéndole banderitas a todo lo que mikey comía, ya que en ese restaurante no había menús infantiles y no quería ver como el pequeño le daba una patada de las suyas al camarero.

-oye, ¿y nos vais a contar la historia entera?- preguntó mikey, mirando hacia la pareja.

-¿eh?- soltó baji.

-de cómo pasó lo vuestro, porque no te veo declarándote a nadie, baji- dijo el rubio.

Ahí los dos entendieron y se miraron entre sí.

-seh, yo tampoco te imagino- añadió draken.

-¿y eso por qué?- respondió el de pelo largo.

-porque eres un puto bruto- dijo mikey.

Baji gruñó mirándolo, no dijo nada porque tenía razón, era un bruto en todos los sentidos.

-¿quieres... que te cuente como paso, mikey?- le dijo chifuyu al más pequeño.

Mikey asintió emocionado, como si fuese un niño pequeño, los demás no sabían bien porque le interesaba tanto.

Baji, le interesaba por baji.

Muy a pesar de que estuviesen todo el rato peleándose, lo llevaba conociendo desde que tenía uso de razón, le quería tanto como si fuese su hermano de sangre y muchas veces se había preocupado por él por una sola razón: que se quedase solo.

No era porque pensase que baji estaba solo, es más, se prometió a si mismo que nunca lo dejaría solo, por nada del mundo, pero él sabía que muy en el fondo su amigo necesitaba un trato especial, uno de amor completamente puro y correspondido.

Y sabía que baji inconscientemente lo buscaba, cada vez que alguien se interesaba en él, el pelinegro hacía todo lo posible porque esa persona se interesase aún más, no porque le gustase cualquiera, si no porque él quería intentar amar a alguien, pero nunca le salió bien.

Cuando chifuyu llegó fue completamente diferente, se calmó bastante, se notaba que el trato que tenía con él era especial, no lo trataba ni de lejos como a las demás personas.

De hecho, desde que empezaron a salir notaba a baji más amable de lo normal, cada vez que mikey quería molestarle el pelinegro solo gruñía o contestaba, pero no tan rudamente como antes.

Ahora entendía porque, aún que se sorprendió al principio, se alegró inmensamente de que fuese chifuyu, empezó a pensarlo y comenzó a ver lo muchísimo que al azabache le gustaba ese chico.

Nuestra otra vida (baji x chifuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora