capítulo 7: Material-Madera

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Salí de la habitación, no sin antes darle un increíble beso a ese chico, que aunque no supiera su nombre sentía tan bien que le conocía, y sobretodo que ese beso sería correspondido. Me volví a topar con la señora del principio, la de la cofia y el delantal:

— Disculpe, señora...em...señora...— No podía articular palabra porque no sabía su nombre.

— Marie, solo debe llamarme Marie, ya lo sabe. —Contestó. Y entonces pensé cuando mamá dijo algo de Marie a bajo antes de acabar en el hospital. Marie es ella. Así, que si Marie me había mirado la temperatura, y seguramente venia de nuevo a mi habitación hacerlo.

—Vengo a tomarle la temperatura señorita Lía—Dijo de repente. Bingo. Había recordado bien. Pero no era momento para eso.

— No, no hace falta Marie, me encuentro mucho mejor. — Respondí con voz nerviosa. Quería seguir buscando la mariposa.

—¿Está preocupada por algo? —Me preguntó mirándome fijamente a los ojos.

Yo extrañada, le contesté:

—Sí, ¿Quizá no habrá visto una mariposa de cristal de colores por algún lado?

— ¿Una mariposa? — Dijo extrañada.

—Sí. De cristal de colores —Volví a repetir. Quizá no me estaba escuchando y preferí que supiera lo que buscaba ya que ella se encargaba del servicio, si la encontraba seguro que me la devolvería.

— A pues ahora que lo menciona, a bajo en la entrada hay una mariposa, pero es de madera de cerezo. La encontré por la mañana en el jardín cuando podaba las flores, entre ellas. —Contestó ilusionada pensando que era lo que yo buscaba.

— ¿De madera dices? —Pregunté, y asintió con la cabeza.—No, no. La mía es de cristal. Gracias igual. Si la ves ya sabes. —Y me marché. Que extraño, pensé ¿De madera? ¿Y una mariposa? Un poco de casualidad que encontrara una mariposa el mismo día que a mí se me perdía, pero claro, no era de cristal. Seguí buscando. Cuando ya estuve harta porque no la encontraba, bajé a la entrada y la miré.

Abrí los ojos como platos al verla, era idéntica. Pero hecha en otro material. — ¡Mierda!— Exclamé. ¿Se ha podido transformar el material también? Bueno esta vez todo cambio más, como volví hacia más anteriormente en el pasado, no sé si ha podido transformarse ella también. Cada vez las cosas se complicaban más y más. Estaba muy agobiada. Y solo podía encontrar esa respuesta en el libro.

— ¿El libro? ¿Y dónde está? ¡No puede ser! ¡Ya no puedo más! — Grité en medio del pasillo.

Por suerte nadie me escuchó, o si fue así, nadie salió a ver qué ocurría. Me senté en el suelo con el cabello recorriéndome la cara; No era muy alta, estatura media, con ojos marrones chocolate y el pelo también marrón pero quizá algo más claro. Mi tez era más bien blanca, y eso era algo que no me gustaba. Estaba delgada y solía llevar jeans ajustados. En ese momento decidí recoger mis rodillas, y abrazarme toda yo, para ver si salía de esta 'horrible pesadilla' (lo digo entre comillas, porqué lo de horrible...chico sexy, casa...pero no era mi vida) entonces noté un suave beso en la nuca. Ahí es donde llevo un tatuaje, como mínimo en mi vida real. Levanté mi cabeza y estaba de nuevo él. Era medio alto, ojos verdes penetrantes, pelo corto y marrón, manos dulces y labios perfectos. Me cogió de la mano y me levantó del suelo:

— ¿Qué haces ahí? ¿Qué te pasa? —Susurró esas palabras.

— Nada es que me sentí cansada, y parece que no sé dónde ir—Contesté mintiendo.

—No debes preocuparte por nada. Hoy pareces un poco despistada. Cuando te pase el resfriado seguro te sientes mejor. — Contestó tiernamente, con su mirada fijada en la mía.

No podía dejar de mirarle, era perfecto, o al menos para mí, además la atracción entre nosotros se veía a leguas.

—Acompáñame — Dijo

Yo sin preguntar fui detrás de él. No me soltaba la mano, y yo no quería que lo hiciera. Y me llevo a mi habitación. Se estiro y yo a su lado.

— ¿Por qué me traes aquí?— Pregunté ingenua.

— Porqué quería mirarte y tocarte hasta desgastar todo lo que hay en ti. Eres perfecta Lía, y no paso ni un segundo sin pensar en nosotros. Solo quería que lo supieras. Sé que el otro día fui un imbécil cuando me enfadé. Solo quería disculparme — Soltó.

Mmm ¿Qué? ¿Y qué me está diciendo? Yo no podía entenderlo y no sabía cómo contestar. Solo le miré y besé sus labios. ¿Qué estaba haciendo? Otra vez no. No podía engancharme. Este no es mi mundo. Debo recuperar todo lo que deje atrás. Y si él no estaba allí, no sería porqué yo no quisiera, si no por qué no podía ser injusta con el resto de vidas que a saber estaba destrozando.

Me aparté y le dije:

— No debes preocuparte por nada. Todo va salir bien. Nosotros y el resto estaremos bien.

Él me miró, con intriga, quizá tampoco sabía el significado de mis palabras. Su cara era de asombro y también contestó con un beso, tierno, duradero, pude sentir como mordía mi labio inferior y se retiraba lentamente. Sonreímos. Y mi subconsciente otra vez —Lía por favor, márchate. Detén esta situación o saldrás perdiendo.— 

Entonces le dije de nuevo que no me sentía bien y fui a la cocina a tomar agua. Una vez allí, empecé a pensar dónde podría estar el libro. Me apoyé en la pica con el vaso en una mano y la botella en la otra y mientras miraba por la ventana.

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Holiitaaaa Mis nenas wapaaaSS!!

Tengo que agradeceros desde mi corazón, todo el apoyo y confianza que depositáis en mí.

Últimamente estaba un poco cabíz baja porqué a veces me pregunto si lo que hago es bueno. Quizá hay cosas que rondan en mi cabeza y que no pertenezcan a wattpad también, pero hoy me di cuenta que si tengo a mis grandes y fieles lectoras las cosas tienen distinto color y aroma.

¡Por eso este capítulo va dedicado a todas vosotras!


♥ ¡MILgracias por estar siempre ahí!

¿Volvemos a empezar? © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora