Capítulo 15: Sensaciones a flor de piel

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Mi rostro seguía inmutado. ¿Pero qué intentaba? Se supone que hay fiestas por la noche y te puedes poner hasta el culo, o que bebas incesantemente hasta ciertas horas de la mañana, más que nada porque no aguantaras todo el día con la botella en la mano, pero al parecer esta chica sí lo había hecho, o por otro lado hacia poco rato que se había despertado y quiso hacer caso al dicho que si cuando te levantas sientes el incesante dolor de cabeza y las terribles nauseas, es decir llevas una resaca del mil, bebe un chupito de lo que hayas bebido y te sentirás nueva, pero quizá sin entender lo de "chupito" no toda la botella. No sé la respuesta pero yo seguía fría viendo la situación que podía producirse en cuestión de segundos. Mi cuerpo, nublado, sin sentido. Mi boca, sin aliento, no podía pronunciar palabra, y Sam, mi compañera de habitación gritando. ¿Podía tirarse de verdad aquella chica por el balcón?

—     Lía, ¡Por dios! Ayúdame a saltar al otro balcón. Podré cogerla y entrarla para adentro. — Se suponía que en el rato que yo llevaba en trance, nunca mejor dicho, ella se dedicó a aporrearle la puerta a la chica que estaba borracha en el balcón. Fue un intento inútil porque nadie abrió. Es por eso que ahora quiere saltar a su balcón para poder hacer algo. ¿Y yo, se puede saber qué estoy haciendo?  Llevo un montón de tiempo intentando salvar a alguien pero aquí nadie lo sabe, y en cuanto sucede algo que podríamos evitar en el momento, ¿Qué piensa mi cuerpo? ¿Cuál es su reacción inmediata? Debo empezar a moverme. Tengo que reaccionar rápido. Esta situación debo llevarla por la mano, después de todo.

—     Sí, perdona Sam. ¡No sé qué me ha pasado! – Sam se puso de puntillas para intentar llegar a ella, pero no lo conseguía. Yo intentaba sujetarla y se subió en una silla. El balcón estaba un poco lejos. La otra chica gritaba, cantaba, lloraba, reía y cada vez más cerca del borde de la terraza. Era un momento desesperante. De impotencia. La chica únicamente estaba borracha, era alcohol lo que estaba haciendo peligrar su vida. Y entonces se abalanzo hacia el precipicio del gran edificio de la universidad. Como Sam estaba alzada y yo cogiendo de ella por los tobillos:

—     ¡Esta vida no vale la pena! No debo seguir llorando por ese bastardo. Soy mejor que él que todo el mundo lo sepa. – Gritó la chica antes de poner su vida en más peligro y perderla. Pero Sam:

—     ¡Tú no vas a ningún lado! ¡Sí que eres mejor que él pero se lo tendrás que demostrar de otra manera! – Y cogió a la chica al vuelo por un brazo. Se escuchó rasgar la camiseta y pegar un fuerte golpe contra la pared, pero al fin y al cabo estaba bien. A los pocos segundos también se oyó el aterrizaje de la botella contra el suelo de la piscina. Me imaginé aquella chica detrás de la botella impactando contra el duro césped. Entre las dos la subimos a nuestro balcón y no pudimos decir ni una sola palabra. Caímos al suelo y ella solo nos abrazaba y nos daba las gracias, sollozando entre lágrimas dulces y tiernas. Yo al compás la abracé muy fuerte también, habíamos salvado la vida de aquella chica. ¡Era genial! Todo el público que se ocasionó en ese instante en los balcones de alrededores empezó aplaudir. Nos sentimos un poco extrañas. Como una sensación de alivio y libertad a la vez.

—     ¡Está bien chicos! No hay nada más que ver. ¿No veis que no está bien? Se acabó el espectáculo. — Gritó Sam al centenar de individuos curiosos.

 Entramos a dentro de nuestro apartamento y tumbamos la chica en una de las camas. Se veía horrible, con poca ropa, la camiseta rasgada del agarrón, y todo el rímel corrido por la cara de tantos lloros. Además el pelo fatal. Le hice una cola alta para evitar que estuviera peor y pudiera descansar tranquila. Ahora solo era el sueño la que la iba ayudar, hasta su despertar que iba a ser más cruel que el de la mañana anterior.

Cuando ya estábamos más tranquilas Sam y yo nos sentamos en el suelo de la habitación, cubierto por una hermosa moqueta de color beige, una en frente de la otra y mirándonos empezamos a reír. No sé si de los nervios pasados antes o de la absurda situación vivida. Y comenzamos hablar de cómo había ocurrido todo. Estaba todavía sentada y escuchando a Sam detenidamente, parecía una buena amiga, era muy simpática y sincera. Me gustaba estar ahí. Con mis ratos omnipresente, ya que pensaba en Sophie y los demás, pero era un momento a gusto, dulce, que debía vivir.

Cuatro golpecitos en nuestra puerta distrajeron la atención de mirarnos y escucharnos mutuamente y Sam se levantó y fue abrir:

—     ¿Hola? ¿Hay alguien por ahí dentro? ¿Chicas? — Dijo una voz masculina.

—     ¡Voy ,Voy! — Soltó Sam. Yo estaba intrigada por saber quién era. Al abrir la puerta, pude verle únicamente las piernas, no veía el resto del cuerpo.

—     Sam ¿Quién es? — Dije intrigada. Pero ella seguía hablando y pasaba de mí.

—     ¿Un sexy boom? — Dije de nuevo para ver si distraía su atención de nuevo hacia mí. Pero de nada de sirvió. Únicamente para reírme sola y volverme a sentir como cuando llegué. Desubicada. En ese justo momento Sam respondió:

—     Lía, él es Jason. El chico mono que te ayudó abrir la puerta de la terraza antes. — Atónita es poco cómo me quedé. Cuantas sensaciones en tan poco tiempo. Normal que no me contestara antes Sam, era guapísimo. Pero sí, estaba pedido. Nada que hacer.

—     ¡Ei! ¡Hola! ¿Qué te trae por aquí? — Nada efusiva. Pero para saber más de él.

—     Mmm, nada. Para saber qué tal estabais después de lo sucedido. — Contestó tímido.

—     ¡Ah! Sí sí... ¡Bien! Bueno yo me voy a ir para la terraza de nuevo a ver que se cuece para la noche. — Mi intención era dejarlos solos y que charlaran ¿Para qué perder el tiempo allí? ¡Él no era para mí!

Miré por encima del piso buscando que podría llevarme para a fuera para no aburrirme si Jason decidía quedarse demasiado rato. Y entonces la vi de nuevo. No había pensado en ella, solo en los sucesos pero mi mariposa estaba encima de mi cama, intacta, pero casi rozando el cuerpo de aquella chica suicida. Fui a por ella, miré a Jason y Sam y salí definitivamente para a fuera. Me senté en una repisa muy chula que había con cojines. Era una zona chill-out estupenda. Y entonces me entraron tremendas ganas de leer. Mirando hacia los alrededores vi un par de libros recostados. Uno se llamaba: ¡No hay princesas para tantos cuentos de Hadas! Y el otro ¿Volvemos a empezar?  Me decanté por este último, el título me pareció intrigante. Yo volvería a empezar de nuevo, ¿O no? Por eso lo cogí y empecé a leer detenidamente. Una trama buena, un argumento aún más. Una sensación de querer seguir leyendo sin parar. Era curiosidad, saber más, seguir leyendo. En el rato que llevaba fuera empezó a oscurecer y pronto la mariposa brillaba en la oscuridad. Era preciosa, parecía que tuviera purpurina por cada anexo de sus curvas. Los colores esta vez eran llamativos, no tenía la sensación de dulzura como antes, si no de guerra. Potencia, perseverancia, y un impulso muy grande de seguir con mi búsqueda de recuperar mi vida real. Tanto impulso y sensación de fuerza conjunta me hizo deslizar mi brazo por encima de un cojín verde pastel aplisado con  un enorme dibujo de un elefante gris hasta llegar a ella y cogerla en mis manos. Al mirarla fijamente brilló. Brilló muy fuerte y pegó un fogonazo de luz que me eclipsó. Caí en un profundo agujero negro sin fin. Chillaba desesperadamente porque no sabía que estaba pasando. Caía más y más a lo lejos sin llegar a ningún final. Dónde pisar. Hasta caer en un sofá. Sofá familiar. También con cojines.

—     ¿En casa? ¿Estoy en casa? — Grité muy desesperada. De nuevo estaba allí. En el principio...Podría ser por haber leído el libro, ese libro que se titula ¿Volvemos a empezar? O simplemente porqué mi mente deseaba de nuevo volver a casa. Me levanté del sofá y fui por la casa en busca de algo que antes estuviera ahí, para poder verificar que de verdad era mi casa. Cocina igual, baño igual, habitación medio igual, quizá más desordenada. Jardín precioso, vecinos ahí. ¿Vecinos? Si todo está igual...¿Cómo estará Sophie?


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Holaa !!

De verdad que perdonadme por el retraso!!

Prometo intentar que no vuelva a pasar.

MILgracias a todas mis lectoras fieles♥ Y a todas las nuevas lectoras por aquí:)

¿Volvemos a empezar? © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora