Capítulo VI: «SON»

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El tic tac del reloj reinaba en el lugar, acompañado de la suave respiración de un castaño que reposaba sobre el cuerpo de un pelirrojo, el cual, como la mayoría de veces, paseaba sus dedos por ese cabello, era la primera vez que veía a su amante con la melena algo larga, no le disgustaba en absoluto, seguramente se podría hacer una coleta, frunce un poco el ceño ante eso pues sin querer recordó a uno que otro peleador con dicho peinado, el tal García, todo un play boy, y ese Bogard, el tal Terry que era bastante "amigable" con su gato, no, definitivamente en cuanto pudiese le diría a Kyo que volviese a su corte habitual, sin la banda en la frente, eso lo podría dejar de lado, ya no estaban en preparatoria y no es como si Kusanagi estudiase mucho como para llevarla, claro que su uso no era exclusivo de estudiosos pero en fin, simplemente quería avanzar.

-Es extraño... - comenta el moreno de pronto, nota el gesto de su amante – el que no nos llamaran, es decir, no es como si mamá fuese controladora pero regularmente me desea buenos días ya sea por mensaje o llamada

- Si, pero no te van a llegar mensajes si apagamos los celulares, genio – el moreno chasquea la boca ya que el otro tenía razón, habían decidido desconectarse un poco del mundo mientras retozaban e intentaban recuperar el tiempo perdido lo mejor posible

- Pero ella tiene tu número de casa, ¿recuerdas? – ante eso Yagami asiente y después se golpea la frente

- Joder... desconecté también el teléfono fijo... - como si tuviese un resorte Kusanagi se levanta, le reclama algo al pelirrojo – quería pasar tiempo contigo sin que estuviesen jodiendo – obviamente no es que considerase que la señora Kusanagi "estuviese jodiendo" se refería a todos los de la banda, a su propia familia, etc.

- ¡No puede ser! – Kyo ni siquiera le presta atención está sorprendido pues al prender su celular un montón de mensajes de texto, y llamadas perdidas hacen vibrar el aparato como si no hubiese un mañana, casi recordándole su historia con Yuki cuando por casualidad tardaba más de cinco minutos en llegar a una cinta, lo que realmente era muy seguido.

- ¡Qué diablos! – por su parte Yagami había conectado el teléfono de casa, a la vez que encendía también su celular, la misma historia que su amante, aquella maquinaria del demonio no deja de sonar, pero a él le ha ido peor, su padre, su hermana, sus hermanos, llamadas de la casa de Kyo, y de un número desconocido – ¡QUÉ CARAJOS! – estaba por levantar el auricular para hacer una llamada cuando el teléfono fijo suena apenas rozarlo haciéndole dar un respingo

Apenas decir "hola" la voz de Yukari le interrumpe, pero el menor no pudo decir más que dos palabras, alguien le arrebata el teléfono, Iori logra reconocer la voz de su padre, algo que le parece demasiado inverosímil puesto que el numero del que están llamando es nada menos que el de la casa de los Kusanagi, en tanto que este último también responde una llamada del teléfono de su padre.

- ¡VENGAN A CASA DE INMEDIATO! – exigen ambos padres tal que si fuese una coreografía perfecta a sus vástagos que no pueden hacer de lado la sorpresa recibida.

Obviamente después de aquello se apresuran con lo que tenían que hacer antes de irse del departamento, una ducha rápida tras la cual mientras se visten comen un bocadillo pues tenían el estómago vacío.

-Una bola de arroz de combini no era mi opción de última cena – farfulle Kusanagi mientras mastica el arroz al tiempo que se pone el cinturón de seguridad, sabe de sobra que en esos momentos cada segundo es crucial por lo que su pareja no perderá tiempo, al instante que su cinturón hace "click" el rechinido de las llantas del hermoso Toyota MR2 en ese precioso color 3P0 SUPER RED, resuenan por el barrio indicando que quien sea que estuviese por ahí debe estar atento para no ser arrollado.

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