-Bienvenidos a Egipto, por favor de pasar a la sala 6 -dice la azafata haciendo gesto de felicidad, aunque todos sabemos que no le agrada llegar a Egipto, pero no la culpo.
Miro por última vez la ventanilla del avión.
-Keket, ¿ya despertaste?- dice la voz de mi mejor amigo.
Giró la cabeza para encontrarme con esos ojos cafés.
-Sí, solo miraba un poco por la ventanilla-digo levantándome del asiento-¿Ya llegaron por nosotros al aeropuerto, Fred?
-Dijo tu papá que llegarán en 10 minutos-dice cuando pasó a su lado para ir a la puerta del avión.
Veo a Fred, me mira, y sucede.
Esa reacción que sientes de que te están observando con una mirada intimidante, y no es Fred.
Giro la cabeza a la izquierda y ahí esta.
-No me asustes así-digo un poco aliviada.
Miles, es mi primo, aunque es mayor que yo por dos años y me asuste de la peor forma lo quiero.
-Fred, Miles, vámonos ya.-digo al escuchar el aviso de abandonar el avión.
Caminamos afuera del aeropuerto, como voy adelante, solo escucho murmullos a mis espaldas, de seguro Fred y Miles, están hablando de las azafatas que nos atendieron en el avión.
Fred es mi mejor amigo, y aunque él me quiera como algo más, yo no.
Me detengo cuando me doy cuenta que no estoy en el aeropuerto, ahora ya no están los murmullos.
Todo se ha quedado en silencio.
La maleta que llevaba ya no está.
No uso mi ropa, uso algo más... antiguo.
-Keket...-una voz ronca pero a la vez suave habla.
-¿Hola?-digo mirando a todos lados, pero no hay nada a mi alrededor.
Y lo veo.
Un chico alto, de ojos que parecen morados, su cabello... es dorado con...morado... ¿acaso eso es posible?
Me mira.
-Keket, Fred llamando a tierra de Keket...-
Meneo la cabeza un par de veces mientras cierro los ojos, estoy en la acera del aeropuerto.
-Perdón, el viaje fue agotador-
-Es obvio, un viaje de 12 horas no es agradable... llegaremos a descansar un poco... y mañana, a ver cada sitio que nos tiene preparado Egipto-dice entusiasmado Miles.
No tardó mucho que mi padre llegara a recogernos al aeropuerto.
No hablamos nada en el camino, no es de palabras, toda su vida se la ha pasado en su trabajo.
Trabaja como gerente del museo Global de Egipto, y nos ofreció venir a ver qué tal, al principio no me agradaba la idea, no estoy acostumbrada al sol, el calor sobre todo, ya que padezco dermatitis en la piel, pero nos aseguro que no nos asolearemos mucho.
-¿Que tal el vuelo?-al fin pregunta mi papa cuando abre la puerta de la casa.
-Bien, agotador-dice Fred cargando algunas maletas adentro.
-Bien, no me quejo tanto como su hija tío -dice Miles riendo un poco; a lo que le respondo con una mirada seria.
No respondo nada y me dirijo a lo que ahora será mi habitación durante las vacaciones.
Nose que pensó mi mamá a casi obligarme a venir, solo acepte para que ella descansara un poco de lo castrosa que soy.
Abro la puerta, es una habitación cálida, totalmente pintada de un color café claro o parece ser rosado. Tenia pinta de que fue pintada hace poco, mi padre debió hacerlo con contratiempos, como siempre. Contiene un balcón pequeño por donde entraba una brisa de aire cálida.
Me recuesto en la cama y miro el techo, y aunque aún sean las 3 de la tarde, me quedo dormida.
Al despertar ya es de noche, escuchó ruidos en la planta baja, están cenando, veo un plato de comida y un vaso de jugo sobre el buro alado de la cama.
El viaje ha sido realmente agotador.
Me dirijo al baño y me doy una cálida ducha, me visto con mi pijama y al salir alguien toca la puerta.
-Keket, ¿mañana vamos al museo?-dice Miles tras la puerta.
-Claro, ¿a qué hora?
-En la mañana, te esperamos a las 10:00 am, ¿ok?-dice aún tras la puerta.
Oigo sus pasos irse por el pasillo.
Regreso a la cama y me siento, como algo y tomo el jugo, cuando termino, miro aquel balcón con las puertas abiertas. Me paro para cerrarla, era muy tarde para tener las puertas abiertas. No lo se, quizá entre un ladrón.
Al estar enfrente de la puerta el aire toca mi cara, algunas luces de la ciudad brillan por todos lados. Así que decido salir.
Volteo a la derecha y veo a lo lejos unas pirámides, y lo que ha de ser, el Museo, que antes era el palacio donde vivían los reyes.
Camino de regreso a mi habitación y cierro.
A la mañana siguiente ya lista para salir con el par de tontos de mi amigo y primo, al museo Global de Egipto. Noten lo emocionada que estoy, quisiera quedarme encerrada hasta que me vaya de nuevo a Nueva York.
El viaje es aburrido, o para mí lo es.
Miles y Fred están muy emocionados como si fueran niños pequeños.
Al llegar, un Guía nos dará un paseo, por cada habitación importante del palacio.
La sala Principal donde está el trono, luego por los grandes jardines y el jardín principal donde hay un árbol de manzanas, la cocina, y por último la habitación que algún día uso un faraón que admiraban todos.
La guía no deja de hablar de él, Atem.
Al parecer así se llamaba, que dio su vida para proteger a todos y bla bla bla...
De camino a la entrada principal, espero a Miles y Fred que coquetean con unas chicas que al parecer son rusas.
Miró los objetos del palacio, cuadros y demás.
Mi padre nos ha encontrado recién llegábamos y nos dejó a los tres solos a la mitad del paseo, por trabajo.
Volteo a ver a Miles que me hace un gesto de ''cinco minutos más''. Regreso la mirada a la puerta. Al fondo hay una puerta pero no es tan grande como todas las de las habitaciones, tiene una cinta de ''no pasar'', no recuerdo haber pasado ahí por la Guía, creo que es obvio, el letrero lo dice.
Camino en silencio hasta la puerta.
La curiosidad mato al gato.
Miro a mí alrededor para ver que nadie me vea, menos el guardia. Me ira mal si me ven, y quizá también meta en problemas a mi padre, que mas da.
Abro la puerta y entró.
No hay nada, solo hay una mesa en centro con lo que parece ser era una fogata, o bueno, restos de lo que fue una fogata.
Leo el tríptico que la guía nos dio antes del paseo, y lo encuentro, al parecer estoy en donde la Corte del Faraón se reunía.
Camino alrededor de la mesa, me paro en medio, miro más detalladamente lo que queda de algunos palos de madera; al parecer hay algo que está cubriendo, quito algunos palos quemados y descubro un objeto grande en forma de llave, me da curiosidad y lo tocó.
Siento una pesadez sobre mis hombros, soy consciente de que caigo al suelo, y mis ojos se cierran.
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EL FARAON ATEM ©
FanfictionEn el antiguo Egipto, los faraones junto a su Corte tenían en su poder los artículos del milenio, que usaban para mantener la paz en el Reino. Hace 5000 años existió un faraón llamado Atem, respetado por todos y querido. Keket, quien no se imagin...