Capítulo V.

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  • Dedicado a Janet García
                                    


Atem se separa lentamente, como si quisiera guardar este momento en su memoria.


Frente a Frente, me mira directamente a los ojos, su rostro cambia cuando sonríe, lo miro como tonta, ¿acaso acaba de decirme que quiere besarme?, nuestra conexión se ve interrumpida cuando mira mis labios y vuelve a mirarme.


Es como si pidiera permiso, para darme un beso, sonrió de lado.


Y me besa.

Sus labios son suaves.


Cuando termina, me abraza con fuerza.

Está jugando conmigo, esto es estúpido, ¿o no lo es? Se separa un poco de mi para volverme a mirar.

-Lo siento... no quería...


-Perdóname usted- digo separándome totalmente de sus cálidos brazos, para salir corriendo a mi habitación.


En el pasillo choco con alguien, es Jill, me dejo la muy hija de su mamá.


-¿Dónde estabas?- pregunto sosteniéndola de los hombros.


-Lo siento, es que Kill me dijo que los dejará solos.


Maldita Kill.

-Sigue en lo tuyo, me iré a mi habitación.


Camine por el pasillo, a tan solo unos metros de la habitación miro por la puerta el jardín principal, decido ir al árbol de manzanas, miro las hojas, tiene muchas manzanas.


Me coloco de puntas para alcanzar una de ellas, la arranco del árbol.


-Supuse que estarías aquí-dice Isis apareciendo del otro lado del Árbol.


-¿Que quieres Isis?- pregunto dándole una mordida a la manzana.


-Veo que Atem ya se te declaró.


-Estás loca, solo fue un beso estúpido- digo tratando de no darle importancia.


-Solo ten encuentra que te pareces a Mana-dice para irse del jardín.


Es verdad, Atem quizá solo me beso por que le recuerdo a Mana.


Los próximos días por la tarde me la paso en el árbol, algunos niños de las musas vienen a jugar, en ocasiones juego un poco con ellos, me divierto como si yo también tuviese su edad, su inocencia me gusta, extraño a mi padre, a mi primo y a mi mejor amigo, a mamá, ¿que estará pasando con ellos?.

Luego se me viene a la mente el anciano.

Quisiera ayudarlo más.


Pero ni su nombre se, quizá luego averigüe con algún guardia o con Mahad.

Un niño camina hacia mí, me mira con pena.


-Hola- dice para después mirar a su grupo de amiguitos a unos metros de nosotros.

-Hola- digo sonriendo de oreja a oreja.


-Mis amigos y yo nos preguntábamos si puedes jugar con nosotros...- dijo poniendo cara triste. Me daba ternura.


-Claro- digo asintiendo con la cabeza-Vengan-digo a los demás niños -¿Qué quieren jugar hoy?


-Queríamos jugar a las atrapadas- digo un niño calvito.


-Okey, yo los atrapo, soy una bruja de lo peor- digo parándome de las raíces del árbol y corriendo tras los niños que ríen y corren a la vez.


No recuerdo cuando fue la última vez que me sentía feliz jugando.


Persigo al niño de ojos avellana, dios, es muy rápido.


Corre al árbol y trato de atraparlo. Fallo a la primera y sigo corriendo por el jardín.


Veo al otro lado del patio a una niña que se ha caído.


Corro hacia ella para ayudarla, cuando llego, los niños se ponen al rededor de nosotras.


-¿Estás bien?- pregunto viendo su rodilla con un ligero raspón, la niña asiente -Tráiganme agua-digo al niño que me pidió que jugara.


Unos momentos más, después de que le limpie la rodilla, todo estaba bien, podía caminar, solo que tardara unos días en cicatrizar y curarse del todo.


-Amigos, me tengo que ir a descansar un poco, nos vemos luego-digo alborotando un poco los cabellos de los niños.


-Hasta luego Keket-dicen los niños en unisonó.


Sonrió ante ese detalle.


Miro al frente y veo a Mahad mirándome, no serio, ni sensible, al contrario con una sonrisa de oreja a oreja.


-¿Qué?-digo sin entender.


-Atem quiere verte, está en tu habitación-dice retomando su postura seria.

Mierda.


Camino hasta ponerme frente a la puerta, giro la perilla y lo veo sentado en una silla.



EL FARAON ATEM ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora