Nakahara Chuuya fue apartado de su familia desde que era un niño, por la mafia rusa, ahora está comprometido con el próximo jefe, sin embargo algo en su vida cambiará cuando conozca a un enigmático castaño.
Dazai Osamu es un importante ejecutivo en...
Estaba amaneciendo, se removió un poco pero unos largos brazos no le permitieron levantarse.
No le quedó de otra que observar a su pareja y futuro esposo. Fyodor dormía plácidamente a su lado y a Chuuya no le molestaba, de hecho disfrutaba de estos momentos de paz, pues pocas eran las veces que se podían relajar.
Después de todo, ser el futuro líder de una mafia -específicamente la rusa- conllevaba demasiado esfuerzo y él era su mano derecha, su compañero y amante fiel.
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Antes de que su vida se volviera tan peligrosa; Nakahara Chuuya era un niño normal que vivía junto a su familia en una pequeña casa en el centro de Yokohama -su ciudad natal-
Los padres del pelirrojo se vieron envueltos en un conflicto que acabo separandolos de su único hijo. Ese niño fue capturado por los hombres de Mikhail Andreyevich Dostoevsky, el líder en ese entonces de la mafia rusa.
Su estadía en el extranjero no era más que por productos para intercambiar, armas para vender y personas a las que se les podía sacar provecho.
Chuuya cayó presa de sus garras, pero aquel imponente hombre vio algo en ese niño que lo salvó de tener un destino horrible y probablemente doloroso.
A Dostoievsky le agradó el chico, así que lo entrenó; solo pensaba en convertirlo en una magnífica máquina para matar; alguien que diera su vida por la organización, completamente fiel a ellos, tanto que no le molestaría enfrentarse al mismísimo diablo.
-Chuuya no se quejó ni lloro; sabía que sí lo hacía su familia sufriría. Ya había visto hasta donde eran capaces de llegar esas personas por conseguir lo que querían. Además debía agradecer que no lo matarán o traficaran con sus órganos-
El talento del infante fué innegable; aprendía rápido y realizaba movimientos a una gran velocidad a pesar de su corta edad. El hombre al final de cuentas le dió un nuevo hogar aunque en un principio no se sentía así.
Paso al rededor de dos años entrenando sin descanso, dando todo de sí y mostrando su determinación. Un día conoció a otro niño un pelinegro de la misma edad; único hijo del líder; su madre había muerto poco después de haberlo tenido; ¿Su nombre?..
Fyodor...
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Aquel chico se convertiría en su primer amigo; Fyodor lo buscaba todo el tiempo; entrenaron juntos y con el pasar del tiempo a nadie les parecía extraño verlos en esa peculiar cercanía.
El padre del asabache acepto su amistad y colocó a Chuuya como su mano derecha, él que lo protegería de cualquier peligro y ese era su papel. Aunque con el pasar del tiempo las circunstancias cambian, los sentimientos también... Y el pelirrojo terminó comprometido con Fyodor a la edad de 18 años.
