4~ Que inicie la misión

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Iba tarde, de hecho iba demasiado tarde y probablemente recibiera un sermón por la hora a la que se presentaría a la reunión con los jefes de esas dos organizaciones. Siendo sinceros no tenía ni una pizca de interés por los asuntos a atender este día pues no había sorpresa alguna de los hechos que llevaron a llamarlo tan precipitadamente.
Aunque eso no quería decir que no tenía ánimos, era sorprendente pero ha estado muy motivado desde aquella noche.

Fue espectacular ver el lío al día siguiente de la fiesta gracias a su plan que resulto mucho mejor de lo creyó.

Varios mafiosos fueron asesinados por las autoridades de Yokohama y otros cuántos arrestados, probablemente en este momento debían estar sacándoles información, esperaba que al menos les causarán un poco de dolor. Dazai estaba contento con los resultados, pero aún tenía que ir por la cabeza de la organización, no bastaba solo con las extremidades y no estaría del todo satisfecho hasta completar su venganza.

Dazai destilaba energía cuando entro en la oficina de Mori, sin pedir permiso con anterioridad. Quiso restregarles a todos los presentes su buen humor, pero sabía que tenía que aguardar, ya llegaría el día en que les dedicaría una sonrisa llena de soberbia y superioridad, justo cuando empezarán a suplicar.

Volvió a su habitual rostro vacío de expresión mientras se adentraba en la sala con zancadas que al parecer tenían el propósito de cabrear a todos.
Eran pocas las personas invitadas a la reunión y la mayoría tenían un rostro deplorable, así que no sería difícil molestarlos. Entre ellos estaba Chuuya; mantenía la mirada clavada a algunos documentos en sus manos y permaneció imperturbable a pesar del escándalo provocado por el castaño.

Está vez una sonrisa adornó los labios de Dazai, tras notar lo denso del ambiente.

-Llegas tarde- reclama un hombre de edad avanzada. Su semblante es serio, casi rudo y lo mira con desdén.

-Lo siento... Tenía unos asuntos que atender en el puerto...- miente con facilidad y Mori no aclara los sucesos a pesar de que sabe lo falso que es lo dicho. Mira a Dazai por unos cortos segundos y luego se vuelve a centrar en el mayor de todos los presentes.

Dazai también observa a aquel hombre; a su lado está Fyodor y al lado de éste se encuentra Chuuya. No tarda nada en darse cuenta de que ese tipo es el padre de Fyodor y el actual líder de la Mafia Rusa.

Se traga sus sentimientos de golpe, pues quiere sacar el arma escondida entre sus ropas y dispararle en la cabeza, en el pecho, estómago o piernas. Decide sonreír con amabilidad fingida.

-Por favor continúen, no paren solo por mi presencia- habla mientras toma asiento a un lado de su jefe.

En cuanto se sienta, Chuuya alza la mirada cruzándose con la del castaño más del tiempo debido, sin embargo no parece importarles eso y los demás están sumergidos en la discusión que abordar, como para darse cuenta.

La mirada del pelirrojo lo congela, porque es diferente, tiene una atención increíble, como sí intentará grabarse cada gesto de su rostro y siente un escalofrío en la espalda cuando lo ve suspirar. No logra descifrar sus pensamientos, pero sus ojos brillan bajo la tenue luz de la oficina.

Es lindo.

Detiene sus pensamientos en seco y agradece profundamente que Chuuya baje la cabeza de nuevo. Pero sigue siendo lindo. No solo esos ojos color zafiro; todo él lo es.

-Estábamos platicando sobre la sorpresa extra en la fiesta de hace una semana- comenta el líder de los rusos. En ningún momento parece relajarse mientras continúa su explicación tras captar la atención de Dazai. -Creemos que hay un traidor en alguno de los grupos y me preguntaba sí tú no sospechas de alguien Osamu.

P E L I G R O. {Soukoku/ Fyoya}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora