Capítulo 10 Engranes de Esperanzas perdidas

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"Cuando el mundo grita que te rindas, la esperanza susurra que lo intentes una vez más"

—¿Dónde está el hijo de los cabezas de carne?—Gruñí al ver regresar a todos los chicos que habían sido iniciados.—No lo sabemos.—Respondió Patán.—Se adentró en el humo para salvar a Astrid.—Informó Patapez.

-Caca de firestarter- Pensé molesto y aterrado, si Hipo no había regresado con los demás era obvio que no regresaría o al menos no vivo. Una mano se posó en mi hombro, voltee encontrándome con los azules ojos de Bocón.

—No pasa nada jefe, seguro está bien.—Animó.—Eso espero, Bocón, eso espero.—Respondí.—¿Qué es esto?—Cuestionó uno de los vikingos conglomerados en la zona.—¡No lo toquen!—Gritó Bocón de la nada.

Una gran explosión se escuchó muy cerca, muchos vikingos gritaron mientras corrían, yo no daba con la razón de tal ruido y fuego hasta que recordé qué era lo que ese Vikingo había tocado...Una piedra ovalada y escamosa.

—Mierda. ¡No toquen las piedras que caen del cielo!—Pidió Bocón a gritos.—¿Del cielo?—Cuestionaron.—La ira de Thor caerá sobre nosotros.—Gritó Orador.—Refúgiense debajo de las rocas o sitios resistentes al fuego, no salgan de allí hasta que sea seguro.—Ordené.

—Hipo, ¿Dónde estás?—

—Mierda Chimuelo no podemos dejar que ese dragón llegue a la aldea.—Gruñí desesperado.

Estaba montado en Chimuelo, haciendo la persecución más desesperada e importante de nuestras vidas. Un dragón gigante con un caparazón del tamaño de una montaña volaba con lentitud, por su gran tamaño, las "grutas" donde se celebraba la iniciación era en realidad el caparazón de un dragón, cosa que explicaba la cantidad de cadáveres que había en su interior.

—Hipo, ya intentamos muchas veces pararlo, tu nivel de energía espiritual está en su nivel más bajo.—Reclamó.—Tengo que intentarlo.—Susurré.—Sería mejor ir por refuerzos, este no es un dragón normal, si lo fuera ya estaría inclinado ante nosotros, hay algo que simplemente no me cuadra.—Insistió, y entonces lo vi.

Era muy poco notorio, en especial si lo veías desde lejos, pero una pequeña ventana disfrazada de escama se lograba identificar por el tipo de reflejo que tenía, en lugar de que la luz solo iluminara la escama, esta se reflejaba.

—Chimuelo, tengo un plan, es nuestra última oportunidad.—Aseguré.—No dejaré que hagas esa tontería.—Me regañó.—Pero solo así podremos salvar a la aldea—Rezongué.—No voy a dejar que mueras, al menos no solo, iré contigo.—Afirmó.—No, quiero que vivas por mí, que vivas lo que yo jamás viviré y también...necesito que protejas esto...—Supliqué.

No era mi intención que Chimuelo se enterara de esta forma, para nada, pero era lo mejor que podía hacer en ese momento. Saqué de uno de mis bolsillos un huevo transparente con unas hermosas alas negras con verde eléctrico en los bordes y uñas, Chimuelo no paró de volar, pero por el lazo pude sentir su decepción y tristeza, supuse que eso fue por no haberle dicho antes.

—¿Cuándo fue con exactitud?—Cuestionó.—En las cuevas, yo...me sentía raro, me dolía mucho el vientre, fue unos minutos antes de que llegaras.—Informé con la mirada gacha.—Está bien, necesito que me hagas caso en lo que voy a decir. Debajo de mi lengua hay una especie de bolsa, mete ahí el huevo, estará a salvo allí.—Prometió.

Hice lo que me pidió despidiéndome de ese hijo que no podría ver nacer, Chimuelo no volvió a decir nada hasta que llegamos a la cabeza de ese gigantesco dragón metálico. La bestia abrió la boca para lanzar fuego, sin importarme eso salté del lomo de Chimuelo para adentrarme en la boca de esa arma. Sentí cómo lentamente el calor me abrazaba, escuché mis huesos crujir y un triste grito de dolor proveniente del exterior, las llamas se extendieron por todas partes, los gritos desesperados de los pasajeros tampoco se hacían esperar. La gravedad disminuyó levantándonos del suelo y pegándonos al techo, la presión sobre mi cuerpo aumentó al igual que el dolor y el ardor, cerré los ojos dejando salir una gran lágrima, todo a mi alrededor se nubló y no pude más que escuchar lo que sucedía, ya que todos mis demás sentidos estaban nublados y no podía usarlos

—¡La ira de Thor cae sobre nosotros!—Gritó alguien entre los escombros y restos de la nave.—¡Hipo! ¿Dónde estás?—Gritó alguien más. Y eso fue lo último que escuché.

Nada, nada y nada, todo era blanco, no había nadie más a mi alrededor y tampoco había más colores, de pronto todo se volvió negro, mis ojos se cerraron con miedo, mi vientre ardía, mi entrada expandió y un pequeño pop se dejó escuchar en el aterrador silencio, algo cálido y suave se encontraba haciendo peso en mis calzones, el dolor de mi vientre se intensificó de la nada y la sangre cayó a chorros o...¿Cachorros?

—Mierda—susurré abriendo los ojos, mi vientre ya no dolía pero mi piel ardía.—¡Hipo!—Gritó Chimuelo eufórico.—¿Quién eres?—Pregunté en broma sorprendiéndome al solo escuchar gruñidos salir de mi boca.—No te asustes, tómalo con calma por favor. No te alteres, por que sino vas a alterar también a ellos.—Susurró señalando cuatro pequeños huevos, aunque comparados con huevos normales eran gigantes.

Todos tenían características distintas, pero había uno que era especialmente más grande que los demás, supuse que sería humano, miré a mi alrededor, estaba en una casa sobre la copa de un árbol.

—¿Qué hacemos aquí?—Volví a preguntar con gruñidos observando lo chiquito que se veía Chimuelo en su forma humana. Miré mis manos.

Estaban normales, blancas, escamosas...con garras ¿garras? Miré el resto de mi cuerpo, mis grandes alas blancas se extendieron por toda la habitación.

—Hipo, eres un furia luminosa, no te asustes, piensa en tu cuerpo humano, piensa en nuestro lazo.—Indicó, lo hice y con lentitud fui disminuyendo de tamaño.—Ya está, eres humano de nuevo.—Murmuró.—Creo que deberíamos ir a tu pueblo para que los tranquilices, aún no saben que eras tú, pero yo creo que ya es hora ¿no crees? Yo me ocupo de nuestros hijos no te preocupes.—Susurró abrazándome.—Bien gracias.—Susurré, no entendía bien lo que ocurría hasta hace unos segundos, Chimuelo me transmitió todo lo ocurrido por el lazo así que ya entendía más o menos qué había pasado.


➤Número de palabras: 1070➤

➤Fecha de publicación: 4-8-2021➤

Lamento informarles que este es el final de la historia, algunas cosas que falta aclarar serán aclaradas en los extras, adiós espero estén bien y les haya gustado.

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