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Esa mañana de miércoles, cuando Ferrer fue a ver a su padre, tuvieron una plática para arreglar lo que había sucedido la noche anterior, abrieron sus corazones y conciencias aclarando lo que cada uno sentían dejando atrás toda la tensión y tristeza que se había formado.

Recuerdo

—Buenos Días—Saludó Ferrer serio.

Damián se sentó en la cama soltando un gran suspiro: —Quiero que me disculpes por lo de ayer.

—No tienes que disculparte, dijiste lo que pensabas ¿qué quieres desayunar?

—No me expliqué bien, no quise ofenderte. No eres malo, nunca lo has sido.

—No quieras arreglar las cosas, no estoy enojado.

—No debí decirte que te alejes de Chavero, sabes que puedes hacer lo que quieras. Pero sinceramente me preocupa que pueda suceder algo más.

—¿A qué te refieres con algo más?

—Ella es tan dulce, podría enamorarse. Tú dices que sólo es...sexo. Pero ella podría interpretar las cosas diferentes.

—No debías preocuparte por eso, somos adultos y ya lo hablamos. A ella le quedó muy claro. Y no te metas, tengo 48 años y no necesito que mi padre se meta en mis asuntos.

—Pero quiero que sepas que no eres malo y me alegro de verdad que lo hayan hablado.

—Estamos bien.

Aquella conversación había sido breve, pero había arreglado las cosas entre ellos.

.

.

.

A Chavero se le desbocó el corazón al escuchar la voz de su hijo, lo extrañaba como nunca.

—Sí, mamá. Soy Patricio.

—Mi amor ¿Cómo haz estado? No llamaste en mucho tiempo.

Nachito al escuchar el nombre se acercó para escuchar la llamada.

—Bueno es qué soy un hombre ocupado. Tengo una familia.

—¿Una familia?

—Perdón si no te lo había dicho, mamá, pero tengo una hija de tres meses.

—Patricio... pero—la voz de Chavero había empezado a entrecortarse, la noticia le había caído como un balde de agua fría—... ¿Por qué no me habías dicho?

—Es que estaba ocupado.

—Ocupado—tragó en seco mientas una lágrima recorría por su mejilla.

—Me estoy divorciando ahora.

—¿Cómo se llama mi nieta?

—Se llama Mercedes—Dijo puntualizando, no quería hablara de eso—Así se llama la mamá de Olga.

—Me hubiera gustado que me dijeras que ibas a ser papá, me dolió que me lo digas ahora.

—Perdóname, pero tengo algunos problemas con eso. Yo me voy a divorciar de Olga y eso me está quitando mucho tiempo.

—¿Por qué te vas a divorciar?

—Eso no importa. Pero ya podré ir a verte.

—¿Con mi nieta?

—No lo sé, mamá. Pero no insistas, sabes que no es fácil juntarme contigo.

—Está bien hijo, si necesitas algo sabes que puedes decirme.

FUEGO ARDIENTE  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora