Epílogo

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5 años después...

Habían pasado cinco años desde aquel día en el que casi muero. Eventualmente renuncie a mi antiguo trabajo, la verdad no iba a extrañarlo en absoluto ha pesar de que me ofrecieron el cargo de jefa en la sede de Estados Unidos. Me negué en los primeros minutos de ser informada, la verdad no me interesaba en absoluto. Deseaba alejarme de ese mundo a como diera lugar. Con el dinero que había ganado en los años de servicio sería más que suficiente para vivir mi vida muy tranquila en una isla desierta si era posible. Yo amaba mi atrabajo, sin duda vivía para el pero las cosa cambian, arriesgarse a morir ya no es divertido ahora que tengo alguien por le cual preocuparme, por eso a pesar de mi amor hacia el. Quedaría en mi pasado y como un bonito recuerdo. No estoy interesada en alejarme de todo lo que había logrado en estos años, mis amistades, mi noviazgo.

Las cosas si habían cambiado mucho, demasiado diría yo. Mi padre me dio la noticia menos esperada en mi vida, podrán imaginarse que fue. Al principio me negué rotundamente incluso le deje de hablar por tres días hasta que Amber me leyó la cartilla y por alguna razón me convenció, estúpido poder de hermanas. Al final mi padre se caso con mi madre después de dos años de conocerse.  Al principio me costo mucho, mucho pero ya lo he superado un poco...solo un poco. Ya saben lo que pienso de ese puesto junto a mi padre.

Mi hermano creció viendo a Susan Laurent como su mamá y para él no hay nadie mas importante que ella; es su diosa. ¿Quién soy yo para quitarle esa felicidad a ese bebé hermoso? Hemos hecho de todo, literal. Ir de excursión, alpinismo, picnis, natación. Amber se acostumbro demasiado rápido, muy rápido diría yo. Cambio su figura paterna, ahora mi padre era su todo y siempre nos peleábamos por eso. Entiendan un poco mi situación, él siempre fue mio y a pesar de que quiero mucho a esa loca no se compara con ahora el tener que compartir a mi papá, aunque ella no olvida a su verdadero padre y aveces le lleva flores al cementerio, odio admitirlo pero de las dos. Soy la más débil. Amber me gana por mucho. Aprendió a llevar las cosas con calma, a superar los retos, probablemente es lo que más me gusta de ella. Se parece a mi.

Ambas nos habíamos graduado de la universidad. Así es "nos", mi padre me había obligado a asistir a la escuela después de recuperarme de mis heridas. Los dos alegaron diciendo que eran los jefes y debíamos obedecer, así que asistí con mis antiguos compañeros que me temieron apenas aparecí en su campo de visión. Bea, mi hermoso novio Benjamín, Amber y yo nos graduamos de la escuela. Ellos fueron los que me motivaron a seguir adelante. Hice las pases con algunas personas y la mayoría de estudiantes me hablaba y saludada. Para ellos era la chica más sexy, terrorífica y loca que habían conocido.

Tomé ventaja de eso, nadie me molestaba o se atrevía a decirme nada. Ayude a muchos alumnos en francés por voluntad propia, la profesora ya no me obligaba a ayudar.

Otra cosa que olvide mencionar es que mi padre también renunció a su trabajo, así es. Dejo todo, obviamente fui un golpe duro para la empresa pero no le importo, dijo que deseaba tener una vida más normal con su familia, osea todos nosotros. Vive felizmente con mi madre.

Quien iba a decir que se llevarían bien, son jóvenes, y llevan muy bien su relación. Dios podría tener más hermanos si esos dos se lo proponían.
Por un lado, ese lado cursi y bonito que yo tenía estaba feliz de que mi padre fuera feliz, independientemente de quien sea su esposa. Me alegra mucho verlo sonreír de verdad.

He aprendido que las mamás biológicas tratan bien a sus hijos, al menos la mía no ha intentado matarme en estos 5 años, si, me abandono cuando era un bebé pero esa herida esta cerrada. Ya lo hemos hablado, o según ellos lo han hablado conmigo. Ya saben que yo dejo a mi padre hablar conmigo. Estoy feliz de que no me envenene con la comida, debo admitir que la primera vez que nos preparo algo, se mostró eufórica y todo el mundo empezó a comer feliz mientras yo me quedaba sentada viendo la escena. Se sintió y quiso llorar porque yo me negué a comer. Me daba desconfianza verla tan contenta mientras nos daba esa comida.

Con espías y civilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora