Con espías y civiles

Capítulo XXIV

El ruido del teléfono hizo que me despertara, no dejaba de sonar y yo ya comenzaba a molestarme, ¿quién habla a alguien por teléfono a estas horas de la noche?

Con un ojo medio abierto trate de buscarlo y ver quién demonios era, la foto de mi padre salio en mi corta visión y yo quise matarlo.

Picandole como pude al botón de contestar lo hice y peque el teléfono a lo oreja.

--Bueno-- dije adormilada.

--¡KATE, YA NACIO!-- grito eufórico tanto que tuve que retirar un poco el teléfono de mi oreja-- ya nació mi hijo, cariño. Es un niño, ya eres una hermana mayor.

Separe el teléfono de mi oreja y me fije que era una video llamada y no una llamada normal. Divise como la imagen se movía de un lugar a otro, estaba saltando de felicidad.

Abri bien los ojos y me acomode bien en la cama, senti un brazo abrazar mi cintura y vi como Ben dormía de panza tan tranquilo. Se veía extremadamente comestible, me mordi el labio inferior de tan solo recordar los que habíamos hecho hace apenas unas horas.

Mi padre seguía gritando feliz por el nacimiento de mi hermanito.

--¿No pudiste hablarme a una hora prudente? Son las cuatro de la mañana acá Nick-- no me malinterpreten, me encanta saber que tengo un hermanito pequeñito pero casi no había dormido y estaba cansada.

--No seas así Kate, quería que lo supieras y que lo conocieras-- rápido me mostró la cuna que había al lado de Cindi con un hermoso niño enredado como tamal en una cobija azul cielo, de cachetes gordos y piel blanca como la de su mamá, su cabeza era cubierta por un gorrito blanco-- tenemos que escojer un nombre para él, cariño-- me movi otra vez en la cama y la di la espalda a mi chico mientras hablaba con ellos, al parecer todo salió muy bien y aunque Cindi se veía algo cansada estaba muy bien de de salud al igual que el bebé.

Mientras platicaba con mi madrastra sentí que alguien me abrazaba de la cintura y sin poder evitarlo puso su cara en mi cuello mientras ellos lo veían. Mientras mi padre lo veía.

La que se arma, de tan solo ver su cara lo supe.

--¡ELIZAABEEEEEETH!--grito a todo pulmón mientras nos asustaba a todos incluyendo al bebé. Esta molesto-- ESTAS CON UN HOMBRE, HAY UN HOMBRE EN TU CAMAAA-- no se que era peor, que viera a mi novio y supiera que pase la noche con el o prácticamente que le había soltado mi segundo nombre sin importar que.

En verdad no se que es peor, si lidiar con su regaño o con las preguntas que me haría Ben.

Cindi trató de calmarlo mientras él gritaba mi segundo nombre con enojo y decía que era inaceptable mi comportamiento.

--Iré a Estados Unidos apenas si den de alta a Cindi y tu estarás en serios problemas niña-- seguia con sus gritos.

Salí de la cama y me puse mi bata de dormir mientas seguia escuchando sus reclamos y enfado. Mi chico me veía entre asustado y confundido.

--¡Basta Nick!-- grite también-- deja de gritar que asustas a tu hijo.

--¡Estas con un hombre Elizabeth!-- volvió a gritar pero no tan fuerte-- esto es inaceptable, yo no te mande a Estados Unidos para que te revolvaras con todos los hombres que conocieras--duele, sus palabras me dolieron.

--Arrepientete de tus palabras, no puedo creer que tu me hayas llamado así-- estaba dolida-- me mandaste a otro continente sin importarte mis sentimientos, me quitaste mi trabajo sin importarte nada y ahora tienes el descaro de llamarme puta por estar con mi novio. Querías que tuviera una vida normal y ahora que lo estoy  consiguiendo tienes el descaro de reclamarme.

Baje las escaleras rápido para poder llegar a mi sala y bajar mi enojo abentandole el cojín a la televisión.

--Te negaste a decirme lo que pasó con Lara, a pesar de que te roge-- le grité dolida, estaba desahogado mi frustración-- me despediste con la estupida justificación de que tenia que tener una puta vida normal, me alejaste de ti sin importar como me sintiera sin preguntarme siquiera si era lo que deseaba. Preferirse a Cindi en vez de a mi cuando me prometiste que siempre me querrías, TERMINE EN UN PUTO HOSPITAL Y A TI NO TE IMPORTO-- grite eso ultimo con rabia así que le avente el centro de mesa al televisor dejándolo inservible-- si vienes a este país no vas a encontrarme, me iré antes de que llegues.

--Kate no...-- parecía dolido pero corte la llamada y avente mi teléfono al sillón.

Volvió a sonar pero yo no atendí sino que me rendí y cai al suelo mientras me recargaba mi espalda en el sillón.

Había algunas cosas que me aterraron completamente, Ben sabía mi segundo nombre, sabe que no soy de este país y que mi padre tiene acento londinense al igual que yo porque gracias a esta discusión no pude ocultarlo dejándolo salir sin más.

Pero a pesar de todo eso, dolian más las palabras de mi padre. Eso sí, me destrozo el corazón.

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Hola, ¿cómo están?

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