xiv. healing wounds

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    Brina se quedó callada y JJ se pasó la mano por el pelo. Los otros dos Pogues decidieron mantenerse al margen de todo.

Bri se acercó a JJ. Sus ojos se conectaron. La chica llevó su mano al labio del rubio y lo acarició con suavidad. Él sintió que iba a estallar. Fue tranquilizante, suave, perfecto. Después de eso casi se había olvidado del dolor de los puñetazos de Rafe y Topper, de la pelea, de su padre, de la droga, de todo.

—Creo que sobramos —murmuró Pope a Kiara. Ella soltó una carcajada y asintió.

—Vámonos, será mejor que les dejemos solos.

Los dos se fueron, dejando a la Kook y a JJ juntos. La mano de la chica pasó a su pelo y lo peinó hacia atrás, para ver mejor las heridas. Tenía la ceja cortada, al igual que el labio. Algunos hematomas recientes y algún que otro corte en la nariz. JJ no sentía dolor ninguno, no sabía qué estaba pasando.

—Vamos, voy a curarte eso. Pinta mal.

JJ asintió y sintió un cosquilleo cuando la ojinegra tomó su mano y comenzó a caminar así. Si todas sus peleas iban a terminar así, tendría mil. Millones. Se sentía bien.

Llegaron hasta la casa de la Kook. JJ jamás la había visto en excepción de su exterior. Era enorme, tenía al menos cuatro plantas, muchas habitaciones y baños. Un jardín con piscina... Tenía hasta fuentes por la parte delantera.

—Nos colaremos por la ventana, no hagas ruido.

Comenzaron a trepar por la ventana, esta vez fue más fácil ya que tenía la ayuda del rubio, quien iba cogiéndole la mano cada vez que avanzaba más que ella, haciéndolo rápido y fácil.

Llegaron a su habitación. Era lo más simple del mundo para ella, pero JJ opinaba lo contrario. Su habitación era del tamaño de la casa de John B, prácticamente. Tenía algún que otro disco colgado por la pared, un reproductor en una mesa... Y una cama enorme que se veía muy cómoda. Hasta tenía aire acondicionado, que le pareció de otro mundo.

Mientras tanto, Bri tomaba un neceser de primeros auxilios que guardaba en el baño. Cuando volvió al cuarto rio un poco de la reacción de JJ, parecía que estuviese viendo la cosa más maravillosa del mundo.

—Siéntate.

JJ reaccionó y se sentó rápidamente en la cama. Era justo como la imaginaba, blandita y cómoda. ¿Era muy pronto para pedirla quedarse a dormir? Quizá sí, parecería que tenía segundas intenciones... Aunque, ¿quién dice que no?

Brina tomó un algodón y un poco de agua oxigenada, y comenzó a pasarlo con cuidado por las heridas del rubio. Escocía, escocía mucho. Pero se estaba aguantando, no quería parecer débil. Brina lo estaba haciendo con todo el cuidado del mundo, tratando de no lastimar de más al chico. Estaba inclinada un poco. Se había recogido el pelo en un moño desordenado y se veía muy concentrada. JJ podría estar derritiendose ahí mismo, trataba de contenerse todo el rato. Se veía atractiva, muy atractiva. No llevaba maquillaje y tampoco era la chica más guapa que había visto. Pero era preciosa, naturalmente preciosa. Y más si hacía estas cosas.

—Uh... Ya está. Voy a buscar unos puntos para tu nariz.

JJ se quedó quieto, quejándose un poco por las heridas. Brina apareció de nuevo con una especie de paquete pequeño. Cogió los puntos, que eran unas pequeñas tiras blancas adhesivas, y se las colocó en el puente de la nariz y en uno de sus pómulos. Lo hizo con cuidado, como antes. JJ estaba sintiendo un fuerte cosquilleo en su pecho, y no era del dolor.

—Listo —sonrió, guardando las cosas de nuevo en el botiquín.

—Gracias, Kook —JJ se levantó y se miró en el espejo, no tenía mal aspecto—. Bueno, no parecen tan graves.

love takes two| jj maybanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora