Pelos de Mierda [Bakushima]

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Sábado por la mañana, mientras todos los compañeros de Kirishima se iban a sus casas a visitar a su familia, él se quedaba en la entrada de la academia esperando que su senpai llegara. Estaba preparado hasta los dientes, investigó un poco sobre el tema de montañismo, según Gugoul debía usar varias capas de ropa y botas rígidas, una mochila ligera para llevar lo básico. También recomendaban conseguir un arnés, casco, la apropiada longitud de cuerda y un equipo decente, pero no creía que fueran a escalar una montaña de gran altitud por lo que no le pareció necesario; una linterna en caso de que se perdiera en la noche o si la requería para dar un paseo nocturno y por ultimo un pequeño botiquín de primeros auxilios.

Su senpai le informo que se encargaría de la comida, la carpa, el lugar; al principio le parecía mal que él gastara dinero por los dos, sin embargo tuvo que desistir de convencerlo de dividir los gastos puesto que Bakugou-san prometió matarlo si es que se atrevía a llevar otra cosa que no fuera personal o dinero; según el mayor él debía encargarse de lo esencial pues era el anfitrión por así decirlo, dejándolo saber por su mensaje de texto:

[Jodido pelos de mierda no insistas más, yo te invite recuerdas, ese es mi jodido trabajo, lleva dinero y te mato subiendo la montaña]

Le pareció tan varonil su acción, sin dudarlo, quería ser como su senpai; no con su temperamento claro.

A lo lejos escucho numerosas risas en unísono, al principio eran disimuladas pero se convirtieron en más y más ruidosas; aunque su inseguridad le gritaba que se estaban burlando de él, confió en que no era así, sin embargo sus pensamientos cambiaron a causa de aquellos crueles comentarios.

« ¿Es él? Vaya, que bajo ha caído la U.A. al aceptar a un idiota como él, míralo, su pelo teñido es una basura » « Dicen que no puede controlar su quirk » « Shh, las puede escuchar»

Intentó no prestar mucha atención, aun así ellos seguían hablando como si no estuviera a unos cuantos metros de distancia; ahora estaba impaciente porque su senpai llegara y rápido se fueran de aquel lugar, estaba aguantando sus ganas de llorar, ya sabía que no debería estar ahí, que era un idiota, que su pelo era una mierda como se lo recordaba a cada rato Bakugou; pero dicen que los comentarios más crueles están hasta el final, y esta no era la excepción « Bakugou-kun solo pierde el tiempo con alguien como él » estaba por escapar de ahí, ya no aguantaba escuchar; sin embargo su escapatoria fue interrumpida por un fuerte brazo que lo toma y jala por atrás encontrándose con un torso trabajado y duro que choca contra su espalda.

— ¿Qu-? — su pregunta es interrumpida al ver a su senpai con el ceño más fruncido de lo habitual mirando hacia la calle — Ah, Bakugou-san hola

— Hola pelos de mierda, tuve que ir a comprar unas cosas para el viaje y-

El rubio voltea a ver al grupo de estudiantes que ahora estaban expectantes de lo que pasaría entre los dos, su cara cambio a una tenebrosa, se acerca a ellos hasta estar lo suficientemente cerca como para murmurar cosas que a oídos de Kirishima era difícil de comprender, regresó hasta el menor tomándolo del mentón para después besar sus labios, fue un beso rápido pero profundo.

— ¿Nos vamos, mi héroe?

Eso último lo dijo lo suficientemente alto como para que todos ahí lo escucharan; tuvo que tragarse todo su orgullo al decir aquellas palabras. Kirishima sonrió agarrando del brazo a su tutor y llevándoselo hasta la parada de autobuses; llegó el bus y se sentaron en la parte media de este, al pasar de la ciudad al campo, el pelirrojo no pudo evitar maravillarse con la hermosa vista, le recordaba a las veces que jugaba con los vecinos en los verdes prados de su pueblo. Pensaba en aquella época tan feliz para él, regresó la vista a Bakugou que al parecer no le gustaba ni lo más mínimo sus alrededores.