E p í l o g o

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— Estoy encantado de trabajar otro año contigo, Kirishima — estrecharon sus manos antes de que el pelirrojo saliera de la oficina del director, conocido como Ingenium

— Me alegra volver a la academia — con una sonrisa deslumbrante salió a los pasillos, dirigiéndose al aula donde estarían los nuevos alumnos que estarían a su tutela

Nos remontamos tres años después. Dos desde que Eijiro fue contratado por la U.A. como profesor a tiempo completo, y éste sin dudarlo aceptó la propuesta, abandonando su vida de pro-hero.

No era que le gustara dejar la agencia que lo acogió por años pero creyó que este cambio era para mejor, a lo único que se dedicaba cada que iba al trabajo era hacer informes detrás de su escritorio y entrenar con los nuevos reclutas; hubo algunas ocasiones en las que se apoderó de la agencia por completo ante la ausencia de Mirio y Tamaki. Amaba convivir con los jóvenes cadetes, sin embargo ya no era lo mismo, no salía a patrullar, no podía pelear contra los villanos que atentaban la seguridad de la población, no podía estar presente en las victorias de la joven Eri, la cual lloró el día de su partida.

Pensó que la vida como profesor en una de las más prestigiosas academias para héroes sería más emocionante, que no solo se quedaría atrás de un escritorio haciendo informes o fichas a falta de un quirk.

Sin darse cuenta había llegado a su aula, la clase 1B a la cual fue asignado como tutor. Este sería su tercer año siendo profesor, el año pasado y antepasado impulsó a los alumnos de 2 A y 3 B; aunque esta ocasión sería diferente pues tal como le había informado Iida, estaría a cargo de aquellos estudiantes el resto de su estancia en la academia, o sea, tres años.

Deslizó la gran puerta ingresando al salón, dándose cuenta con lo que lidiaba.

Vio a todos reunidos en un círculo haciendo obvio lo que pasaba, una pelea entre estudiantes; las chicas gritaban desesperadas que aquello se detuviera y algunas intentaban entrar y detener la disputa al igual que unos pocos compañeros hombres, los demás solo alentaban a los golpes y grababan la escena.

— Chicos es su primer día, no creo que quieran ir a detención — pasaba entre la multitud, dejando perplejo a cada estudiante que lo veía

Llegó al centro del espectáculo, donde las dos personas se aporreaban salvajemente, para ese punto los demás ya habían disuelto el círculo dándole espacio a Kirishima para intervenir.

— Oigan ya basta — se acercó más sosteniendo a ambos jóvenes del brazo sin dañarlos, mas esto no fue impedimento para que la pelea siguiera — ¡Dije que ya bas–!

Un golpe impactó en su mejilla haciéndolo girar su cabeza, todos en el cuarto quedaron en shock, inclusive los dos chicos que minutos antes se estaban matando a zarpazos.

— Muy bien — su agarre se endureció llegando a sacar quejidos de ambos alumnos, los elevó hasta tenerlos de pie y verlos directo a los ojos, uno de ellos pareció palidecer ante su mirada carmesí mientras el otro desviaba la mirada hacia el piso, los dejó caer para después caminar al frente de las butacas — Todos a sus asientos

Sin rechistar cada uno fue a su silla previamente asignada y por casualidades del destino –que ahora mismo Kirishima maldecía–, el par de luchadores estaban juntos.

— Mi nombre es Kirishima Eijiro y seré su tutor estos tres años que estarán en la academia — analizó uno por uno, deteniéndose en los dos chicos principales — No sé si lo sepan pero las peleas entre estudiantes fuera de algún entrenamiento están penalizadas

Tanto el castaño como el pelinegro dieron un saltito en su lugar al sentir la dura mirada de su profesor.

— Díganme ¿Por qué peleaban?

Pelos de Mierda [Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora