Capítulo 8 (Sin Corregir)

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Seth

Deje la conversacion abierta tratando de escuchar más allá del ruido que había en la casa, sin embargo, la voz de mi compañera ya no se escuchaban más.

—¿Ya se fue? —cuestione.

—Si.. —se escuchó apenas.

Metí la llave en el contacto, pero al sentir el frío de las llaves contra mi piel me detuve. Nunca había pasado. No desde que mi temperatura había aumentado por ser un lobo.

—¿Seth? ¿Sigues ahí?

Sam tenía el celular ahora, respire hondo antes de volver a apurarme.

—Aqui estoy, ¿puedes decirle a mi compañera que llegaré rápido con ella?

—Se acaba de ir.

Pronto estaba en marcha, más rápido de lo que permitía el alguacil, por primera vez en la vida.

—Sam—advertí en mi voz cierto pánico. —¿con quien estaba? ¿que es eso de una doble cita?

—Valeria conoció al chico nuevo y me pidió presentarlos, pero va Bruno con ellas, tranquilo.

—¿Tu estarías tranquilo si fuera Emily?

No quería ser grosero, no quería. Un raro picor comenzó en mi antebrazo, donde rasque con impaciencia sin prestarle más atención. Luego comenzó en mi cuello y después en mi pierna. Quizás el jabón para ropa me estaba dando salpullidos.

—Bruno es un amigo, es bueno chico.

—Aun así, que sea bueno no quiere decir que me gusta verlo fingir ser novio de mi chica.

—Bien, bien, entiendo.

—Dime a donde iban a ir, por favor. Los alcanzaré.

—No hagas nada imprudente, Seth.

—No lo haré.

El cosquilleo era mas fuerte, vi mi brazo; estaba ya rojo de tanto que había rascado; me dolía
como un moretón.

—¿Seth?

—Dime, Sam. Intentaré no hacer nada imprudente.

—Se escucha como si respirarás muy acelerado, ¿donde estas?

—Estoy bien. Me siento algo raro, pero bien.

El camino en frente mío comenzaba a verse un poco borroso; la lluvia me estaba empañando la vista. Puse a Sam en el altavoz, el celular lejos en el asiento del copiloto para poder tomar el volante con las dos manos.

—Llega a la reserva y te diré donde esta ella. Te escuchas mal, Seth.

Nessa

Raras veces me pongo incómoda en la presencia de alguien.

Generalmente soy yo la que genera la incomodidad, pero esto, de alguna extraña manera, me sobrepasó.

Di otro sorbo a mi malteada, mirando entre la cita de Valeria y el propio Bruno.., y la cita de Valeria..., y el hermano de la cita de Valeria.
Claramente mi hermana estaba muy emocionada con este chico, nada anormal aún, dado que era la primer cita.

—Entonces, ustedes dos, ¿terminaron en buenos términos?

Trague totalmente concentrada en mi bebida. Yo era la culpable de que la gente pensara que Valeria era la que salía con Bruno y no yo, pero, oye, ¿cómo la gente puede ser tan distraída para no diferenciarnos? Sentí una patada bajo la mesa, lo que me hizo levantar la mirada.

Snarl Down ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora