Capítulo 2

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La mañana en casa fue incómoda; aunque me sentía renovada por todo el sueño reparador que tuve, mis ojos se veían hinchados y sospechaba que papá ya había soltado la sopa respecto a lo que había pasado. Los indicios de mi sospecha fueron acertados cuando nadie mencionó nada de las flores perfectamente acomodadas y con una tarjeta con mi nombre que nos esperaba en el porche de la casa. Además, parecían moverse sobre las puntas de los pies alrededor mío.

La escuela fue distinto.

La gente me miraba; lo cual, en si, era una sorpresa; normalmente me ignoraban, pero esta vez parecían estar esperando algo de mi. Y entonces, escuché en clase de español la conversación entre dos chicas.

-Pobrecita. -decía la pelirroja mirándome de soslayo.

-Dicen que Seth la engañó con Nessie y la dejó, después de que estuvieran en la cocina juntas salió casi llorando. Yo digo que se lo confesó, con eso de que según son amigas.

-A mi me contaron que Seth la terminó porque no la quería ya.

Pueblo chico, infierno grande, literalmente. Y me tocó vivirlo en carne propia. Me levanté del pupitre directo hacia ellas disfrutando como se miraban preocupadas entre sí.

Esbocé mi sonrisa de dientes completos, -Escuché mi nombre por aquí, me pregunta si podría saber lo que estaban hablando.

La pelirroja balbuceó una respuesta, pero no alcanzó a decir nada antes que la rubia la interrumpiera.

-Te habrás confundido.

Hice un ademán, riéndome lo más adorablemente que pude. Era consciente que la maestra me vigilaba de cerca, pero ya había dado por terminada la hora y yo no estaba haciendo más que conversar con compañeras de clase, ¿no?

-Eso me pasa tan a menudo. -me quedé jugando con una pluma sobre su pupitre. -¿Sabes? Cuando trabajaba como camarera en desayunos Ely escuchaba muchas, muchas cosas que me dejaban tan confundida.

Solté un suspiro dramático, haciendo como que estaba pensando muy profundamente. -Oh, oh, ¡Ya me acordé de algo! Como cuando tu dijiste que engañaste a tu ex novio diciendo que estabas embarazada para que no te dejara, pero fue una mentira y después lo desmentiste cuando lo encontraste con otra chica.

Me volví a reír, esta vez viendo a la rubia -Oh, ¡y tu! -me reí más fuerte -. Como cuando tu hermano casi descubre al chico que entró a hurtadillas a tu cuarto. ¿Cómo es que se llamaba? ¿Jack? -chasqueó la lengua- ¿no era ese el nombre de nuestro profesor de química? ¿El becario?

Sus rostros palidecieron. Yo sonreí más.

-Sería una lástima que estos rumores tan raros y que me tienen tan confundida salgan a la luz, ¿a que sí?

No me contestaron, y la maestra ya caminaba en nuestra dirección para ver qué sucedía.

-Yo guarde silencio con estas cosas, porque soy extremadamente amable. -les guiñé el ojo- pero no todos tienen mi amabilidad y hay ocasiones en que una boca reventada se guarda más las cosas.

Y me marché, casi chocaba con la maestra pero tomé mi mochila justo cuando el timbre del almuerzo sonó y salí casi corriendo por mis raciones de pizza. Hace mucho que no sentía la plena satisfacción de querer soltar unos buenos golpes, casi me entristecía que las cosas no hubieran llegado a eso.

Era obvio para mi que callar dos bocas no sería suficiente contra todas las habladurías que habría ya en el pueblo; lo raro es que no recordaba haber invitado a nadie de la escuela a la fiesta de Nessie.

En el almuerzo parecía que nada había sucedido, Reneesme se sentó lo más alejada de mi posible (igual que en todas las clases que compartimos)  y entendí que estaba pensando que la quería lejos; sin embargo, no interrumpí la conversación y me dedique exclusivamente a limpiar mi plato del almuerzo hasta dejarlo vacío para ir a rellenarlo e ir por la segunda ronda.

Snarl Down ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora