Capitulo 26

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Código Azul

En algunos casos los pacientes que son sometidos a largas intervenciones quirúrgicas sufren experiencias terribles con la anestesia, es excepcional, sin embargo puede suceder. Un pequeño porcentaje al volver a la consciencia refieren haber vivido el peor momento de su vida encima de la mesa quirúrgica, algunos incluso llegan a sentir que mueren y que su alma abandona su cuerpo. Científicamente la explicación a esto se debe a los efectos narcóticos de algunos medicamentos, o tal vez a la ausencia de efecto de algunos otros.

Cuando un paciente es llevado al pabellón de quirófano pasa a ser responsabilidad de todo el staff de médicos dispuesto para él, el cual en está conformado generalmente por dos cirujanos dependiendo de la complejidad de la intervención y un anestesiólogo. La opinión popular sobre estos últimos es que son seres perezosos que rellenan crucigramas y escuchan el playlist más excéntrico durante cada intervención, poco dialogan con su entorno, se disocian por completo y solo se pavonean como gatos elegantes por la sala echando una que otra mirada al paciente en su profundo sueño.

Ellos solo van a su trabajo. Van al punto. Sencillo. No hablan demasiado. No distraen al cirujano. Ellos solo se encargan de preparar el paciente para unos minutos o para algunas cuantas horas. Ofrecen alivio, analgesia, serenidad y confort al paciente. Sí, ellos solo van a lo suyo.

Kevin Han era el anestesiólogo de la cesárea de emergencia de la Doctora Grey, un añoso y experimentado anestesiólogo. Inició su trabajo con toda la calma que lo caracterizaba, dándole una sonrisa tranquilizadora a Lexie, susurrándole un "dulce sueños" cuando inyecto el sedante a través de la intravenosa. Como siempre, siguiendo un viejo patrón: hipnosis, analgesia y relajación. El paciente se va dejando llevar por la bruma espesa de la inconsciencia hasta que su cuerpo es incapaz de percibir el dolor, el frio o el tacto.

O eso es lo que esperarían todos los pacientes.

Pero algunos, solo unos pocos, no son sensibles a todos los analgésicos mórficos que atenúan la sensación de ser abierto, cortado, quemado y manipulado a sangre fría. Algunos se encuentran paralizados encima de la mesa quirúrgica mientras manos son introducidas en su interior, mientras partes son incididas por bisturíes afilados y quemadas por electrocauterio que deja un olor ahumado en el ambiente. Por supuesto Lexie Grey era una de ellas. Pudo percibir que algo iba mal desde que sintió el aliento cálido del anestesiólogo contra la piel de sus sienes, desde que sus ojos pesaron demasiado como para mantenerlos abiertos y su visión pasó a ser un campo oscuro, más su mente se mantenía alerta. Otros de los pasos de la anestesia general es inducir relajación muscular farmacológicamente, sobre todo cuando se amerita de la colaboración muscular como en el caso de una cesárea. Eso mantuvo el cuerpo de Lexie dispuesto una cantidad de tiempo incalculable.

Realmente de tener la posibilidad tal vez la cirujano habría gritado desde que Carina pidió el bisturí en primer lugar.

—¡Maldición maldición maldición!—cantaba en su mente, con todas las terminaciones nerviosas hirviendo.

El dolor como una hojilla fina, corta y desgarra, cuando crees que acabó se mueve en un ángulo distinto y nuevamente empieza. Se potenciaba. Se elevaba. Llegaba a un punto que hacía a Lexie apagar las voces divertidas a su alrededor. Sufría tan intensamente que se le hizo sencillo omitir la voz de Carina, el fluido italiano que alternaba con el inglés, las preguntas de Helm, la cantarina risa de Addison. No podía escucharse más que a sí misma llorar en su interior.

—Vas a estar bien, ten calma—susurraron por encima de su cabeza.

Su instinto fue girar, volver la cara hacia aquel ruido y podría jurar que lo hizo porque sus ojos se encontraron con las arruguitas más familiares que había conocido en su vida. De alguna manera ella estaba moviéndose sin mover, como un espíritu que no es atrapado por la piel y los huesos. El asombro de lo que veía, lo que sentía y lo que lograba escuchar ahora la mantenía en estupor. Se sentó sobre su cuerpo en el momento en que las orbitas de Carina parecían querer salirse de sus cuencas.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2021 ⏰

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