Capitulo 18

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Eso debía ser una maldita broma.

Una muy muy maldita broma.

Lexie hiperventilaba en el callejón detrás de las escaleras de emergencia. Salió casi corriendo para tomar aire después de verse con Addison.

¿Cómo no lo había notado? ¡Mierda! ¿Cuándo dejó de fijarse en eso? Bien, hace mucho la verdad, Lexie tenía tanto tiempo soltera que ni siquiera se preocupaba en si su menstruación bajaba o no, y la verdad tampoco se cuidaba de ninguna manera más que con preservativo, y se maldecía pensando en todas las veces que no lo habían usado porque actuaban como dos adolescentes calenturientos cuando estaban cerca.

¡Maldición!

¿Qué haría si estaba embarazada? ¡Ella no quería un embazado! ¡Nunca lo quiso! El compromiso le daba vértigo de mil maneras aún a los 30 años. Viajaba como tragada por el ojo de un huracán al día que rompió con Mark.

Ya no era una niña, ni una interna ni una residente, era una titular, la jefa del departamento de cirugía pediátrica ¿pero acaso eso te prepara para ser madre? ¿para ser madre del hijo o hija de un niño de 22 años? Oh santísimo, no.

Escuchó la puerta crujir y volvió la vista para encontrarse con una Amelia que no lucía mucho mejor que ella, su pecho subía y bajaba violéntame, sus mejillas estaban sonrojadas y sus labios separados y resecos por la violencia con la que tomaba aire por la boca.

-¿Estás bien? -preguntó Lexie con el ceño fruncido, por un momento olvidó su propio caos.

Su hermano negó con la cabeza y luego cerró los ojos y pareció contraer el rostro como un niño pequeño que quiere llorar.

-¿Qué sucede? ¿Zozo está bien? -un hilo de cosas terribles pasó ante sus ojos.

Amelia asintió aún con los ojos cerrados y el rostro contraído.

-¡Amelia habla!

-¡Maldita sea estoy embarazada! -chilló la doctora, y empezó a sollozar frente a ella.

-¿Qué? -Lexie no asimilaba las palabras, las entendía, pero no las asimilaba.

-¡Addison dice que estoy embarazada! ¡Embarazada! -había empezado a gritar histéricamente y Lexie colocó sus manos sobre sus hombros y sujetarla para calmarla.

-Dios, está bien, estaremos bien tranquila-siseó, no se lo podía creer.

-¡Dios soy tan estúpida!

-¡No! Basta, eso... ¿es seguro? ¿te hiciste una prueba?

-Me la hice apenas salí de ahí, pero dice que me veo y huelo como una, maldición, huelo a embarazo-volvió a sollozar la neurocirujana.

-Bien... puede ser negativo... digo, existe la posibilidad.

-Tengo un retraso.

-Yo también...

Amelia subió la vista y la clavó en Lexie, luego enarcó una de sus cejas y acto seguido arrugó el entrecejo.

-Oh no ¿tú también?

Lexie soltó un suspiro dramático y soltó a Amelia, el mundo bajo sus pies se tambaleó, sintió como la tierra se sacudiera como aquella vez del terremoto.

¿Ella también?

¡Maldición!

-En serio eres la persona más idiota del mundo cuando te molestas-lo censuró Louis-. Solo a ti se te ocurre decirle tal estupidez.

-¡No estaba pensando! ¿bien? Perdón por estar molesto.

En dirección al Grey Shepherd MemorialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora