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Un bostezo se escapó de su boca cuando entró al instituto, demostrando así lo poco que había descansado. Lo primero que vio al entrar fue a su mejor amigo apoyando su cabeza en sus brazos, durmiendo un poco en lo que el profesor no aparecía.

Se acercó hasta él y se sentó en su banca que estaba situada al lado suyo. No lo llamó ni tuvo la idea de hacerlo, sólo quería contemplar al chico por un momento, sus ojos cerrados, sus labios entreabiertos que dejaban escapar pequeños ronquidos casi inaudibles, su respiración tranquila, su cabello castaño que cubría ligeramente sus ojos. Era una vista demasiado hermosa que hacía agitar demasiado su corazón.

Un suspiro salió de él involuntariamente, pero era inevitable no hacerlo cada que veía a Hyuka, aunque muchas veces debía contenerlos para que no se diera cuenta de sus sentimientos.
Era un poco abrumador tener sentimientos amorosos hacia su mejor amigo, porque debía esconderlos demasiado para no arruinar la bella amistad de años que tenían. Sabía que si se declaraba y era rechazado, Hyuka no se alejaría, pero para Soobin no sería lo mismo. Se sentiría demasiado incómodo; y él no quería estar así con Kai.

—¿Ya llegó el profesor? —preguntó un adormilado Kai mientras se sentaba correctamente en su asiento y se estiraba.

Soobin ahogó otro suspiro, y decidió sacar el material que utilizarían en la clase.

—No, pero no creo que tarde mucho —respondió hojeando el libro de texto con la intención de repasar un poco el tema que estaban viendo el día anterior.

Kai simplemente asintió sin mencionar palabra alguna con la mirada fija en los movimientos de su mejor amigo.

—¿Hoy era la entrega del proyecto, no? —cuestionó el menor.

El contrario dijo un simple 'sí'.

—¿Y estás seguro de poder presentarlo? —Soobin cabeceó en afirmación—Tus ojeras no dicen lo mismo —con su mano izquierda tomó el mentón de su mejor amigo y examinó su rostro.

El corazón de Binnie estaba a nada de explotar por los nervios que sintió cuando el menor hizo eso.

—¿Ayer no pudiste dormir? —preguntó preocupado.

—N-no... Es-estuve repasando lo que de-bía decir —genial, ahora empezaba a tartamudear.

Kai frunció los labios y soltó al otro.

Soobin sólo esperaba no haberse sonrojado en ningún momento.

—¿Estás enfermo o algo? Estás rojo —con el dorso de su mano tocó la frente ajena.

Mierda.

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COLOR MY WORDL ⵢ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora