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Se removía constantemente en su cama, no podía hallar una buena posición que lo relajara y se olvidara de todo por un rato. Su mente parecía sólo tener la tarea de mantenerlo despierto con el pensamiento de Kai con aquel otro chico de nombre que no quería mencionar nunca.

Desde que su mejor amigo había empezado a tomar clases de baile, se había hecho muy amigo de un japonés llamado Nishimura Riki. Nunca fue problema para Soobin que el menor tuviera otras amistades; Kai no era un objeto como para tenerle posesión. El problema empezó cuando Kai cancelaba la mayoría de salidas con él para salir con Riki. Estaba de más mencionar los celos que sentía.

Probablemente Soobin pensaba que había sido reemplazado por alguien más, lo que lo desanimaba bastante.

Se sentó en el colchón tras haberse rendido en buscar la forma de tomar una siesta. Tomó su celular que yacía en la mesa de luz a un lado suyo, con la intención de buscar algo que lo hiciera distraer aunque fuera por unos minutos. Esos últimos días había estado muy bajo de ánimo por culpa de el chico que le gustaba y un japonés de estatura baja.

Alguno que otro juego en su móvil había sido la solución. Su concentración estaba al máximo, intentando no perder, pero claro, siempre debía pasar algo malo, y aquello había sido un mensaje que cubrió cierta parte de la pantalla, dificultando su vista y provocando que se viera en grande un "Game Over".

Bufó frustrado y ciertamente enojado, si tan sólo ese mensaje no hubiera aparecido hubiera ganado, pero el hubiera no existe, así que se resignó a la derrota.

Revisó la notificación y al parecer había sido de Kai. Lo quiso ignorar; no quería pensar más en él, pero justo en ese momento su celular comenzó a sonar por una llamada entrante de su mejor amigo. Decidió contestar.

ㅡBinnie ㅡllamó Kai del otro lado.

Soobin no dijo nada, sólo un sonido para indicarle que lo escuchaba.

ㅡ¿Puedo ir a tu casa? ㅡpreguntó el menor, sorprendiendo un poco a Soobin.

ㅡ¿Acaso Riki tuvo un imprevisto y ahora vienes a mí? ㅡno le importó mucho sonar amargo, ni siquiera había pensado antes de hablar.

ㅡ¿Qué? ㅡpreguntó el contrario confundidoㅡ No, yo le dije que tenía cosas importantes que hacer, y esas son hablar contigoㅡrespondió.

¿Debería creerle o no? ¿Y si sólo estaba tratando de sonar como un buen amigo cuando en realidad él tenía razón y sólo era un reemplazo? Demasiadas dudas había en su cabeza, no quería terminar cayendo en una trampa, pero ya no le importaba demasiado en ese momento.

ㅡEstá bien, venㅡsonó un poco desinteresado, pero eso no hizo que el menor evitara una sonrisa al recibir una respuesta afirmativa.

ㅡ¡Gracias! ㅡdijo antes de que la llamada finalizara.

Tapó sus ojos con su antebrazo y soltó un suspiro abrumado. Estaba un poco cansado de aquella situación, sentía que no debería estarse carcomiendo demasiado la cabeza con ese tema, pero no podía evitarlo.

Quince minutos habían transcurrido exactamente y el timbre sonó, Soobin salió de su habitación y fue a abrir, ya sabiendo de quién se trataba.

ㅡHola ㅡsaludó con el menor con una sonrisa.

Quería mostrarse indiferente, desinteresado, serio, pero no podía si aquel chico era demasiado lindo y tierno.

ㅡHola ㅡdevolvió el saludo elevando un poco la comisura de sus labios.

Se hizo a un lado para que el otro chico ingresara y fueron hasta la habitación del mayor.

ㅡ¿Dónde está tu madre?ㅡpreguntó el menor.

ㅡFue a buscar trabajo. Ya sabes, como papá era el único que trabajaba... ㅡrespondió una vez que ambos se sentaron sobre el colchón.

ㅡOh, yaㅡasintió lentamente con la cabeza.

Y de ahí, un silencio se formó. No sabían qué debían hacer o decir. El ambiente se volvía un poco incómodo conforme pasaba el tiempo y ninguno decía nada.

ㅡY bueno... ¿De qué ibas a hablar conmigo? ㅡhabló Soobin para romper el hielo.

ㅡEhm... ㅡbajó su mirada hasta sus dedos y jugó nerviosamente entre ellosㅡ, yo... Quería preguntarte so-sobre tu comportamiento de estos días... ㅡel tono de su voz fue bajando de volumen lentamente.

Soobin se quedó en silencio, mirando al chico nervioso que estaba delante suyo.

ㅡ¿Por... Por qué te portas así conmigo? Tampoco te agrada cuando... Cuando paso tiempo con Riki... Kai levantó su cabeza y miró a los ojos al mayorㅡ ¿Acaso hice algo mal? ㅡpreguntó.

La mirada triste que le había dado Hyuka al otro lo hizo sentir horrible, tal vez se había pasado demasiado tratándolo así, Kai no tenía la culpa, sólo había sido él quien se había llenado de celos.

ㅡPerdón... ㅡse disculpó, sintiéndose malㅡ Yo... Es mi culpa...

Kai se alarmó al ver una pequeña lágrima resbalarse por la mejilla del mayor. Se acercó al otro y con su pulgar secó aquella lagrimita.

ㅡNo, no, no, no llores ㅡpidió mientras lo abrazaba.

ㅡSólo me da miedo... ㅡsoltó un sollozoㅡ¿Y si Riki es mejor que yo? ¿Y si me-me cambias por él? ¿Qué... Qué se supone que haré yo? ㅡrompió a llorar en el hombro del otro.

El menor apretó aun más el abrazo, acariciando la espalda ajena en un intento de tranquilizarlo.

ㅡNunca te cambiaría, ni por Riki ni por nadie. Yo sólo quiero a Choi Soobin, a nadie más ㅡhabló.

Rompió el abrazo para limpiar las lágrimas del otro con una mirada preocupada en el rostro, pero el llanto parecía infinito.

Volvió a abrazarlo y posó suavemente sus labios en la mejilla del otro repetidamente, dándole pequeños besitos en la misma zona. Su corazoncito un poco roto al ver al mayor de esa forma.

ㅡNunca te cambiaría, ¿Entendiste? ㅡtomó de las mejillas al mayor, haciendo que lo mirara.

Soobin asintió, sintiéndose un poco tonto al haber desconfiado, pero tranquilo de saber que no llegaría a ser el sustituto de nadie.

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COLOR MY WORDL ⵢ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora