Me desperté con una llamada, cuando me levante para contestar, el nombre reflejado en el dispositivo me heló la sangre.
- ¿Pieck? ¿Por qué no viniste hoy? - Preguntó Hange bastante exaltada y nerviosa.
- No me sentía bien. - Expliqué intentando sonar enferma.
- Tienes que hacer los recados de hoy, no vuelvas a hacer esto. Ven y haz tú trabajo niña. - Dijo con frialdad y desde que terminó su frase colgó sin despedirse.
Empecé a sentir húmedas mis mejillas, ¿Qué es esto? ¿Estoy volviendo a llorar? Me dió un vuelco la cabeza de la noche pasada con Jean, me dieron arcadas mis pensamientos y tuve que correr al baño a escupir y tener convulsiones.
Eran las 2 de la tarde, todavía tenía clases hasta las 4 si me daba prisa podía entregar los pedidos de hoy.
Me vestí sin nada en particular, maquillaje de diario y ni me preocupe por el pelo.
Al llegar a la universidad todavía quedaban unos largos 40 minutos para mí siguiente clase así que fui a recoger la mercancía de hoy a la habitación de Zoe, como ya era costumbre.
En los pasillos me encontré con la chica rubia de aquella fiesta, parece que hayan pasado años desde eso y fue apenas 2 semanas.
Intercambiamos miradas y al momento se tornaron algo rosadas sus mejillas, se tapo su rostro con un mechón de pelo que le caía y siguió caminando a su destino.
No me dio ninguna emoción el verla, no era nada, solo sabía que se llamaba Annie y que su vagina sabe a gloria.
La puerta de Hange ahora tenía una pizarra en la que venía escrito "Do not enter ;)" para algunas cosas era una mujer hecha y derecha, y para otras una adolescente que discute con sus padres a cada rato.
Toque los característicos 3 golpes en aquella puerta siendo el tercero más fuerte, abrió la puerta casi al instante, agarró mi camisa y me metió dentro de esa habitación.
La aparté y miré con miedo, pensaba que en ese mismo instante moría, pero a decir verdad, no sería una gran pérdida.
- ¡No me toques! - Exclamé, dándole un fuerte empujón hacia la cama, haciendo que cayera sobre esta.
- ¡¿Qué mierda te pasa?! - Preguntó Zoe volviéndose a levantar de aquella cama agarrándome las muñecas y empujandome a la pared más cercana, apretando fuerte y dejando la marca de sus uñas en estas.
- No me toques, por favor...
- Mírame.
Comencé a llorar, no podía mirarla ni tocarla, ni a ella, ni a mí misma, me sentía el ser más despreciable del planeta.
Levantó mi mandíbula en busca de mi mirada y agarró mi cintura con delicadeza.
- Quiero ver esos ojos tan preciosos que tienes. - Dijo con un tono dulce mientras besaba fugazmente una parte mis mejillas.
- Aparta, por favor.
- No me voy a apartar, tomate el día libre y cuéntame lo que te pasa para que estés así. - Volvió a besarme, esta vez en la frente, mientras subía sus brazos a la mitad de mi espalda.
No pude aguantarlo más y la abracé, lo más fuerte que pude hacerlo, como si no la hubiera visto en décadas.
Otra vez esta sensación húmeda en la cara, agua salada otra vez, odiaba llorar, me hacía sentir débil.
- Ven aquí. - Caminó sin dejar de agarrarme y sentó causando así que yo quedará a la par de ella.
Esta cara tan afectiva de ella me encantaba, estaba empezando a descubrirla y no quería parar, tenerla cerca de mi ahora me hacía sentir segura, no quería separarme de ella.
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instants; hange zoe & pieck finger.
Romance================= • lenguaje obsceno • drogas • suicidio • asesinato • contenido sexual =================