Temporada 1| COCLUIDA
Temporada 2| EN DEPRESIÓN
Arlene es la mejor en su trabajo... por lo menos hasta que se topa con Cinco Hargreaves que amenaza con quitarle su empleo y prívilegios. Las peleas se hacen cada vez más fuertes hasta que explotan en...
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Las mañanas de Arlene, eran productivas siempre, se tomaba el tiempo necesario para tomar una ducha, poner la cafetera y escuchar música mientras comía... pero hoy...
El sol entraba por su ventana que había olvidado cerrar, bostezos se hicieron oír, Arlene a penas despertaba.
—Otro día -abrazaba su almohada hasta que miró a su alrededor- ¿dónde estoy? —se preguntó adormilada— ah, estoy en casa...¡¿Por qué estoy en mi casa?!
El gritó hizo volar palomas a kilómetros de distancia. Tartamudeo viendo su habitación ordenada hasta que llegó al reloj que estaba sobre su mesita de noche.
=10am., leyó en su alarma=
Retiró la almohada de su nuca y la aplastó en su rostro con fuerza para soltar un grito de desesperación, después la lanzó lo más lejos que su brazo lo permitió.
—¿Y si no voy? -lo pensó en serio pero después lo pensó aún mejor, su cheque y vida social dependía de eso— no, no puedo dejar que Cinco vuelva a ganar, ¿dónde quedarían mis privilegios? —se levantó de la cama corriendo, se puso un suéter sobre la pijama y salió toda despeinada.
"No hay tiempo para la vanidad"
En el patio del edificio principal, agentes la vieron correr, susurraban entre sí sobre su aspecto y el sonido de sus pantuflas con el pavimento. No era de las personas que salían de su casa sin por lo menos una ducha.
Al llegar los agentes de la Comisión estaban escuchando un discurso de la Encargada, así que se formó al lado de Cinco y Herb, quienes veían a la jefa dando su discurso matutino, del cuál ella había escuchado la mitad.
—Siempre habrá personas intentando cambiar el pasado, nuestra prioridad es...
No tenía idea de qué estaban hablando pero debía fingir que sí, como siempre lo hacía. La chica acomodaba su cabello para un lado y para otro, estaba muy nerviosa. Pudo escuchar una risa silenciosa a su lado, justo el hombro que chocaba con el suyo, sabía quién era así que no se molestó en averiguarlo.
