Chapert Fourteen

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                       Aidan

- ¿Y a eso le llamas besar?

- Sí.

Estallo en carcajadas, deliberadamente, para que todos se interesen por lo que hacemos, que es justo lo que ella no quiere.

- Shh -suelta _________, dándome un puñetazo en el hombro para que me calle. Cuando río con más fuerza, me golpea en el brazo con el pesado libro de química.

- ¡Ay! -exclamo con una mueca de dolor. Siento como si un millón de abejas me clavaran su aguijón en la herida del bíceps-. ¡Mierda!

Ella se muerde el labio

- ¿Te he hecho daño? -pregunta.

- Sí - intento concentrarme en el color de sus labios para olvidarme del dolor.

Me levanto la manga de la camiseta para examinar la herida y (gracias a mi compañera de laboratorio) una de las grapas que me pusieron en el centro de salud tras la pelea en el parque está sangrando.

- ¡Oh, Dios! No pretendía hacerte daño

- No pasa nada -le digo.

Vaya, parece que es la primera vez que esta chica ve sangre.

- Claro que pasa. Estas sangrando. ¿te encuentras bien?

Su preocupación parece sincera.

Jordan aparece por el pasillo con una expresión ceñuda.

- Chicos, esto es una biblioteca. Guarden silencio -dice. Pero entonces repara en la pequeña veta de sangre que me serpentea por el brazo y me mancha la manga- _________ acompáñalo a la enfermería.

_________ toma los libros de mi regazo y dice con voz temblorosa:

- Vamos.

- Puedo llevar los libros -digo mientras la sigo fuera de la biblioteca.

Estoy presionándome la manga contra la herida, con la esperanza de que detenga la hemorragia.

- Lo siento mucho,Aidan. No pretendía...

- Oye tranquila...

- Si esto llega a saberse, no voy a lograr que lo olviden nunca. Ay, Dios, si la profesora llama a mis padres, me matarán.

- ¿_________?

- ... y mi madre me echará la culpa de todo. Admito que es culpa mía. Pero se pondrá histérica conmigo y yo tendré que explicárselo, y espero que...

Antes de que pueda decir nada más, le grito:

- ¡________!

Me mira con una expresión tan confusa que no sé si sentir lástima por ella o si sentirme atónito al verla tan vulnerable.

- ¡Eres tú quien se está poniendo histérica! -le recuerdo.

- No, no es verdad. Me encuentro bien.

- Mírame.

- Estoy bien -dice, mirando a todos lados menos a mi-. Olvida todo lo que te he dicho.

- Si no me miras, voy a desangrarme aquí mismo y tendrán que hacer una trasfusión. Mírame. -Cuando lo hace, todavía respira con dificultad.

- Si quieres decirme que mi vida está fuera de control, ya soy consciente de ello.

- Ya sé que no pretendías hacerme daño. Incluso aunque hubiera sido así, probablemente lo mereciera... Cometer errores no es ningún crimen, ¿De qué sirve tener una reputación si no puedes arruinarla de vez en cuando?

- No intentes hacer que me sienta mejor. Te odio.

- Yo también te odio. Ahora, por favor, larguémonos de aquí. No quiero que el conserje se pase todo el día limpiando mi sangre del suelo.

Mi compañera de laboratorio abre la puerta de la enfermería.

- ¡Está sangrando! -le grita al señor Elliot Page, el enfermero del instituto.

Elliot me obliga a sentarme en una de las camillas.

- ¿Qué te ha pasado?

- Se me han abierto las grapas. No es para tanto.

- ¿Y cómo ocurrió? -pregunta mientras humedece un trozo de tela blanca y me da ligeros toques en el brazo. Contengo la respiración, esperando a que desaparezca el escozor. No voy a quejarme frente a mi compañera, sobre todo cuando estoy intentando seducirla.

- Le di un golpe - murmura _________

Elliot se da la vuelta, asombrado

- ¿Tu provocaste esto?

- Por accidente -intervengo, sin saber exactamente por qué intento proteger a una chica que me odia y que probablemente preferiría reprobar la clase de química que ser mi compañera.

Mis planes con _________ no iban como esperaba. El único sentimiento que ha afirmado sentir por mí es el odio.
Si quiero salvar la dignidad y mi moto, voy a tener que conseguir quedarme a solas con ella.

Puede que su preocupación signifique que no me odia del todo.

- Quedemos el jueves después del instituto. Ya sabes, para trabajar en el borrador -sugiero.

- El jueves estoy ocupada -dice.

Probablemente tenga planes con el otaku. Es obvio que prefiere estar con el antes que conmigo.

- Entonces el viernes.

Se muerde el labio inferior, notablemente indecisa

- El viernes tampoco puedo. ¿Qué te parece el sábado por la mañana?. Podemos quedar en la biblioteca.

- ¿Estás segura de que puedes hacerme un espacio en tu apretada agenda?

- Cállate. Nos veremos allí a las diez.

- Es una cita -anuncio mientras Elliot, que obviamente está escuchándonos, termina de ponerme una venda en el brazo.

- No es una cita -asegura _________ por encima del hombro antes de salir del lugar

Tomo el libro y salgo corriendo al pasillo tras ella.

- Puede que no sea una cita, pero todavía me debes un beso. Siempre cobro las deudas.

Le guiño un ojo

-Y no te preocupes por que color de pintalabios usar. Tendrás que volver a pintártelos después de que nos hayamos besado...

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐚𝐧𝐠 𝐁𝐨𝐲 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻 𝔂 𝓣𝓾)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora