Chapert Nineteen

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Convencí a Rubi, Dante y Cameron, para ir esta noche al Club Mystique, el local que me recomendó TJ. Está muy cerca de la playa. A Cameron le gusta mucho bailar, asi que fue tan divertido como esperaba.

Ahora estamos en la playa. Mientras Rubi y yo colocamos unas mantas sobre la arena, los chicos están sacando las botellas de vino y las cervezas que llevábamos en el maletero del coche de Cameron.

- Dante y yo nos acostamos el fin de semana pasado -espeta Rubi

- ¿En serio?

- Sí. Ya sé que quería esperar hasta que estuviéramos en la universidad, pero una cosa llevó a la otra y lo hicimos.

- Vaya, ¿y cómo fue?

- No lo sé. Si te soy sincera, fue un poco extraño. Aunque él estuvo muy cariñoso después, preguntándome una y otra vez si estaba bien. Y por la noche vino a mi casa y me trajo tres docenas de rosas rojas. Tuve que mentir a mis padres y decirles que era por nuestro aniversario. No podía decirles que las flores eran para celebrar que había perdido la virginidad con él. ¿Qué hay de ti y Cameron?

- El quiere que lo hagamos -le suelto.

- Todos los chicos de más de catorce años desean tener relaciones sexuales -explica-. Es su obligación querer hacerlo.

- Pero es que... yo no quiero. Por lo menos, no ahora.

- Entonces tu obligación es decir que no -añade

- ¿Cuándo sabré que ha llegado el momento?

- Te aseguro que no vas a venir a preguntármelo. Supongo que cuando estés completamente preparada, querrás hacerlo, sin reservas ni preguntas. Nosotras sabemos que ellos quieren tener relaciones. Depende de ti hacer que eso ocurra. O no. Verás, mi primera vez no ha sido divertida ni fácil. la mayor parte del tiempo me sentía como una estúpida. Cuando estás con la persona a la que quieres, es más fácil abrirte y asumir que puedes cometer errores y no temer mostrarte vulnerable, y eso es lo que hace que sea hermoso y especial.

¿Será esa la razón por la que no quiero hacerlo con Cameron? Quizás en el fondo, no lo quiera tanto como suponía. ¿Soy capaz de querer tanto a alguien como para abrirme y no temer mostrarme vulnerable? La verdad es que no estoy segura.

Rubi, Dante, Cameron y yo nos sentamos en las mantas y hablamos sobre el último partido de fútbol delante de una fogata que hemos hecho a base de ramitas y viejos trozos de madera.
Reímos, recordando las jugadas fallidas e imitando al entrenador del equipo cuando increpaba a los jugadores desde el banquillo. Cuando se enfada, se pone muy rojo, no deja de chillar y de escupir, y los jugadores tienen que apartarse para que no les salpique en la cara. Dante imita genial.
Estoy a gusto aquí, y durante un momento me olvido de mi compañero de química que, últimamente, ocupa todos mis pensamientos.

Un rato después, Rubi y Dante se van a dar un paseo y yo me tumbo sobre Cameron, frente a la hoguerar.
Tomó la botella de Chardonnay que han comprado los chicos. Ellos han estado bebiendo cerveza, y nosotras vino, porque Rubi no soporta la cerveza. Me llevo la botella a los labios y la vacío. Empiezo a sentirme mareada, pero haría falta que me bebiera otra entera para sentirme desinhibida del todo.

- ¿Me has extrañado este verano? -le pregunto. Me acurruco contra él mientras me acaricia el pelo, el cual, por cierto, debe de estar hecho un desastre. Ojalá estuviera lo suficientemente bebida como para que no me importara.

Cameron toma mi mano y se la lleva a la bragueta. Deja escapar un gemido lento.

- Sí -susurra contra mi cuello-. Un montón.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐚𝐧𝐠 𝐁𝐨𝐲 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻 𝔂 𝓣𝓾)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora