𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐚𝐧𝐠 𝐁𝐨𝐲 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻 𝔂 𝓣𝓾)

Chapert Thirteen

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Mi compañero de laboratorio no ha aparecido por el instituto desde que nos asignaron los proyectos.

Finalmente, una semana más tarde, se presenta. La profesora entra en clase. Me da la impresión de que se siente aliviada de ver a  Aidan. Enderezando los hombros, anuncia:

- Iba a ponerles un examen sorpresa esta mañana, pero al final he decidido que trabajarán en la biblioteca junto a sus compañeros. El plazo para entregar el borrador del proyecto acaba en dos semanas.

Cameron y yo nos tomamos de la mano de camino a la biblioteca. Aidan va detrás, por alguna parte, hablando con sus amigos. Cameron me aprieta con fuerza la mano y pregunta:

- ¿Quieres que quedemos después del entrenamiento?

- No puedo. Después de entrenar tengo que irme a casa. La cuidadora de mi hermana renunció y...

Él frena en seco y me suelta la mano.

- ¿Cuando vas a tener algo de tiempo para mi?

- Puedes venir conmigo -sugiero.

- ¿Para mirar mientras cuidas de tu hermana? No, gracias.¿Y el viernes?

Se supone que debería quedarme con Shelly, sin embargo, mi relación con Cameron está tambaleándose y no quiero que crea que no quiero estar con él.

- El viernes esta bien.

Antes de que sellemos nuestro plan con un beso, Aidan carraspea delante de nosotros.

- Nada de demostraciones de afecto. Son las normas del instituto. Además, es mi compañera, imbécil. No la tuya.

- Cállate, Gallagher -murmura Cameron antes de ir con Eden.

Miro fijamente a Aidan.

- ¿Desde cuándo te preocupan tanto las normas del instituto? - pregunto.

- Desde que eres mi compañera de laboratorio. Fuera de clase puedes estar con el. Pero en química eres mía.

Todas las mesas de la biblioteca están ocupadas, así que nos vemos obligados a sentamos en un rincón de la parte de atrás, en la aislada sección de no ficción. Me siento sobre la alfombra y dejo los libros en el suelo. Me doy cuenta de que Aidan me está mirando, y lo hace con tanta intensidad que temo que sea capaz de ver a la verdadera yo. Pero no lo logrará porque hasta ahora nadie lo ha hecho.

Le devuelvo la mirada. Su expresión no muestra nada, pero sí la cicatriz que tiene sobre la ceja izquierda y que refleja la verdad... es humano. Cuando mi mirada llega a sus ojos, el tiempo se detiene.

- ¿Qué tengo que hacer para que salgas conmigo? -me pregunta.

- No hablas en serio.

- ¿Te parece que estoy bromeando?

La profesora Jordan se acerca, por lo que me libero de responder a su pregunta.

- Aidan, la semana pasada no vino a clase. ¿Qué ocurrió?

- Me cayó un cuchillo encima.

La profesora niega con la cabeza, perpleja, y se aleja para hostigar a otros compañeros.

- ¿Un cuchillo? - pregunto

- Estaba cortando tomates, se me escurrió el cuchillo y me corté el hombro. El médico me puso unas grapas. ¿Quieres verlas?

-No, y estoy segura que fue en una pelea callejera.

- No has respondido a mi pregunta -dice sin admitir ni negar mi teoría sobre la causa de la herida-. ¿Qué tengo que hacer para que salgas conmigo?