Chapter Thirty-One

985 75 0
                                    

                _________

- Según parece, hay algunos alumnos que no se toman muy en serlo mi clase -anuncia la profesora Jordan, antes de empezar a repartir los exámenes que hicimos ayer.

Y cuando se acerca a la mesa que compartimos Aidan y yo, me hundo en la silla.

- Buen trabajo -señala la mujer mientras coloca mi examen boca abajo en mi mesa. Entonces, se gira hacia Aidan, y añade-: Si no viene preparado a clase, la próxima vez me lo pensaré dos veces antes de salir en su defensa.

Sujeta el examen de mi compañero solo con el dedo indice y pulgar, como si el papel fuera demasiado asqueroso como para que el resto de los dedos lo rocen.

- Quédese después de clase -añade antes de entregar el resto de los exámenes.

Le doy la vuelta a mi examen y veo un 10 en la parte posterior. Debe de haber algún error.

-----------------

Después de clase espero a que la profesora termine su conversación con Aidan para poder hablar con el. Camino junto a el hasta llegar a su casillero. Intento ignorar las miradas que me atraviesan la espalda.

- ¿Por qué lo hiciste?

- No sé de qué estás hablando

- Cambiaste los exámenes.

- No es para tanto -dice, cerrando el casillero de golpe.

Se aleja por el pasillo como si quisiera dejar las cosas como están. Le vi haciendo su examen con diligencia, pero cuando he reparado en el gran 5 en rojo en el papel, he comprendido que era mi propio examen.

Salgo corriendo hacia la puerta principal para alcanzarle. Está montado en la moto, apunto de marcharse.

- ¡Aidan, espera!

- Sube -me ordena.

- ¿Qué?

- Sube. Si quieres darme las gracias por lo del examen, ven a casa conmigo. Lo que te dije ayer iba en serio. Tú me mostraste un pedacito de tu vida, y yo quiero hacer lo mismo. Es justo, ¿no?

La gente nos mira; probablemente esperan el momento oportuno para hacer circular algun rumor. Si me marcho con él, la noticia se difundirá rápidamente.

El rugido del motor me hace regresar a la realidad.

- No tengas miedo de lo que puedan pensar.

Debería estar aterrorizada, pero entonces recuerdo cómo se comportó ayer con mi hermana

Me coloco la mochila a la espalda y monto a horcajadas sobre la moto.

- Sujétate bien -dice, llevándome las manos a su cintura. El simple contacto de sus fuertes manos sobre las mías resulta profundamente íntimo. Antes de apartar esa idea de mi mente, me pregunto si él también sentirá lo mismo. Aidan es un tipo duro. Con experiencia. Supongo que un simple roce de manos no causa en el ningun efecto.

Cuando aumenta la velocidad al salir del aparcamiento, me agarro con más fuerza a su abdomen. Me asusta la velocidad y empiezo a marearme, como si estuviera en una montaña rusa sin barra de seguridad.La moto se detiene frente a un semáforo en rojo. Me echo hacia atrás. Le oigo reír cuando el semáforo se pone en verde y volvemos a arrancar a toda velocidad. Me aferro a su cintura y escondo la cabeza en su espalda.

Cuando por fin nos detenemos, y bajamos de la moto, echo un vistazo a lo que me rodea. Nunca había estado en esta calle. Las casas son tan... pequeñas..

- Esto ha sido un error -dice el-. Te llevaré a casa.

- ¿Por qué?

- Entre otras cosas, por la cara de asco que pones.

- No me da asco. Es solo que...

- No me compadezcas -me advierte-. Soy pobre, pero no un vagabundo.

- De acuerdo. ¿No vas a invitarme a entrar? Los chicos del otro lado de la calle no dejan de mirarme.

- Sígueme y trata de ignorarlos.

Aidan avanza con cautela mientras me acompaña al interior de su casa.

- Bueno, ya estamos aquí -dice, una vez dentro.

Recorro la casa de Aidan, pasando los dedos por los muebles. En una estantería con velas medio derretidas reparo en la fotografía de un hombre atractivo. Siento el calor de Aidan cuando se coloca a mi lado.

- ¿Tu padre? -le pregunto.

Él asiente con la cabeza.

- No puedo ni imaginar lo que debe ser perder a un padre.
Aunque el mío no esté mucho por casa, sé que es una pieza importante de mi vida. Siempre he deseado recibir algo más de cariño por parte de mis padres, aunque debería sentirme agradecida por el mero hecho de poder tenerlos a ambos a mi lado, ¿no?

El estudia la foto de su padre.

- Cuando ocurre, te quedas como atontado e intentas no pensar mucho en ello. Bueno, sabes que se ha ido y todo eso, pero es como si estuvieras rodeado por una neblina. Entonces, la vida te marca una rutina y te obligas a ti mismo a seguirla -me explica, encogiéndose de hombros-. Con el tiempo, dejas de pensar tanto en ello y continúas adelante. No te queda más remedio.

- Es como una especie de prueba.

Me miro en un espejo que hay en la pared. Me paso los dedos por el pelo, distraídamente.

- Te pasas el día haciendo eso.

- ¿Que cosa?

- Arreglándote el pelo.

- ¿Y qué hay de malo en querer tener un buen aspecto?

- Nada, a no ser que se convierta en una obsesión.

Bajo las manos, deseando poder dejarlas quietas.

- No estoy obsesionada.

- ¿Tan importante es que la gente crea que eres hermosa? -me pregunta, y vuelve a encogerse de hombros.

- No me importa lo que piense la gente -miento.

- Eres... muy hermosa. Por eso no debería importarte tanto.

Ignoro su comentario y decido cambiar de tema.

- ¿Qué te ha dicho la profesora después de clase?

- Lo de siempre. Que si no me tomo en serio su clase convertirá mi vida en un infierno.

Trago saliva con fuerza.

- Voy a decirle que intercambiaste los exámenes.

- No lo hagas -me ordena, apartándose de mí.

- ¿Por qué no?

- Porque no importa.

- Claro que importa. Necesitas buenas notas para entrar en...

- ¿Dónde? ¿En una buena universidad? sabes perfectamente que no iré a la universidad. Ustedes ocupan las calificaciones como un requisito para su futuro. Yo no necesito eso, así que no hace falta que me hagas ningún favor. Conseguiré aprobar esta asignatura. Solo he de asegurarme de que el proyecto nos salga bien.

...

Durante las siguientes dos horas, organizamos nuestro proyecto sobre los calentadores de manos, sentados en el sofá del salón. Es mucho más inteligente de lo que pensaba; el 10 de su examen no ha sido una casualidad. Tiene un montón de ideas de hacia dónde podemos dirigir la investigación y de los libros de la biblioteca donde podemos obtener información, o sobre cómo podemos construirlos calentadores y las distintas opciones para redactarlo. Necesitaremos productos químicos que nos proporcionará la profesora, y bolsas herméticas para guardarlos. Hemos decidido revestir las bolsas con materiales que compraremos en una tienda de telas, de ese modo tal vez podamos ganar algún punto extra. Intento seguir hablando de química y me ando con pies de plomo para no tocar ningún tema demasiado personal.

Cuando cierro el libro de química, veo por el rabillo del ojo que Aidan se acerca a mi.

- No pretendía ser tan brusco contigo. - susurra mientras recorre mis labios con su pulgar...

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐚𝐧𝐠 𝐁𝐨𝐲 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻 𝔂 𝓣𝓾)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora