Chapert Twenty Six

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       Aidan

Cuando llega el viernes y _______ entra en clase de quimica, todavía estoy pensando en el modo de devolvérsela por haberme tirado las llaves en los arbustos el fin de semana. Tardé cuarenta y cinco minutos en encontrar las jodidas llaves, y durante todo ese tiempo, no dejé de maldecirla.

Ella lleva toda la semana muy desconfiada.
Está esperando que le gaste alguna broma por el incidente de las llaves.

Después de clases, cuando estoy en mi casillero, se acerca a mí hecha una furia enfundada en su corto uniforme de animadora.

- Te veo la bodega del conserje.

Tengo dos opciones: seguirla hasta donde me pide o marcharme del instituto. opto por la primera, ella me espera, con su llavero sin llaves en la mano.

- Mis llaves han desaparecido por arte de magia, ¿dónde están?-pregunta-. Voy a llegar tarde al partido si no me lo dices.

- Las dejé por ahi

- ¿Puedes darme una pista de dónde las has escondido?

Me apoyo contra la pared, pensando en lo que la gente diría si nos encontrara aquí juntos.
Ella intenta empujarme contra la pared. Si no la conociera, diría que está intentando ligar conmigo. Creo que le gusta el juego que nos traemos entre manos.

- Nena, a estas alturas deberías conocerme mejor. Tendrás que encontrarlas sola.

________ ladea la cabeza, me lanza una mirada triste y hace un puchero. No debería concentrarme en la expresión de sus labios; es peligroso. Pero no puedo evitarlo.

- Dime dónde están, por favor.

La dejo en ascuas un minuto antes de darme por vencido. Ahora mismo, el instituto está casi vacío. La mitad de los estudiantes están de camino al partido de fútbol. Y la otra mitad se alegra de no estar de camino al partido de fútbol.

Caminamos hasta la piscina. Las luces están apagadas, pero los rayos del sol que aún atraviesan las ventanas la iluminan lo suficiente. Las llaves de _________ están justo donde las he lanzado, en mitad de la zona más profunda. Señalo las brillantes llaves bajo el agua.

- Ahí las tienes.

Ella se queda inmóvil, con las manos sobre su diminuta falda, reflexionando sobre el modo de recuperarlas. Se acerca al largo palo que cuelga de la pared y que se utiliza para sacar a la gente del agua.

- Muy fácil -dice.

Pero cuando introduce el palo en el agua, comprende que no le va a resultar tan sencillo. Reprimo una carcajada mientras la observo intentar lo imposible desde el borde de la piscina.

- Puedes quitarte la ropa y lanzarte desnuda. -sugiero, antes de encaminarme hacia la puerta.

- ¿Te vas?

- Si.

- ¿No vas a ayudarme a recuperar las llaves?

- No

Si me quedo, me veré tentado a pedirle que no vaya al partido de fútbol y que se quede conmigo. No estoy preparado para oír la respuesta a esa pregunta. Jugar con ella no me hace ningún daño. Demostrarle de qué estoy hecho en realidad, como hice el otro día, me hizo bajar la guardia. No estoy dispuesto a hacerlo otra vez. Abro la puerta de un empujón después de mirar a _______ por última vez, preguntándome si dejarla ahi me convierte en un idiota, un inmaduro, un cobarde o todo a la vez.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐚𝐧𝐠 𝐁𝐨𝐲 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻 𝔂 𝓣𝓾)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora