Capítulo X

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Perdón por no subir, la imaginación se me fue, pero ayer, mientras me secaba el pelo, volvió. Voy a intentar hacer este capítulo largo, para compensar. Muchas gracias por todos vuestros comentarios, cuando los leo una sonrisa de felicidad aparece en mi cara.

Pov's Lia

 1,2,3,4,5,6, , 1,2,3,4,5,6, , 1,2,3,4,5,6,  1,2,3,4,5,6,, 1,2,3,4,5,6, , 1,2,3,4...

Mi vista fija al frente, mientras el sudor recorría mi rostro y la música sonaba fuertemente en mis oídos, ignorando al abuelo a mi lado, demasiado aburrido como para simplemente correr, por lo que dedicó su hora a fisgonear e intentar entablar una conversación conmigo. Yo no quería ser grosera, por lo que al principio contestaba lo que decía, pero luego de 20 minutos de no parar, aproveché el momento en el que saludó a un amigo para ponerme los cascos, esperando así, que recibiera la indirecta de que había ido al gimnasio para hacer deporte, no para contar el chisme del día. 

Me había apuntado a un gimnasio que estaba cerca de casa ya que el dojo estaba en obras, un alumno erró el golpe y sin querer pegó una patada contra la pared, se abrió un boquete y vieron que tenían problemas de termitas. El gimnasio era un buen sustituto, me gustaba, y me estaba replanteando en quedarme fija, aquí liberaba mas energía que haciendo taekwondo. Y la verdad, aquí quemo más calorías, y todas sabemos que es lo que pasa cuando no kas quemas. Digamos que yo no tengo los genes de una flaca, por lo que me tengo que machacar para que la grasa no suba por mis caderas y mi estómago. 

Paré la cinta de correr y me dirigí a los vestuarios mientras por los altavoces se escuchaba You need me, I don't need yo. En cuanto abrí al puerta hice un pequeño baile con los pies mientras sacudía mis caderas al ritmo de la música. Se oía el ruido de las duchas, el aire estaba lleno de un espeso vapor y se olían las fragancias de los distintos champús y geles. Me desvestí con lentitud mientras observaba como las pequeñas gotas de los azulejos caían con rapidez por estos. En mi mente animaba a la gota que creía ganadora. Me quedé ensimismada viéndolas cuando el sonido de la puerta abriéndose me sobresaltó. 

-Buenos días - Una señora de unos 50 años entró y dejó sus cosas en el banco de enfrente. Si interrupción en la sala fue que me volvió a dar vida. Comencé a caminar hacia el lugar de donde provenía el sonido de los grifos abriéndose. Caminé con lentitud, con cansancio. Observando como el número de las taquillas cambiaba conforme daba los pasos. Al cabo de unos segundos llegué a las duchas y me puse en la mas alejada posible. 

Dejé que el agua corriera por mi cuerpo, relajando mis músculos. Me masajeé los hombros mientas soltaba un largo suspiro. El cansancio se apoderó de mi cuerpo como si de una manta se tratase. Me arropó entre sus brazos y no me soltaba. Había nadado durante una hora. No era mucho, pero no estaba acostumbrada a nadar. 

Me quedé bajo el agua hasta que mis dedos se arrugaron como pasas, en mi mente solo pensaba el llegar a casa y en ver a Colton otra vez, me moría por verlo, aunque me costara reconocerlo. 

Había intentado sacarle a mi madre información sobre él, pero no se si fue por mi insistencia o por el sexto sentido que tienen las madres, que se dio cuenta de que algo pasaba con él, a lo que vino una charla de más de media hora en la que se dedicó a parlotear sobre utilizar protección y sobre ella en sus tiempos mozos. I.N.C.O.M.O.D.O.  Desgraciadamente había tenido que escuchar toda su charla y no había conseguido sacar ninguna información nueva, y eso me frustraba como el demonio. 

Tras mucho pensar decidí dejarlo de lado. Lo que tenga que pasar pasará. Y, tampoco es que sea el amor de mi vida, tan solo es un chico que me atrae por estar más bueno que el pan. 

Ese había sido mi pensamiento de hace dos días, pero, por más que lo intentaba, no lograba sacármelo de la cabeza. Era como si una voz en mi mente no cesara de repetir su nombre, una y otra vez, constantemente. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de un bote al impactar contra el suelo. Estaba tan absorta que no acerté al intentar dejar a ciegas el champú en el soporte.

Salí de mi estupor y terminé de ducharme con rapidez, deseosa de llegar a casa y ponerme a ver la nueva serie a la que estaba enganchada. Me dirigí hacia el vestuario y me sequé con rapidez. Deslicé los vaqueros por mis piernas mientras con la otra mano me secaba el pelo. 


       Aamama: ¿Has terminado ya? Te recojo en 5

                    Yo:  Terminé, te espero fuera 


Mi madre mi salvadora. Salí de los vestuarios asiando con fuerza el asa de mi bolsa, evitando que se me cayera al suelo de lo pesada que era. Me despedí con un suave "Adiós" de el señor que estaba tras el mostrador. Él tan solo miró por encima de la pantalla de su ordenador e inclinó la cabeza, a modo de despedida. 

En cuanto las puertas se cerraron detrás de mi me senté en un banco que estaba frente la puerta principal, esperando pacientemente a mi madre. Puntual como siempre, al cabo de 5 minutos vi su pequeño coche rojo doblando la esquina. Se paró delante mía y me apresuré a entrar.

-Hola ma- Dejé la bolsa bajo mis pies y me ate el cinturón de seguridad.

- Hola cariño - Puso el coche en marcha mientras me preguntaba que tal me había ido. Llevaba ya una semana yendo y la verdad, es que cada vez me va mejor.


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Abrí la puerta del gimnasio y saludé al viejecito que estaba tras el mostrador. A lo que él, otra vez a modo de saludo, inclinó la cabeza. Me adentré en los vestuarios y dejé mi mochila en la taquilla, revisé mi coleta y me encaminé hacia la zona de máquinas. Decidí empezar con las pesas. No levantaba mucho, y en alguna ocasión algún chico me había mirado con diversión. Digamos que levantar tan solo 4 kg era un poco ridículo. Terminé de hacer todo el recorrido con las pesas, mancuernas y máquinas y ya estaba sudando la gota gorda. Y aún me quedaba hacer la parte mas dura, la bici. 

Me giré en dirección a las escaleras cuando lo vi.

Colton. 

Con el cabello húmedo por el sudor. 

Con una toalla que rodeaba su cuello.

 Con unos ojos oscuros y misteriosos. 

Con unos ojos que me miraban



Siento mucho no haber subido, he tenido un par de problemas personales y de inspiración. Espero poder volver a subir capítulo más seguido, si no es una vez a la semana, un capitulo cada dos, De verdad lo siento chicas. Espero que os guste el capítulo. En el siguiente prometo salseo. 

Mia y solo miaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora