ONE SHOTS [TOM HOLLAND]

Deseo

[Tom Holland]

El me tomó por la parte de atrás, haciendo que diera un fuerte gemido. Solo el sonido de nuestros cuerpos, chocando el uno contra el otro. No pude evitar gemir su nombre. 

Tom...

Me desperté agitada y con una capa leve de sudor por todo mi cuerpo. Puse mi vista hacia mi lado, Josh estaba profundamente dormido.

Me levanté de la cama y me fui para el baño, por lo que sentía, había mojado mi ropa interior también, gracias a aquel sueño. 

Era el tercero en la semana.

Abrí la llave y me eché un poco de agua fría en la cara, luego me quedé mirándome por unos segundos. No sabía que hacer para detener esto. Los sueños húmedos con el compañero de trabajo de mi pareja estaban siendo una real molestia.

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Abrí la puerta de mi departamento con suma pesadez, hoy había sido un día agotador en el trabajo. Dejé todo a un lado y me tiré al sofá, soltando un gran suspiro.

—¿Cielo? ¿Eres tu?

—Si — dije sin inmutarme

—¿Qué tal tu día? — escuché como se acercaba a mi, y colocó sus manos en mis hombros para comenzar a masajearlos.

—Eso se siente bien, continúa — Josh soltó una risita

—¿Así de pesado fue?

—No te imaginas. ¿Quieres quedarte en cama conmigo y ver películas por lo que queda de noche? — abrí los ojos y lo miré.

—Amaría eso, pero no puedo, llegan visitas

—¿Quién?

—Tom. — me incorporé de inmediato — Debemos terminar varios de los proyectos para Marvel o sino seremos dos cabezas despedidas.

Como si fuera programado, mi mente recordó el sueño que había tenido solo esta mañana, comencé a sentir ese calor recorrer mi cuerpo.

Josh y Tom habían sido compañeros de trabajo hace ya mucho tiempo, aunque de un momento a otro su relación dejó de ser de amistad y se convirtió solo laboral. Razones que nunca me había querido contar.

Después de un rato escuché el timbre y mi corazón solo comenzó a latir rápidamente

—Cariño, ¿puedes abrir? — maldije para mis adentros, me acerqué a la puerta y la abrí.

Sus ojos café se pusieron en mi de inmediato y una sonrisa apareció en su rostro.

—Hola ______, que gusto verte. ¿Está Josh?

—Pasa, te está esperando — me hice hacia un lado para que el pudiera pasar. Al hacerlo, el olor de su fragancia inundó mis fosas nasales.

Josh salió de inmediato y lo saludó. Tom se quitó la chaqueta que traía y la colocó en el perchero. Traía una camisa básica blanca, que resaltaba sus brazos grandes y trabajados.

Ese calor de nuevo comenzó a recorrer mi cuerpo.

Me dirigí hacia la cocina, y comencé a preparar café. Desde allí podia verlos, fiscalizaba cada movimiento de Tom, de sus brazos, de sus piernas, sus labios...

Maldita sea, ¿Qué me pasa?

Serví el café y lo dejé en la mesa de la sala. Regresé a la cocina pero giré mi vista hacia ellos de nuevo. Tom tomaba la taza de café, la ponía entre sus labios y tomaba un poco. Al hacerlo, giró sus vista hacia mi, a lo que la aparté de inmediato.