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Una de las peticiones del fotógrafo al momento de revelar sus sentimientos al rubio, fue que quería tener la oportunidad de amanecer a su lado, y aunque su relación y convivencia no fuera algo definitivo todavía, esa noche tuvo la oportunidad de que se cumpliera. Además, al despertar y verse envueltos en la calidez del otro, sin preocupaciones ni trabajo de por medio, no se privaron de amarse nuevamente hasta el cansancio y compartir un día agradable. A decir verdad, esa era una de las pocas veces que Hyungwon había sentido como se siente estar en un hogar, pues aunque había promocionado en muchas ocasiones con esa temática, realmente no tenía mucho conocimiento al respecto.

El tiempo se les hizo corto y a los dos días ambos tuvieron que volver al país, haciendo como si no se conocieran. A partir de ahí, ambos regresaron a sus trabajos habituales, y definitivamente eso los hacía sentir extraños. No era nuevo el hecho de estar separados y querer pasar más tiempo juntos, pero en esa ocasión se sentía especialmente melancólico. Lo bueno es que habían prometido organizarse mejor para poder tener más encuentros y ambos esperaban poder hacerlo sin contratiempos ni paparazzis de por medio.

— Por Dios, esas ojeras no se pueden esconder ni con maquillaje. —regañó su manager y asistente personal, observando como el estilista intentaba cubrir inútilmente las bolsas bajo los ojos de Heng Yuan— ¿Qué te dije sobre dormir bien?

Él resopló poniendo los ojos en blanco ante el constante regaño de esa mujer que quería y odiaba en partes iguales.

— Te he dicho que el jet lag me hace sufrir. Me conoces hace mucho, ¿Cómo es que todavía tengo que explicarte estas cosas? —contestó, para finalmente dar un pequeño sorbo a su té— Además, no eres tú quien ha pasado trabajando una semana entera hasta la madrugada sin siquiera descansar el mismo día que volvió.

— ¿Qué insinúas? —gruñó— Literalmente estoy aquí por trabajo. No te sigo a todos lados ni me desvelo contigo porque me apetece. —respondió directamente— Mi cabeza está llena de ti y tus cosas 24/7, ¿Y aún así tienes las agallas para decirme eso?

Aunque la mujer parecía realmente ofendida, él no inmutó en lo absoluto. Simplemente continuó bebiendo su té.

— Lo sé. —respondió dándole la razón sorprendentemente a la primera— La única diferencia entre tu trabajo y el mío, es que a ti no te piden que te veas increíblemente bien y descansado después de toda una semana entera durmiendo a medias. —comentó dejando la botella sobre el tocador— Permíteme un momento. —susurró dirigiéndose al estilista, para levantarse de la silla en la que se encontraba recibiendo el maquillaje y peinado para el tercer cambio de atuendo de la sesión de fotos de ese día.

Entonces se fue tranquilamente en dirección al baño, seguido por la mujer con la que hasta hace segundos había estado discutiendo.

Los pasos de ambos se escucharon y aunque los suyos eran calmados, los de la mujer que era mucho mas baja que él, parecían los de un pequeño patito siguiendo a su mamá con prisas para evitar ser abandonado.

— ¿Por qué vas al baño de nuevo? ¿Es sólo para huir de mí? —preguntó un poco extrañada por su comportamiento— Heng Yuan, has ido mas veces al baño que las fotos que te han tomado hoy. ¿Comiste algo en mal estado?

Él continuó caminando por el pasillo del edificio, ignorando que la mujer lo estuviera siguiendo, y preguntando cosas extrañas.

— ¿Por qué tanto drama? Bebí té y ahora quiero orinar cómodamente sin que una loca me siga hasta el baño. —gruñó— ¿Cuál es el problema? ¿No puedo hacerlo?

La mujer ignoró su comentario burlesco y una vez que él entró, ella se quedó en la puerta soltando un largo suspiro.

— Seguramente volviste a tomar gaseosas. Sabes que esas cosas provocan infecciones, o peor aún, no fuiste a tu chequeo médico trimestral, ¿verdad? —preguntó dando un golpesito en la puerta después de recibir sólo silencio a cambio— Sé que me estas escuchando, pequeño demonio, tú en realidad... —detuvo abruptamente sus palabras— Hyungwon, ¿has estado con alguien? ¿Es ese chico?

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