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Dando un paso a la vez por los blancos pasillos del hospital, Hyungwon sentía el estómago revuelto, y no porque tuviera las típicas náuseas matutinas, es sólo que estaba lleno de miedo.

Entre el trabajo, el cansancio, los antojos y las náuseas, el tiempo se estaba pasando sin que lo sintiera. La primera vez que fue a ese lugar y recibió una noticia que lo llevó a desmayarse habían pasado siete semanas desde la Fashion Week de París, pero ahora que estaba volviendo, sorpresivamente ya habían pasado doce semanas. Estaba a punto de cumplir los tres meses desde ese evento, así que era momento de hacer la prueba definitiva y saber si en realidad había una criatura formándose dentro de su ser, o todo se había tratado de algo psicológico.

Sus manos estaban temblando y sentía frío pese a no tener una chaqueta consigo, además no había visto a Wonho por varios días y de alguna manera se sentía solo. Quería tomar su mano, pero Wonho le dijo que probablemente llegaría tarde a la cita ya que estaba retrasado con unas cosas urgentes del trabajo, así que no le quedaba más opción que abrazarse a sí mismo y caminar hacia el consultorio que le diría la verdad de frente.

Cuando llegó al lugar se quedó de pie frente a la puerta por varios minutos, quería llorar y no sabía por qué, pero cuando finalmente reunió la valentía para tomar el pomo, unos apurados pasos se escucharon llegando hacia él, y al levantar la vista se encontró con un agitado Wonho que parecía haber corrido desde la entrada del hospital.

—Lo siento, cariño... —se disculpó tomando su mano y tratando de regular su respiración. —Lamento llegar tarde.

Hyungwon sonrió levemente y negó.

—No has llegado tarde. —respondió sin mirarlo. —En realidad no tenía el valor para ingresar ahí por mi cuenta, sin ti.

Wonho sintió las manos del delgado temblando y sudando frío, entonces se conmovió y enterneció en su corazón sabiendo que estaba preocupado porque probablemente anhelaba mucho el dar a luz al bebé.

—Todo va a estar bien... —dijo besando sus manos y recibiendo una mirada triste de su novio. —No tienes que ser negativo. Nuestro bebé está ahí y está bien... Tú lo sientes, ¿verdad? —preguntó recibiendo un asentimiento a cambio. —Incluso si hoy nos dan una mala noticia, prométeme que no vas a deprimirte...

El modelo bajó su mirada al suelo.

—¿Qué pasará si no hay un bebé? —preguntó con dolor. —¿Simplemente vamos a cancelar todos los planes y ya?

Wonho suspiró al sentir su tristeza.

Su Hyungwonnie no merecía sentir dolor en absoluto. Incluso si se trataba de algo serio como tener un bebé, él estaba dispuesto a complacerlo. Después de todo llevaba un tiempo pensando en formalizar la relación y tener una familia, no para que durara un par de años, sino para que durara toda la vida, y tan sólo pensar en que su hermoso novio daría a luz a su probablemente único hijo, su corazón se hinchaba de emoción.

—Si esta vez nos dicen que no hay bebé, podemos intentarlo una vez más la próxima vez. —dijo acariciando su mejilla amorosamente. —No tengo ningún problema en quedarme a tu lado para siempre, ni tampoco en formalizar todavía más nuestra relación. —apretó sus manos entre las suyas. —No tengo problema en compartir mi vida contigo, tampoco en formar una familia. Si eres tú, me quedaré hasta el final.

Hyungwon lo miró, se apoyó en su hombro y después de un par de minutos de silencio se separó, tomando una actitud de firmeza.

—Entremos. —dijo al tiempo que giraba el pomo y abría la puerta.

Wonho lo siguió obedientemente sin soltar su mano y al entrar se toparon con la conocida cara del anciano, quien los esperaba hace rato. Hyungwon se sentó en la silla del lado derecho frente al escritorio y su novio a la par.

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