III

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»Venus y Marte - Botticelli«

En la obra vemos a Venus, diosa del amor, vestida, y a Marte, dios de la guerra, desnudo. Los rodean pequeños sátiros que ríen y juegan traviesamente con las armas del dios. Sabemos que Venus y Marte se liaban habitualmente, pero lo hacían escondiéndose de Vulcano, que aunque era muy feo y cojo, era el legítimo esposo de la diosa.

Lo había olvidado.

Había olvidado por completo la clase con el profesor Evans... de todos los benditos días del año, debía ser hoy.

—¿Y bien..? — El profesor Evans esperaba una respuesta. Su mirada estaba conectada con la de Anne mientras el mayor le dedicaba una de sus sonrisas tan características.

Calma Anne, tú puedes hacerlo.

— Claro que lo recuerdo, profesor Evans... estaré presente en la clase.— Anne sonrió devolviéndole el gesto y abandonó la sala rápidamente.

Evans siguió con su papeleo antes de retirarse imitando la acción de la impropia.

La cabeza de Anne era un caos.

Sentía que habían miles de robots trabajando firmemente en su cabeza, buscando alguna solución a este gran problema que existía.

¿Qué hago ahora? ¿Cómo le digo a Sophie? Mierda... esto es una jodida locura.

Anne divisó a su amiga y se acercó a ella mientras arreglaba su chaqueta.

Vamos Anne, tú puedes hacerlo. Sólo debes sincerarte con ella.

—¡Anne! Por fin llegas, ¿Qué quería el profesor Evans?—

—Sophie... tú sabes que eres mi mejor amiga, ¿Cierto?—

Anne sentía como su labio ínfimo temblaba suavemente, le parecía una locura comportarse de esa forma. Sin embargo, era una de las características difíciles de tratar que Anne poseía. Su cuerpo la traicionaba cuando se sentía nerviosa, y se le hacia complejo controlarlo. Aún no sabe cómo era posible poder tocar frente a un grupo de personas sin perder la razón.

Inhaló, exhaló y lo dijo.

—Sophie... ¿recuerdas que debía ayudarle al profesor Evans con los de primer año? Resulta que es hoy... exactamente en el mismo horario que las clases del señor Hiddleston... — Sophie no dijo nada, observó con ternura a su mejor amiga y rió suavemente.

—¿Es eso lo que te preocupa? Tranquila... ve a tu clase Anne, puedes venir a buscarme cuando termines y así aprovechamos de ir a comer juntas, ¿Te parece?— Anne soltó un leve chillido asiento emocionada, abrazó a su mejor amiga y una risita saltó de sus labios.

No podía creer lo maravillosa que era su amiga, no tenía problema en ayudarla a solucionar sus problemas.

Sophie llegó a la vida de Anne cuando eran muy pequeñas. Sophie solía tocar en la banda de su escuela, y al llegar Anne como nueva estudiante le costaba mucho acercarse al resto del grupo, solía ser muy callada en varios aspectos, es por eso que Sophie se encargaba de ayudarla y protegerla en todo lo que necesitase.

Es allí cuando la amistad de ellas nació, ambas demostraban el amor que la música les hacia sentir, Anne y Sophie eran la una para la otra.

Anne no estaba completa sin Sophie.

Sophie no era la misma sin Anne.

—¡Muchas gracias, Soph! De verdad no sé qué haría sin ti.— Sophie rió suavemente mientras le daba un suave golpe en el brazo.

Rembrandt © » Tom Hiddleston [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora