Rembrandt © » Tom Hiddleston [COMPLETADA]

V

»La lechera- Johannnes Vermeer«

Vermeer siempre buscó ennoblecer este tipo de profesiones, para muchos indignas de salir en una obra de arte. Sin embargo el pintor a menudo puso de protagonistas de sus cuadros a encajeras, criadas y otras empleadas del hogar de la época, como ejemplos de virtud y modelos a imitar.

Pero lo que además quería el pintor Barroco era presumir de su técnica casi sobrenatural.

Nadie manejó tan bien la luz entrando por una ventana, creando esa variedad de blancos en la pared e incidiendo en todos los elementos del cuadro. Nadie captó las naturalezas muertas de forma tan viva y limpia.

No podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Estaba parada frente a él, uno de los mayores exponentes de arte en todo el país.

Su mano se alejó rápidamente de la obra y sintió sus mejillas arder.

—Y-yo lo siento... estaba viéndola y me quedé petrificada con ella...— Tom suspiró y le dedicó una sonrisa ladina.

Se acercó a ella a paso firme y la observó.

Tom llevaba un traje característico, la camisa estaba abrochada correctamente y una corbata de color café adornaba su cuello.

Al escuchar su respuesta, la ignoró totalmente.

—¿Quién es usted y por qué está aquí? La clase finalizó hace 20 minutos...—

Anne tembló ante la profunda voz que el señor Hiddleston poseía.

—Yo estaba buscando a mi mejor amiga... Sophie Cooper... pensé que aún seguía en la sala.— Pasó sus manos por su propia chaqueta intentando estirarla, aunque, eso sólo significa una cosa.

Sentirse nerviosa ante la mirada del señor Hiddleston.

—Ah, la señorita Cooper... sí, fue la última en abandonar la sala, pero me parece que la buscas en el lugar equivocado.— Contestó Tom pasando por su lado, mientras tomaba algunos de los pinceles que estaban en el escritorio.

—Sí... ya veo... bueno disculpe señor... yo me retiro, que tenga buen día.—

—Soy Tom Hiddleston.— Contestó Tom cuando Anne ya estaba abandonando la sala.

— Adiós señor Hiddleston...— Respondió Anne antes de salir finalmente de la sala.

Tonta, tonta y tonta. ¿Cómo se te ocurre reaccionar de esa forma? Pensaba mientras pasaba sus manos por sus cabellos.

Sintió su teléfono vibrar nuevamente y abrió el mensaje de texto.

"Olvidé mencionarte que estaba en la cafetería, al frente de la clase del profesor Hiddleston."

Anne soltó un leve chillido.

Estaba molesta, había pasado un bochorno de esa magnitud y encima Sophie no estaba presente allí. Rodó los ojos y finalmente salió del colegio para así dirigirse a la cafetería que su amiga le había indicado.

Al llegar, buscó a su mejor amiga con la mirada.

—¡Anne, por aquí!— Señaló Sophie mientras Anne se acercaba a su lugar.

—¡Qué cruel! No me comentaste dónde estabas.—

—¡Y tú no viniste por mí! Se supone que la impuntualidad me caracteriza a mí, no a ti.—Exclamó contraatacando Sophie.

Anne bufó tomando asiento.

—No responderé ante ello. Estamos a mano, prometo que no volveré a llegar tarde por ti.—