Rembrandt © » Tom Hiddleston [COMPLETADA]

XII

————————Maratón 2/3 ————————

»Santo entierro- Caravaggio«

Las visiones que plantea Caravaggio son siempre altamente impactantes. A la hora de plasmar la tradicional escena del Descendimiento de Cristo al sepulcro, emplea una composición vibrante, en movimiento continuo e inestable, como sólo tal vez Miguel Angel habría podido idear. La influencia de este gran genio precursor del manierismo está muy presente en la obra de Caravaggio, especialmente en este óleo: efectivamente, el cuerpo de Cristo inerte parece imitar al Cristo muerto de la famosa Pietá del Vaticano. De hecho, el carácter escultórico de la obra de Miguel Angel parece haberse transmitido a todo el grupo, que posee la rotunda monumentalidad de figuras de bulto redondo en vez de pintadas sobre una superficie plana. Una nota característica del lienzo es, como resulta frecuente en el artista, la elección de un breve momento de la acción, casi a modo de instantánea, que concentra todo el movimiento y el dramatismo en el mismo segundo en que los discípulos van a alojar el cuerpo de su maestro en la tumba, de una piedra fría y grisácea.

Anne abrió los ojos soltando un quejido ya que las cortinas de la habitación habían quedado abiertas, por lo que los rayos del Sol llegaban directamente a sus ojos. La chica maldijo por lo bajo para levantarse así de la cama, había amanecido con menos ánimo que las veces anteriores, y es porque la competencia cada vez estaba más cerca.

Durante la noche se había quedado pensando en lo ocurrido con Tom, y una boba sonrisa se escapó de sus labios. Lo ocurrido ayer había sido más que vergonzoso para ella.

Anne se levantó rápidamente para así dirigirse al baño y realizar las acciones que formaban parte de la rutina diaria de su vida. Terminó de cepillar sus dientes y bajó hacia la cocina para encontrarse con su madre.

—Buen día, Anne...— Señaló su madre enarcando una ceja mientras soltaba una risita.—

Anne tan sólo rodó los ojos y un leve sonrojo se hizo presente en sus mejillas. No podía creer que si madre le recordara lo sucedido la noche anterior.

—Buen día mamá...y por favor, sin comentarios...— Su madre carcajeó suavemente levantando sus manos en señal de no haber dicho ni una sola palabra.

La joven madre se levantó de la mesa y se dirigió a lavar sus platos para luego dirigir la mirada a Anne.

—Ya sabes que no diré nada sobre lo ocurrido. Por cierto Anne, ya llegaron las invitaciones para la presentación del próximo domingo, ya queda cada vez menos...y sobre eso hija, ¿Cómo te sientes?— Anne dejó a un lado lo que estaba haciendo para detenerse y mantener la mirada fija en su madre. Un suspiro escapó por sus labios y negó con su cabeza.

—Me encantaría decirte que no estoy nerviosa, que estoy totalmente relajada y con la seguridad que necesito para saber que nos irá bien. Sin embargo mamá...no lo sé. Me da miedo pensar en que las cosas irán mal, me da miedo equivocarme y por ello fallarle a toda la banda, y sobre todo, me da miedo decepcionar a papá...— Hace tiempo que Anne no conversaba de forma tan sincera con su madre, y aquello le conmovió profundamente a la mujer que observaba a Anne.

—Ven aquí Anne...tienes que pensar en ti...pensar en que lo harás bien, y más allá de los resultados, disfrutar el momento. Disfrutar cada segundo que estés allí parada, yo confío plenamente que eso era lo que tu padre deseaba, nosotros no queremos verte únicamente ganar un primer lugar, nosotros siempre hemos querido que tú dediques tu vida a ser feliz. Y como consejo, sólo intenta confiar en todo lo que has ensayado, te has preparado durante muchísimo tiempo, eres capaz de esto y de muchísimas otras cosas.— Las palabras de su madre habían resonado profundamente en la mente y corazón de Anne, durante mucho tiempo había buscado que alguien fuera capaz de decirle todo eso. Sin embargo, todo el tiempo su madre estuvo presente, y fue ahí cuando Anne lo comprendió...nadie estaría más presente que su madre para apoyarla.