«Epílogo»

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Anne yacía observando uno de las obras que el conocido pintor Tom Hiddleston había pintado un par de años atrás.

La chica ya había cambiado, lucía de aproximadamente 28 años. Su cabello había sido recortado un poco, pero aún mantenía esa sonrisa tan peculiar.

Anne se acercó a la obra como si intentase tocarla, sus falanges se acercaron y quedando a escasos milímetros, finalmente se alejó y cerró sus ojos.

—¿Así que...Tom Hiddleston eh? — Una voz que ella conocía a la perfección la sacó de sus pensamientos.

Anne soltó una risita y finalmente se giró para encontrarse con su prometido.

—Ya sabes...nunca pude dejarlo atrás...—Anne sonrió y se acercó para pasar las manos por el cuello de su pareja.

—Umh...es agradable saberlo, preciosa.—Anne rodó los ojos y finalmente lo besó.

Anne se alejó de él por un instante para poder apreciar la pintura tomándole la mano a su prometido.

—Tom...—

—¿Qué ocurre, Anne..?— Contestó Tom.

—¿Recuerdas el día que comenzaste esta pintura? Tenía apenas 23 años, y asistía a las primeras clases de taller que realizaste cerca de la universidad.

Tom esbozó una sonrisa seguido de una risita.

—Lo recuerdo perfectamente, Anne...ese día mi mundo dio un vuelco.—

—¿Ah sí? ¿Puedo saber por qué?— Tom pasó su diestra por la cintura de su prometida, la cual lo miraba expectante a una respuesta.

—Fue en ese instante que todo cambió, verte allí tan serena, me hizo caer en la conclusión que estaba jodidamente enamorado de ti, y que ya no había vuelta atrás.— Anne esbozó una amplia sonrisa, y se acercó finalmente a besar sus labios.

Aquel beso que tanto les recordaba el instante en el cual sus mundos se habían fusionado. En ese momento, el mundo de Anne y Tom se unieron, formando tan sólo un mundo.

—¡Papá! ¡Estabas aquí! Con Ruth y la abuela Molly te buscamos por todos lados— Un pequeño de tan sólo tres años yacía corriendo directamente a su padre. Tom sonrió y recibió a su hijo con los brazos abiertos.

Molly sonreía complacida, venía de la mano con su nieta, Ruth.

Los hilos blancos ya eran notorios en la cabellera de Molly, sin embargo para ella el tener más años le habían sentado bien, ya que sentía que había rejuvenecido con el tiempo.

—Chris, ya habíamos conversado con tu madre que estaríamos aquí, además recuerda que tu mamá tiene que hacer clases dentro de poco tiempo.— Chris hizo un puchero y se acercó a su madre para pedirle que lo alzara.

—Mamá, no quiero que nos dejes...tú siempre nos dejas comer pizza, y a papá le gusta cocinar...— Anne abrió los ojos como platos, mientras evitaba la mirada inquisidora de Tom.

—¿Así que cuando puedes les das pizza, amor?— Preguntó Tom mientras enarcaba una ceja.

Anne por su parte, sólo pudo sonreír tímidamente.

Molly soltó una risita mientras acariciaba las mejillas de Ruth.

La mejor amiga de Molly había fallecido ya hace algunos años, Tom y Anne decidieron nombrar a su hija igual que compañera de Molly. La madre de Anne al enterarse, únicamente no hizo más que llorar.

Molly dio un suspiró y recordó el instante que le mencionaron la noticia.

Flashback

—Mamá, llegamos...El médico nos dijo que los niños estaban bien...— Molly yacía en la cocina, y en el instante que los oyó, un ruido se escuchó en la cocina.

Rembrandt © » Tom Hiddleston [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora