Las malas noticias llegan pronto

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Estaba en casa esperando alguna respuesta acerca de Aidan, me preocupan el hecho de que si a él le hubiera pasado algo. Que me esperaba a mí, después de la gran explosión y casi muerte a Aidan lo tuvieron que traer hasta aquí. La casa. Papá no quiso que se lo llevarán al hospital ya que había alguna probabilidad de que también haya ocurriera algo similar. Entonces papá quiso que lo trajeran aquí, a la casa. Papá solicito de los mejores médicos y claro los de suma confianza.

Aún seguía esperando en la sala, llevaban ahí un par de minutos y nada ni nadie salía de ese cuarto. Estaba preocupada, muy preocupada, que me podría esperar en un futuro si esas personas le hacían eso a la gente de mi padre. Imaginen lo que me podrían hacer a mí.

Pasaron unos minutos más hasta que mi padre salió, junto con él médico. Ambos venían bajando las escaleras mientras charlaban hasta que llegaron a la sala.

De inmediato hablé.

—¿Él está bien? —pregunte.

—Sí, él está bien, bastante bien. Solo fue el desmayo que hizo que no quisiera despertar —esas palabras hicieron que ya pudiera relajarme más.

—¿Lo vés T/N? —hablo de inmediato mi padre, —si quiero que tengas más seguridad es por esto, y por esas personas que quieren hacernos daño —finalizo mi padre algo molesto.

—Lo siento —me disculpe.

—De ahora en adelante tendrás a los mejores escoltas de la casa, no necesito a este tal Aidan. Pareciera que no está haciendo bien su trabajo —mi padre estaba enojado y no precisamente porque nos hayan puesto una bomba en el carro, si no porque Aidan no supo cómo alejarme de esto y ambos estar expuestos al peligro.

—¡Papá! —le hablé en súplica, —esto no fue la culpa ni mía ni de Aidan, si no de esas personas que quieren hacernos daño. Cómo sabríamos que habría una bomba en el auto. Además habías dicho que ahora necesitabas unos buenos abogados para el proceso de tu demanda —necesitaba calmar a papá.

—Lo sé T/N pero debes entender que mi mayor prioridad es justo la familia —hablo él ya más calmado.

—Una disculpa por interrumpir, pero ahora debo retirarme tengo que llegar al hospital a hacer una cirugía de reasignación —habló el médico, que por cierto era muy simpático.

—Tranquilo Robert, ¿será qué podrías darme unos minutos? —le preguntó mi padre.

—¿Pasa algo? —no pudo evitar preguntar el médico.

—Ah no, no es nada malo. En lo absoluto, solo necesito hablar de negocios —le volvió informar mi padre.

—Claro, solo espero que sea rápido porque no quiero llegar tarde a mi operación —exclamo el médico que miraba su reloj.

—Mira que tengo el equipo necesario para que te lleven lo antes posible a tu cirugía —mi padre ya estaba más calmado.

En eso, ambos se metieron en el estudio de mi padre.

Yo me quedé ahí, sin saber que se supondría que debería de pasar. Estaba pensando en muchas cosas.

Pero en tantas de esas cosas quería ver a Aidan, ya que siento que debería de darle las gracias por haberme salvado la vida. En serio tenía que hacerlo.

Subí las escaleras hasta llegar al segundo piso, dónde estaba su cuarto. Cómo dije en un principio mi padre le había dado un cuarto especialmente para él, era el de huéspedes y en el que él se quedaría hasta que al fin se quedará como el remplazo definitivo de su tío. Félix.

La puerta estaba entre abierta.

Así que toque.

—¿Puedo pasar? —pregunte.

—Adelante pasa —se escucho del otro lado.

La habitación estaba algo oscura, al parecer Aidan estaba viendo un progama de televisión.

—¿Cómo te sientes? —pregunte nerviosa y no esperando una respuesta mal humorada de él.

—¡Ya mejor!, después de todo solo fue el brazo roto y dos costillas. No es nada —no pude evitar hacer una cara de sorpresa.

—¡Oh no! ¡Dios! ¿seguro que estás bien? —volví a preguntarle.

—Sí, lo estoy —afirmo.

—Lo siento, esto no hubiera sucedido si no hubiera sido por mi inercia —me disculpe con él.

Ahora me estaba empezando a sentir mal.

—¡Te estoy jodiendo! —de inmediato se empezó a cagar de la risa.

—Imbécil —solte haciendo una cara molesta.

—De alguna u otra manera tenía que ver cómo cobrarme las —volvió a reírse.

—Bueno dejando eso a un lado, ¿en serio estás bien? —espero que no empezará con sus bromitas de muy mal gusto.

—Estoy bien, solo fue el desmayo y ya. Es algo raro que me hubiera pasado, digo jamás me había pasado antes por situaciones como la de hoy —empezo a hablar.

—¿En serio? —pregunte curiosa.

—Si bueno, no son cosas de las que me guste hablar no es como se las este contando a cualquiera después de haber pasado por casa la muerte —agregó mientras se acomodaba en la cama.

—No quise incomodarte, solo fue curiosidad —en serio eso me daba cierta intriga. Pero no quería andar de chismosa.

—No pasa nada.

—Si necesitas algo puedes decírmelo, creo que la necesita disculparse aquí soy yo —y es que ahora me sentía mal por haber sido una pendeja con él.

—No es necesario, está bien no te preocupes —después de eso empezó a cambiar la programación de la televisión.

—Gracias —le agradecí.

En eso alguien entro al cuarto. Alguien que jamás me hubiera imaginado, la persona menos indicada para este momento.

Que hacía él aquí y ¿por qué?

Cole.

—Hola —dijo nervioso.

—¿Trajiste lo qué te pedí? —hablo Aidan.

—Sí claro, Félix dijo que cualquier cosa no dudaras en llamarnos —Cole estaba muy nervioso.

—Si no te preocupes, puedes decirles que estoy bien y que no es necesario que se preocupen.

Algo no me cuadraba, Aidan y Cole.
Hablando como si se tratará de unos viejos amigos. Rayos que parte me perdí.

Así que hable, hablé para poder entender de que rayos se trataba esto.

Muchas cosas no tan buenas están pasando. ¿Aidan y Cole? Mmmh que raro.

Espero y les haya gustado este capítulo tanto como a mí me gustó hacerlo. Sé que actualice muy tarde pero bueno ya estamos aquí de regreso.

Si desean a un personaje en particular no olviden pedirlo.
Otra cosita, chicxs que leen la historia porfa no olviden votar ya que eso me ayudaría bastante y haría crecer esto. Ahora sí sin más.

Bonito martes lleno de locuras 🥺❤️








UNA MALA INVERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora