V

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La habitación se mantenía en una oscuridad silenciosa, entre la respiración acelerada de Hyunjin con sus rodillas en el pecho y la frustración de Seungmin por no entender lo que estaba pasando. Por a través de la ventana se oyeron las voces de Chris y la abuela Hwang, ambos hablando sobre algo inentendible que tampoco le interesó mucho a los hermanos que buscaban respuestas en la parte superior de la casa.

Seungmin pasó la punta de sus dedos por sus ojos, refregándose en un acto cansado. Tomó la cortina posteriormente y la abrió con la intención de que el sol volviera a entrar a la habitación con determinación y no un faro abandonado por el mismísimo tiempo.

—¿Puedes...? ¿Puedes por favor decirme bien que ocurrió? —Seungmin se sentó justo al lado de Hyunjin y apoyó sus manos en sus piernas mientras el castaño se levantaba de su lugar y buscaba con su mirada el faro en el acantilado.

—¿Recuerdas tu leyenda infantil sobre "Las profundidades"? —Preguntó Hyunjin, mirando las olas romper a la lejanía. Seungmin asintió confundido. —Esa tarde que me burlé de ella, olvidaste el libro afuera. Y cuando salí a pescar ayer, el libro apareció entre mis cosas, realmente no sé ni cómo llegó ahí. El caso es que comenzaron a ocurrir cosas extrañas, una llevó a la otra y el barco...

—No lo hundiste tú. Fue el mar. —Completó Seungmin, haciendo un puchero pensativo en sus labios. Acto demasiado tierno para Hyunjin. —¿No tienes el libro, verdad?

—No, lo perdí esa noche. —Admitió con pena el mayor, tragando duro mientras volvía a dirigir la mirada a la ventana.

—¿Pero por qué el mar se enojaría contigo si tu...? —Seungmin negó con su cabeza pero se detuvo de golpe cuando Hyunjin relamió sus labios nervioso. —No lo hiciste. ¿Verdad? Hyunjin, no cantaste la canción. Dime qué no.

—¿Puedo mentirte? Porque entonces, no, no lo hice. —Hyunjin vió como su hermano menor lanzaba la cabeza hacia atrás con frustración y preocupación al mismo tiempo.

—¡Invocaste algo! ¿Verdad? —Le reprochó con el dedo en alto el menor mientras Hyunjin le sonreía inocente como si eso cambiara algo. —Tú no crees en esas cosas, ¿Por qué tenías que comprobarlo?

—Pero puedo arreglarlo, ¿Verdad? Solo debes decirme el final de la leyenda. —Pidió Hyunjin, acercándose a su hermano de nuevo y buscando su mirada en el suelo.

—No lo terminé, Hyunjin. No sé qué sigue luego de la invocación.

El mayor soltó un suspiro, sabiendo que se había metido en problemas por su falta de creencia en historias viejas y por su adrenalina y determinación por demostrarle al mundo que era un buen pescador, que no era como su padre. Él sí lograría seguir la tradición.

Seungmin relamió sus labios y se levantó de su lugar al mismo tiempo que caía la hoja del dibujo de Hyunjin directo al suelo y de manera pausada.

—¿Viste algo esa noche, Hyunjin? —Preguntó Seungmin, mirando con curiosidad los ojos azules en la hoja.

—Lo que tienes en las manos.

—¿Viste unos ojos humanos? —Seungmin alzó la vista de la hoja para prestar atención al castaño sentado con su mirada perdida en la ventana, como si en cualquier momento todo se pudiera volver a repetir y el faro se fuera a encender de golpe.

—Era lo único que vi tan claramente esa noche. Intenté alejarme, extender mi mano y causarle hasta daño si podía, pero no pude. Esos ojos... Nunca había visto unos tan bonitos en mí vida. —Hyunjin admitió aquello con una mueca en el rostro. —Demasiado azules y negros al mismo tiempo. Imposible de explicar con palabras.

En las profundidades - [Hyunin] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora