En las profundidades - [Hyunin] [✓]

VIII

Seungmin abrió la enorme puerta de madera del lugar con Hyunjin detrás, adentro el olor a libros guardados y a años de sombra empolvada llenó los pulmones de los dos hermanos. La biblioteca del pueblo podía ser tanto un lugar lleno de historia o una enorme casa de madera con manchas de humedad en las esquinas y un silencio abrumador acompañado solamente del rechinar de las maderas siendo golpeadas con el viento.

Hyunjin pasó su mano por la tapa de uno de los libros que estaban en un canasto destinados a ser guardados en las repisas. Se preguntaba porque la gente los dejaba ahí, ¿Es que no podían guardarlo ellos mismos? Solo daban más trabajo.

—¿Qué hacemos aquí? —Preguntó el mayor, viendo cómo Seungmin se ponía de puntillas para ver por encima de los estantes alguna cosa más allá de su posible visión. —Este lugar parece un cementerio de textos viejos.

—De hecho, es una biblioteca y estoy seguro que si te tomarás el tiempo de buscar el libro correcto, sabrías apreciar el arte de una buena lectura. —Acotó una voz que Hyunjin no reconoció de dónde venía, pues sonaba con eco entre las paredes.

—¿Tu también escuchaste eso o me estoy volviendo loco definitivamente? —Preguntó el castaño viendo cómo Seungmin negaba con la cabeza y se colocaba esos anteojos redondos delicados.

—¿Changbin? —Habló el menor, mirando hacía el pequeño segundo nivel dónde los géneros "Ciencia ficción", "Fantasía" y "Romance" hacían presencia. Una cabellera oscura hizo presencia por un costado, bajando unas escaleras de madera con una agilidad impresionante.

—Hola, Min. —Saludó el chico de facciones pequeñas, tenía las mejillas rosadas y su cabello oscuro despeinado, además, su camisa blanca tenía manchas de algún objeto no identificado y estaba remangada torpemente hasta sus codos. —Y... Ser humano que no tiene buen gusto.

—¿Disculpa?

—Él es Changbin, trabaja aquí. —El mayor le sonrió con dulzura, pero parecía más bien estar a punto de realizar alguna maldad. —Bin, él es mí hermano, Hyunjin.

—Un gustó, señor odioso. ¿Qué están buscando? ¿Algún género en especial? ¿Recomendación de la semana? —Comenzó a hablar rápidamente el chico de cabello oscuro, dándose la vuelta y caminando hasta una mesada, subiendo a ella con sus pies colgando y mirando desde allí a los dos hermanos Hwang. —¿Un café, quizás?

—De hecho... Ya tenemos claro lo que venimos a buscar. —Habló el pelinegro, mirando de reojo a su hermano. —¿Recuerdas el libro que me lleve hace una semana?

—¿El que perdiste? —Atacó el mayor, viendo con una ceja elevada al chico de anteojos.

—Si, bueno... —Seungmin miró a su hermano. —Es una larga historia, ya te pagué por eso.

—La recuerdo, ¿Buscas algo parecido?

—De hecho, si. ¿Tienes algunos libros con leyendas del pueblo? Ya sabes... Relatos de aquí.

—¿Leyendas? Bueno... No exactamente. —Habló confundido Changbin, dándose la vuelta en su lugar y saltando de la mesada al suelo, dirigiéndose a una repisa de allí. —Tengo algunas, pero no de este pueblo. ¿Recuerdas el nombre específico de la qué quieres?

—En las profundidades.

—¿La leyenda de la criatura que juzga el alma del marinero? —Changbin se dio la vuelta con una sonrisa. Seungmin asintió casi emocionado.

—¿La conoces? Cuando me la lleve pensé que era un libro abandonado en el estante.

—Por supuesto, Min. En este pueblo quien vivió toda su vida, conoce mínimo una de esas leyendas antiguas. —El mayor alzó su dedo con una sonrisa en su rostro. —Pero, lamento informarte amigo, que no existen muchos libros con esa leyenda, es muy antigua y ya pasó... ¿Cómo se dice ahora? Ya pasó de moda.