XVIII

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Hyunjin tenía en claro tres cosas mientras corría por el camino de piedras directo al mar con el único objetivo de saldar las cuentas con el impulso, el enojo y el desespero de salvar una vida 50% humana.

La primera era que iba a necesitar empezar a controlar sus impulsos en momentos de enojo interno si quería mantener una vida normal y sin tanto ajetreo entre peleas o consecuencias que el mismo se buscó. La segunda era que no debía entrar en pánico, pues eso le jugaría el doble en contra, suponiendo que si llegaba rápido al mar y le decía a Innie que se escondiera por un tiempo, nada malo pasaría. La tercera y quizás la menos importante, al finalizar su momento de enmendar errores, debería ver la mancha roja en su rodilla luego de caerse más de dos veces en el camino por correr demasiado rápido.

Tal vez Hyunjin tenía en cuenta las cosas que su cabeza pensaba en ese momento, y no estaba mal que lo hiciera. El único problema es que quizás debería haber tenido en cuenta una cuarta cosa. Una vez que le dijera a Innie que cometió un error, el tritón no solo desconfiaría de él por el resto de su eterna vida, sino que además probablemente esa sería su despedida.

¿En qué momento todo se había ido costa abajo?

En cuanto sus pies pisaron la arena y se vió obligado a quitarse los zapatos apenas dio dos pasos, lo primero que hicieron sus ojos fue buscar el barco de aquellos pescadores que atentaban con destrozar los últimos días de felicidad en verano. El barco se encontraba ya fuera de la orilla, Gyeong parado en la popa del mismo, le saludó como si fuera un soldado fiel y no un futuro asesino.

Hyunjin sintió ganas de llorar, de tomar el rostro de Gyeong y ahogarlo para acabar con todo el dolor que el mismo había ocasionado, pero en su lugar se limitó a correr hacia las piedras donde siempre Jeongin le esperaba. Se apoyó en ella, sintió el viento golpear su rostro, y a pesar de esperar unos minutos bajo el llamado al tritón, que Jeongin apareciera, no había rastros de él y el barco de Gyeong ya no era el único en el agua, habías más de cuatro en busca del tritón y uno iba directo a él.

—Innie... Por favor, necesito saber qué estás bien. —Hyunjin miró con súplica como las olas rompían en la parte baja de la piedra dónde se encontraba, y por más que se prometió no ceder a sus impulsos, quizás lo haría a partir de mañana.

Tomando un fuerte respiro, se lanzó al agua de forma perfecta que su cuerpo no se golpeara con nada allí abajo. Nadó por debajo de las olas y abrió los ojos sabiendo lo difícil que le resultaría el ardor cuando saliera del agua. Todo por Jeongin, se repitió, todo por salvarlo.

Su cabeza era un torbellino de pensamientos y ya no sabía cuántas emociones negativas estaba experimentando al no ver señales del tritón, y justo cuando estaba por volver a subir a la superficie, notó como Jeongin, justo al fondo del agua, renegaba con una red de pescadores. Hyunjin se preguntó rápidamente si era más rápido volver en busca de aire a la superficie, y no solo mostrarle a los pescadores que él estaba debajo de ellos, sino además perder tiempo de rescate, o ir en busca de Jeongin y esperar que sus pulmones entrenados por veranos enteros le rindieran.

Se lanzó por la segunda, de todas formas habíamos quedado que el dejar los impulsos de lado sería en otro momento.

Con el poco aire estable en sus pulmones y el desespero en su cuerpo, nadó directo hasta el tritón, llamando su atención en cuanto se encontró a unos metros de distancia. Hyunjin no iba a mentir, le dolía el pecho y no lograba distinguir si era por la falta de aire o por la mirada cargada de dolor y miedo que le dedicó Jeongin. Se veía asustado y Hyunjin sentía toda la culpa.

Se acercó lo más rápido que la gravedad del agua le dejó y con sus manos intentó abrir la red, pero claramente, como todo ser humano promedio, su fuerza le era inútil ahí abajo y más cuando necesitaba urgentemente el aire de la superficie. Buscó en sus bolsillos desesperado y lo único que encontró fue una pequeña navaja que desprendía un llavero que le regaló Chris a los dieciséis años. Agradeció mentalmente eso y comenzó a cortar la red.

En las profundidades - [Hyunin] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora