CAPITULO 17: "La llama que nunca se apaga, este ferviente amor"

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Mera rom, rom, rom... (y de mi corazón...)

Las personas no quitaron la vista del baile del líder Jiang, cada uno con un nuevo halago para el joven feroz con belleza exquisita. Las miradas concentradas no se percataron que un sequito de personas hizo su aparición en las puertas de la mansión, uniéndose a la celebración privada de la familia Jiang, con vestimentas de colores blancos y rojos con el sol tatuado en sus pieles.

Wen Rouhan sonrió satisfecho ante la vista, el actual líder del clan Jiang estaba dando su presentación con una gracia nada despreciable, pero no era esa la razón por la cual se encontraba en el sitio a pesar del trato que habían hecho los dos clanes. Si no que estaba en busca del hombre que había visto de camino a su mansión en las calles coloridas del pueblo, en un traje completamente blanco y con una cara de confusión total.

Grande fue su sorpresa al encontrarlo sentado en los lugares dispuestos solo para la familia principal Jiang. Eso iba a ser un poco difícil.

Qué bueno que a él, le encantaban los retos. Decidido, se acercó al lugar.

Aur jiya (se van quemando)

Jiang Cheng recuerda las noches eternas y los días lluviosos, las esperanzas destruidas y la resignación de sus huesos pero también, nunca olvidara la sonrisa brillante y el sabor del amor que Lan Xichen le enseño. La alegría de estar vivo por las personas correctas. El amor dentro de su pecho y el anhelo profundo de sus células quemándose.

Sus manos decoradas por la tinta y las joyas, ondearon en olas sobre su cabeza y su pecho imitando el vuelo de una mariposa. La tela de su sari dio vueltas con él haciendo brillar su danza.

El sable quedo abandonado a sus pies, la vela regresó a sus manos, la acuno como la cosa más preciada en su vida. Cantando su deseo a la llama resplandeciente.

Ab aaja re mere piya (vuelve a mí, mi amado)

Lan Xichen sentía el anhelo de Jiang Cheng, el silencioso susurro de su amor gritando por él. Estaba tan tenso en su silla, quería con todas sus fuerzas tomar entre sus brazos a su esposo y decirle lo mucho que lo amaba, lo intenso que era su amor y lo perpetuo de su promesa a él.

Las delgadas curvas de Jiang Cheng le recordaron la primera vez que lo vio bailar, el anhelo sangrante en sus entrañas por tocarlo, por conocerlo y por amarlo. La desesperación de encontrar el amor pero no poder alcanzarlo.

La vela en las manos de Wanyin seguía balanceándose sin apagarse ningún segundo y las personas se preguntaban cómo es que el fuego no se apagaba.

Lan Xichen solo quería correr hacia Jiang Cheng y encerrarlo en sus brazos para amarlo.

Mere piya (mi amado)

Madam Yu miró a su hijo totalmente orgullosa de la persona en que se convirtió. Tenía un resplandor casi inverosímil alrededor de él, junto a una confianza arrolladora que estaba en construcción pero cada día era más notable. Cinco años no pasaban en vano. Jiang Cheng era fuerte, capaz de hacerle frente a todo problema o dificultad que se le presentara.

No solo era un cuerpo o una cara bonita, su hijo tenía la sangre de un guerrero, el ímpetu de una tormenta y el corazón lleno de amor. Ahora sabía que podía dejar completamente Yunmeng a su cargo.

Faasla Tha Doori Thi (la distancia nos separó)

Jiang Cheng alzo la lámpara de loto hacia Lan Xichen pero esta fue robada de sus manos por uno de los bailarines, continuando con su canto corrió detrás de ellos, los demás donceles se interpusieron en su camino, juntando sus manos en barreras que él libero, para después chocar contra un tul blanco, deslizándose encima de él, liberando las notas bajas de su canto.

"SINDOOR": Guiados por el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora