Auf wiedershen

57 5 0
                                    

Capitulo 20.

—¿Estás segura que estás bien?—pregunta Schein levantándome del suelo.
—Sí, no te preocupes, llévame con mis hijos.
Inmediatamente después de que el cabrón de Mahinus haya huido, Schein al escuchar los disparos, vino corriendo a ver si estaba bien o no, ya saben esa mierda.

Estoy enojada y preocupada porque no quiero que le pase nada a Greteld, me siento culpable por haber dudado de ella, me siento culpable por haber insinuado que ella me pudo haber delatado con Falsch.

—¡Señora Neumman!—Habla el detective por el auricular.
—¿¡Encontraron a mis hijos!?—Ahora es lo primero que necesito saber.

—¡Sí señora, baje al primer piso!—responde y me apresuro a salir de la habitación lo más rápido posible con Schein atrás de mí.

—¿Qué pasó?—pregunta Schein y no respondo, estoy pensando en qué decirles a mis hijos, en cómo presentarme con ellos, no les voy a decir "Hola, soy su mamá muerta, jaja que chiste", mejor les digo un... "Hola, yo soy su madre", ay no, eso sonó tétrico, no no, mejor otra cosa.
—¡Lisnér!—Schein me voltea hasta quedar frente a frente.—¿Qué-pasó?—pronuncia con detenimiento las dos palabras.

—Joder Schein, como chingas, ya encontraron a nuestros hijos, baja rápido.—Me volteo y sigo trotando, puto edificio, es bien alto.
Pasan menos de dos minutos y Schein y yo ya estamos en la primera planta y...

Vemos a una niña y un niño, cada uno envueltos en una manta naranja y la otra azul, están de espaldas y una señora está entrando en una de las camionetas.
Quiero correr, quiero hacerlo, voy a correr.
Corro hacia ellos y mis ojos se llenan de lágrimas.

La niña voltea y veo sus hermosos ojos color gris, esos ojos que me hacen acordar a su padre, lo curioso de ella es que tiene una parte de la cabeza color rojo, pero la otra parte no, es una pequeña parte rojiza y la otra parte es de color medio castaña, como el mío. La abrazo fuertemente con un sentimiento lleno de culpa y amor hacia ella, hacia mi hija.
Al voltear me encuentro con un niño con heterocromía, tiene un ojo gris y el otro color miel, como el mío, tiene el cabello completamente rojo y su piel es tan blanca como la de Schein.

Hablando de Schein, y ¿Schein?
—Mi hija...—Se agacha y abraza a la niña mientras que yo al niño, después de un rato nos abrazamos los cuatro, como familia.
Pasan unos minutos en los que Schein derrama solo un par de lágrimas y yo me pongo a llorar como magdalena.
—Señora Neumman... es hora de irnos.—me avisa uno de los integrantes de uno de los grupos.
—Sí,—me limpio las lágrimas—vámonos.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
Después de un emotivo reencuentro con mis hijos y con mi madre, ellos me cuentan cómo fue su estancia con Falsch, mi madre me cuenta que Falsch intentaba lavarle el cerebro a mis hijos para que estuvieran en contra mío y me odiaran, pero Claudia siempre alejaba esa idea de la cabeza de mis hijos y los defendía de todos los maltratos psicológicos que les hacía Falsch a mis hijos.

Por supuesto que Claudia se llevaba la peor parte, tiene marcas de quemaduras de cigarros por la espalda y el torso, Claudia me afirmó que mi padre fue asesinado brutalmente frente a ella, felizmente Claudia prefería pasar las torturas en vez de mis hijos.

Cuando supuestamente morí, se lo hicieron creer a Claudia, pero ella siempre se negó a esa noticia. En cuanto a mis hijos, están un poco desnutridos, pero se van a recuperar pronto, ahora estamos en un avión rumbo a Berlín, a visitar a Greteld, necesito ver a Greteld porque la amenaza que dio Mahinus no me ha quitado el sin sabor.

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora